España tiene el pueblo con mayor concentración de nombres raros del mundo
Se llama Huerta de Rey y está en la provincia de Burgos. Y en sus calles puede uno encontrarse con Baraquicio, Sindulfo, Eloina, Firmo, Filogonio, Plautila, Ursicina o Licaria… todos nombres propios reales de vecinos de la localidad. No en vano se trata del pueblo que ostenta el récord Guiness de mayor número de nombres raros del planeta. Una tradición que se inició a principios del siglo XX y que lo ha dotado de un atractivo y personalidad únicos. En la web de su Ayuntamiento, una lista recoge todos los nombres extraños registrados en sus libros.
Un artículo de El Mundo lo ha bautizado como Burgundoforilandia, en honor de Burgondófora Cancionila, señalada como la poseedora del nombre más raro del pueblo, y lo ha vuelto a poner de actualidad. Aunque no es la primera vez que Huerta del Rey es noticia. Varios medios españoles le han dedicado reportajes y en 2011 fue incluso protagonista de un anuncio de Aquarius.
La leyenda dice que la costumbre de bautizar a cada niño con un nombre diferenciador y único se inició
por las quejas de un cartero que se volvía loco porque los 1.400 habitantes del pueblo compartían tres o cuatro apellidos y sus nombres eran los clásicos Pedro, María, Carmen, Juan… Ante esto, el Ayuntamiento sugirió identificar a los vecinos poniéndoles nombres de pila originales y que no se repitieran.
Y recurrieron al Martirologio Romano como primera inspiración. De ahí que haya gente bautizada como Otilia, Gláfira, Clodoveo o Clicerio. Aunque luego se ampliaron las miras y hay en sus calles hasta una «Digna Marciana». La población del pueblo en 2015 era de 1.007 habitantes y en 2012 también fue noticia porque entre sus vecinos recayó casi íntegramente el Premio gordo de la Lotería del Niño.
En agosto de 2008 Huerta de Rey acogió el primer encuentro internacional de nombres raros. Y allí se reunieron cerca de 300 personas y se pudo comprobar que aunque la tradición ya no está tan extendida como hace unas décadas, unos pocos jóvenes lugareños la mantienen viva… aunque sea con el segundo nombre.