¿Y ahora qué? La blogosfera propone otros modelos económicos
La crisis económica y especialmente la que está afectando a Wall Street y el sistema bancario de EEUU ha elevado la temperatura de Internet que bulle con analisis y opiniones al respecto. Hay una avalancha de críticas al modelo capitalista y ultraliberal al que muchos achacan la responsabilidad por la situación que se vive actualmente. Pero además de criticar y exponer los defectos de este sistema, muchos blogs van más lejos y esbozan otras propuestas económicas.
(Foto: Flickr/Terronista)
Cesar Rodriguez de Juego de tronos considera que el liberalismo está bajo sospecha y subraya si se hubiera hecho caso a los que propugnan un Estado débil y sin posibilidades de intervención, nadie podría amortiguar la caída de los gigantes financieros. Por eso recupera la teoría de John Rawls sobre justicia distributiva que intentaba conciliar libertad e igualdad: «había que hacer un borrón y cuenta nueva. Debíamos regresar a una posición original en la que los ciudadanos -ocultas todas sus circunstancias, diferencias, talentos, habilidades y distinciones por un velo de la ignorancia- lleguen a un consenso sobre las libertades y la igualdad de oportunidades.»
Javier Pueyo, de Mi otro diario, se pregunta si las últimas declaraciones de la CEOE no significan «que quieren que los trabajadores paguen una crisis generada por los capitales especulativos». Se muestran de acuerdo con Iñaki Gabilondo cuando dice que el modelo económico vigente ha fracasado y que se está desplomando como el comunismo en 1989?. «Pero no basta con decirlo: ahora hay que articular un modelo social y económico alternativo.» Y recomienda la base teórica de Eduard Bernstein.
Jessica Fillol, de No mires a los ojos de la gente, advierte de la trampa de quedarse con el titular de lo que dijo el presidente de la CEOE. Habló de hacer un parentesis en la economía de mercado… pero para pedir más liberalizaciones, más privatizaciones y pasar a la gestión privada los servicios públicos. «Os habéis quedado con el titular sin haber leído la noticia, lo que es tanto como legitimar la estrategia del Presidente de la CEOE porque funciona. Leed un poquito más a fondo el contenido y moderad vuestra alegría, porque estos tipos están pidiendo lo de siempre».
Ignacio Escolar destaca que esta no es una crisis más, ya que los otros casos en los que las recetas ultraliberales han acabado en corralito, Argentina, México o el sudeste asiático, eran en países en vías de desarrollo, achacables al deficiente control de las instituciones reguladoras locales. «La terrible novedad de esta crisis es que tiene su origen en Estados Unidos: la tierra del liberalismo pluscuamperfecto, el país donde supuestamente mejor funciona el mercado. […] Cuando se cae un puente en el tercer mundo, se puede culpar al ingeniero. Cuando se cae un puente en la primera potencia del planeta, es imprescindible revisar la ingeniería.»
Felix Soria de Im-pulso considera que las medidas como las inyecciones de dinero de los bancos centrales constituyen solo un parche. «Nada cambia. Peor aún, esas aportaciones de teórica liquidez sirven para aplazar sine die –y a la postre impedir– la puesta en marcha de medidas efectivas para acabar con la opacidad del sistema bancario y, así, erradicar fenómenos como el de las subprime, poner coto a los movimientos trasnacionales de capital de carácter exclusivamente especulativo, y controlar los mercados de futuros». Y acusa al gobierno de timidez y de medias tintas por no decir que el neoliberalismo es perverso, ignora las fronteras y nos deja expuesto ante los especuladores.
Juan Varela de Periodistas 21,plantea que esta crisis puede ser el fin del capitalismo abstracto. Cree que deben surgir ideas sobre nuevas formas de organización más ciudadanas, más apoyadas en las redes y el tercer sector. Cree que se necesita «más/mejor pensamiento y alternativas de izquierda para una economía cuya fuerza principal seguirá siendo el libre mercado. De lo contrario, los apóstoles del capitalismo desenfrenado nos dirán que la culpa, es como siempre, de los reguladores. Ahora, por haber puesto el dinero demasiado barato.»
Desde Cartas a la República de Barataria se muestran en contra de dar ayudas a la industria del ladrillo española «es tirar el dinero, porque es un sector que necesita una reconversión y una reducción YA. No tiene sentido que el Estado de dinero a unos señores para construir pisos, cuando el parque de pisos vacíos en España es monstruoso, entre otras cosas porque somos muchos los que no lo podemos pagar».