María Servini de Cubría considera que los hechos que investiga pueden ser constitutivos de crímenes de lesa humanidad son imprescriptibles y que “la complejidad” del proceso “justifica” su duración. Y con este argumento ha rechazado la petición del Rodolfo Martín Villa de archivar la llamada «querella argentina», la única en todo el mundo que investiga los crímenes del franquismo.


La jueza María Servini de Cubría ha rechazado la petición del exministro Rodolfo Martín Villa de archivar la querella que investiga en Argentina los crímenes del franquismo, la única en el mundo abierta actualmente. Lo recoge un artículo de ElDiario.es firmado por Marta Borraz, que detalla cómo Martín Villa, cuyo procesamiento fue anulado hace dos años pero sigue imputado por 12 crímenes, había reclamado el pasado julio un escrito solicitando la extinción del proceso. El Juzgado Criminal y Correccional Federal 1 de la República Argentina ha desestimado sin embargo la petición, según ha informado la Coordinadora estatal de apoyo a la Querella Argentina (CEAQUA).

Martín Villa argumentaba en su escrito que los hechos investigados están prescritos y reclamaba, en todo caso, su sobreseimiento, es decir, pedía ser desimputado y exculpado al considerarse inocente de los crímenes y no haber sido juzgado en lo que su defensa considera “un plazo razonable”.

Según consta en la resolución del juzgado al que ha tenido acceso elDiario.es, la Fiscalía del país se opuso a tal reclamación, al igual que ha hecho ahora la propia jueza. Argumenta Servini que los hechos investigados “han sido catalogados como crímenes de lesa humanidad” y, por tanto, “son imprescriptibles”. De ahí, además, que la jurisdicción universal “constituya una herramienta” que permita que sean investigados desde Argentina a pesar de que fueron ocurridos en España, añade la jueza.

“Son numerosos los tratados y normas internacionales que, basados en los principios derivados del derecho consuetudinario internacional, señalan que los crímenes de lesa humanidad no están sujetos a ningún tipo de prescripción”, explica.

El escrito descarta, además, que la instrucción “haya atentado contra el derecho de defensa” de Martín Villa o haya violado su derecho “a ser oído en un plazo razonable o juzgado sin dilaciones indebidas”, como aseguraba su defensa. Los tiempos del proceso, cree Servini, se explican por la “gran complejidad” del caso, algo que “justifica holgadamente su plazo de duración”: es una investigación “con gran cantidad de víctimas y familiares y una constante y continua incorporación de nuevas querellas”, detalla Servini.

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