Isabel San Sebastian abandona 59 segundos
Fue la escenificación de la intolerancia. Isabel San Sebastián, que ha hecho de la acidez y la polémica televisiva un estilo periodístico, abandonó ayer de forma abrupta el plató de 59 segundos.
San Sebastián dejó el programa a pocos minutos del final tras una intensa discusión con el periodista José María Calleja. La periodista arremetió impetuosa contra Calleja por el giro que dice haber dado en su discurso. Calleja contestó que es precisamente con esa actitud como «se engorda» a ETA. Tras exigir la intervención de la moderadora, la colaboradora de EL MUNDO abandonó el programa.
Paradójicamente la periodista había defendido, minutos antes, a Jiménez Losantos, realizando un vehemente discurso sobre la libertad, contra la censura y contra las cortapisas a los periodistas. Sin embargo, poco después, no dudó en en pedir la intervención de la moderadora para desautorizar a Calleja, como paso previo a su abandono.
Tras la polémica de la colaboradora de EL MUNDO la tertulia volvió al tema que se debatía, ya sin su presencia. Antes de terminar, la presentadora del programa Ana Pastor lamentó la situación y manifestó en antena su deseo de que Isabel San Sebastian acudiera de nuevo al programa.
59 segundos es un programa de debate que recuperó las tertulias políticas en televisión. Al espacio acuden periodístas de todo el espectro político.
Enhorabuena… etc, etc, etc. Sólo un refrán: «el que mata a balazos no puede morir a sombrerazos». San Sebastián ha recibido sólo una mácula de la sopa que ella administra.
Como bien se dice; «Quien siembra vientos, recoge tempestades». La señora San Sebastían sólo ha tenido un poco de la medicina que reparte a diario en diversos programas tanto ella como sus acólitos. Sólo recordarle a esta señora, que el señor Calleja es una persona amenazada por ETA, que tiene que ir por la vida con escolta por miedo a un tiro en la nuca, cosa que tanto ella como su querido amigo Jiménez Losantos no les ocurre.
Y si señora San Sebastián, tanto usted como los impresentables de sus amigos por más que les pese, o quizá no, ustedes engordan a ETA.