La corrupción es contagiosa
Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro: «Lo peor de la corrupción es que es contagiosa. Corrompe por afinidad. Llevamos muchos años comprobando, con gran decepción, cómo nos solidarizamos con los corruptos, si son «de los nuestros». Las últimas elecciones lo han puesto de manifiesto: ni la denuncia, ni la denuncia con pruebas, ni la denuncia con evidencias, ha perjudicado a ningún corrupto. Los suyos le han seguido apoyando, incluso con más fuerza.
En algunos casos, pase el tiempo que pase, esa fraternidad se mantiene. Contra los hechos, contra la lógica, contra todo. Es un disparate y un pecado mortal democrático. Es curioso qué claro lo vemos en el caso del terrorismo. Decimos, hemos de hacer una raya. Y alinearnos, a un lado, todos los que rechacemos la violencia, sean cuales sean nuestras posiciones políticas. Y dejar al otro lado de la raya, sólos, a los que defiendan el terrorismo.
Nos parece elemental y hemos pasado años escandalizándonos de que no todo el mundo lo viera tan claro. Sin embargo, en treinta años de democracia no hemos conseguido que la sociedad toda, todos los partidos, todos los líderes y todos los medios de comunicación nos hayamos agrupado, sin la menor fisura, en el lado de la ley, dejando sólos a los corruptos.
Nuestros corruptos siempre han sido más nuestros que corruptos. Exceptuamos a los corruptos individuales, a los cuales fulminamos con toda la severidad de nuestra decencia. Conde, de la Rosa? Pero a los corruptos de marca, les miramos primero la etiqueta. Pues bien, hora de es de decir que, así como todos los terroristas son nuestros enemigos, sean de ETA o sean del GAL, o aunque sean de nuestra familia, los corruptos no son nunca de los nuestros. Así pues, ante el caso Gürtel, hay dos bandos y las posiciones son inequívocas. Nos alineamos contra toda la gente indecente del PP y nos alineamos con toda la gente decente del PP. Esperamos que Rajoy y Cospedal también.»