Internet opina: Los griegos tienen derecho a votar el plan de rescate
La decisión del primer ministro griego de convocar un referendum en su país sobre las medidas de rescate acordadas en Bruselas ha hecho subir la temperatura no solo de los mercados y los despachos de gobierno, sino también de la red. Los blogs y twitter analizan y comentan el «ordago griego» con pasión hasta el punto que Papandreu es Trend Topic. En general se defiende como legítimo y una defensa de los valores democráticos que Grecia consulte a sus ciudadanos una decisión que va a afectar seriamente a su futuro.
(Foto: Flickr/Prishtinainsight)
Jesus Maraña en Buzón de voz: «El ordago (democrático) de Papandreu». Apunta que: «convocar un referéndum popular en la cuna ateniense de la democracia no debería sacar de quicio a esa Europa que presume de gozar del menos malo de los sistemas de convivencia. Yorgos Papandreu no es el primer mandatario que se plantea pedir la opinión ciudadana antes de cargar con la responsabilidad exclusiva de decisiones que marcarán el futuro de varias generaciones de compatriotas. Será discutible el momento elegido por el jefe del Gobierno griego para anunciar la consulta, pero no su derecho a convocarla.»
Lluis Bassets en De alfiler a elefante: «Desplazamientos de poder«. Cree que «Papandreu convoca el referéndum porque no se siente capaz de seguir aplicando hasta no se sabe cuándo la dura austeridad que le impone Merkel, a cambio, por cierto, de un paquete financiero que todavía no ha conseguido concretar. Angela Merkel no quiere perder la adhesión de sus votantes. Pero Papandreu también tiene derecho a cuidar de los suyos. Lo más criticable de las decisiones de estos días es que se hayan tomado sin tener en cuenta los intereses de todos en vez de solo los más poderosos, la banca francesa y alemana, entre otros.»
Ignacio Escolar: «Terror democrático en los mercados«. Considera que: «Tiene su simbolismo que la simple petición de un referéndum para que los griegos puedan tomar por sí mismos la decisión más importante en varias generaciones levante este maremoto bursátil…No pongo en duda el peligro de la idea: no hay más que ver el tamaño de las olas desatadas. Pero, ¿cómo hemos llegado hasta este Titanic? ¿En qué momento la democracia se convirtió en una amenaza para la economía?
Jordi Sevilla en Twitter: «No os preocupa constatar que la democracia (referendum) no parece compatible con los mercados ni con el gobierno europeo? A mi, mucho.» y «O sea, que Merkel puede consultar las medidas de rescate con su parlamento, pero los ciudadanos griegos no pueden votarlas?»
Roger Senserrich en Materias grises: «El último ordago de Grecia«. Cree que: «No importa lo que hagan, los griegos ni tienen salidas fáciles ni dependen de si mismos. Si aceptan el rescate, se van a comer deflación durante años, una lenta agonía económica… Si lo rechazan, pueden escoger entre suicidarse dentro del euro o fuera de él, pero se exponen a una catástrofe totalmente en solitario. Papandreu, en este caso, ha tomado una decisión racional: amenazar con rechazar el rescate, dejando claro que su opinión pública parece estar perfectamente dispuesta a despeñarse bien acompañada. Es la única carta negociadora que le queda.»
Iñigo Saenz de Ugarte en Guerra eterna: «El `coctel molotov´de Grecia«. Destaca que: «déficit democrático está en la base de la construcción europea. Sin embargo, decidir que ha llegado el momento de poner fin a eso en mitad de esta tormenta tiene mucho de huida desesperada. O me das lo que pido o prendo fuego a todo… La idea del referéndum podría haber tenido sentido en mayo. De ganarlo, el Gobierno habría obtenido una legitimidad que ahora le sería útil para atravesar este campo de minas. Ahora es como un cóctel molotov.»
Jose Carlos Diaz en Twitter: «En Grecia hay que dejarse de quitas voluntarias y resolver el problema ya No se puede resolver crisis de deuda con lo politicamente correcto»
Onésimo Alvarez-Moro en El blog salmón: «Grecia quiere un referendum ¡Cunde el pánico!«. Asegura: «Puede que los griegos voten en contra de estas medidas e incluso que Grecia suspenda pagos. Que los catastrofistas se enteren, después de una suspensión de pagos o, si quieres, después de una quiebra, tanto Grecia como los griegos seguirán existiendo. No sólo eso, lo mejor que les puede pasar a Grecia y a los griegos es que suspendan pagos ya de una vez… si Grecia suspende pagos o quiebra o se cae o llámalo como quieras, lo más probable es que se sentará con sus acreedores y acordarán plazos para el pago de sus deudas.»
Claudi Perez en Twitter: «El ministro griego Venizelos, en el hospital con apendicitis. Europa, en la UVI con alemanitis y síntomas de abuso de austeridad.»
Paula Garabatos en Twitter: «Yo tengo la sensación de que órdagos como el de Papandreu son el tipo de revulsivos que Europa necesita para despertar y salir del túnel.»
Rosa María Artal en El Periscopio: «Cataclismo griego ¿miedo a la democracia?«. Sostiene: «Todos esos que protestan ¿aún mantienen que el sistema que han podrido es una democracia? Porque si es así deberían explicarnos sus argumentos. Hace falta mucha caradura, con los gravísimos errores de la UE, el G20 y la política en general, para culpar de ningún hundimiento a un pequeño país. Y sobre todo para semejante ira porque se consulte a los ciudadanos? que son los ponen a los políticos en sus poltronas.»
Ruben Lopez en Twitter: «A mitad del rescate Papandreu propone dejar participar a los ciudadanos. El ya tomó una decisión política. No es precisamente un modelo.»
Javier Mesoneros en Moscas en la Sopa: «Los demócratas de toda la vida«. Subraya que: «ha bastado el anuncio de una consulta a su pueblo para que decidan si quieren elegir entre miseria a secas o miseria con dignidad, para que todos los demócratas de cartón se hayan quitado la careta y hayan decidido amenazar a Grecia como vulgares camorristas.»
Ines Adrover en Twitter: «Que Papandreu celebre un referendum ahora no es más que pedir al pueblo cómo prefiere «hundirse». No obstante, ¡el pueblo por fin habla!»
Alberto Montero en La otra economía: «Cuando la democracia entra por la puerta, los mercados salen por la ventana«. Asegura: «La decisión de Papandreu abre, en este sentido, la caja de Pandora de la reivindicación del derecho de cualquier ciudadano a poder decidir sobre todo aquello que afecta a su vida, máxime cuando incide negativamente sobre ella. Y, al mismo tiempo, demuestra que la resistencia popular en las calles, que las huelgas generales, que las manifestaciones, que la interrupción y el saboteo de actos públicos sigue siendo la única válida para forzar a un gobierno a que atienda a los intereses de sus ciudadanos.»
Alejandro Vara en Twitter: «No es que Papandreu sea mi político favorito, pero lo del referéndum le va a hacer pasar a la historia en mejor lugar que Angela Merkel.»
Pablo Rivero en Twitter: «¿Adónde va una Europa en la que esos «mercados» se hunden porque se quiera dar una lección de democracia?»
Las dos Españas: «El referendum griego y el triunfo del 15M«. Defienden que: «Papandreu está dispuesto a inmolarse con toda la milenaria nación griega para dejar constancia de que morirán matando, de que caerá Grecia, pero con ella también desaparecerá gran parte de la prosperidad europea tal y como la hemos vivido hasta ahora. Papandreu III parece ser así el primer político que escucha atentamente el mensaje del 15-M: la mejor manera de doblegar a los mercados es con la palabra del pueblo.
Christian Ramon: «Espero que Papandreu piense de verdad que «la democracia está por encima de la voracidad de los mercados», y no tenga intereses ocultos.»
Creo que Papandreu no está actuando a la altura de las circunstancias. Si quería someter a referendum la ayuda a Grecia debería haberlo hablado la semana pasada cuando se resolvió la ayuda a Grecia con Merkel y Sarkozy y no tirarlo por sorpresa. Esta situación va a generar una incertidumbre muy grande en los mercados financieros que no favorece a nadie, más bien pone en jaque al mundo entero. Los griegos tienen mucha responsabilidad en la crisis que se está viviendo hoy día en Europa devido a que han vivido durante muchos años por encima de sus posibilidades y ahora los otros países le tienen que solucionar el problema. No es justo.