José Couso
«La única preocupación de un príncipe debería ser la de buscar y retener el poder, sin importar consideraciones éticas o religiosas», sostenía Nicolás Maquiavelo. Sunt Tzu y el Cardenal Richelieu fueron también impulsores de esa conducta. Sobre ese principio se acuñó incluso una expresión: la Realpolitik. Según esta filosofía hay que perseguir «el avance en los intereses nacionales de un país, en lugar de seguir principios éticos o teóricos».
La fiscalía dice ahora que la muerte de Couso no fue un crimen de guerra. Triste ejercicio de Realpolitik. Algunos esperan a que pasen las elecciones para criticar públicamente esta decisión. Nosotros no. Sería inmoral que la familia de Couso se quedase sola. Al fin y al cabo la balanza de la justicia nos pertenece a todos.