«La chica de 16″
Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro: ??Tendríamos que aprovechar el poco tiempo que nos queda antes de que empiece el debate parlamentario, y regrese con él la bronca, para intentar una reflexión que hasta el momento no ha sido posible.
La conocida popularmente como ??Ley del aborto? se llama ley exactamente ??Ley de salud sexual y reproductiva y de interrupción voluntaria del embarazo?. Antes de mencionar la palabra aborto, la ley se ocupa in extenso de información y educación sexual, salud reproductiva, corresponsabilidad en las conductas sexuales, prevención de enfermedades e infecciones, prevención de embarazos no deseados, con actuaciones dirigidas especialmente a la juventud, y compromete a los poderes públicos en un ambicioso programa de divulgación y educación en esta materia.
Sólo después se ocupa del aborto. Podría decirse, y así hubiera debido explicarse, que el objetivo de la ley es lograr una sociedad madura, bien informada, preparada para vivir su sexualidad con libertad, respeto a los demás, y sentido de la responsabilidad, afín de evitar del fracaso y el drama de un embarazo no deseado. Al llegar a este punto, y no antes, el legislador se detiene en las circunstancias relacionadas con el aborto, de las que llevamos semanas hablando, discutiendo y protestando en las calles. Pero ni en el Parlamento ni en los medios ni en la calle se ha dedicado un sólo minuto al capítulo primero.
Y es casualidad que los sectores más conservadores, los que se alzan airados, abarrotados de doctrinas y preceptos cuando el embarazo no deseado se produce, los que pasan de puntillas, pudibundos, sin atreverse a mirar, por la realidad del sexo antes del embarazo. Y que cuando lo hacen es para prohibir, prohibir todo, desde la práctica del sexo hasta que se hable de él o incluso que se recomiende el uso de los preservativos.
La chica de 16 años, la protagonista de la durísima controversia actual, sólo parece interesarnos cuando la vemos embarazada. Entonces es cuando reclamamos que aparezcan los padres y toda la corte política, social y celestial. ¿Y antes? ¿Dónde estaban antes? De esto también se ocupa la ley. Y sería bueno que nos ocupáramos todos.»