La pandemia no frenó la ejecución de penas de muerte en el mundo
Desde Amnistía Internacional alertan de que, «a pesar de la terrible crisis sanitaria que hemos vivido en 2020 mundialmente, se llevaron a cabo ejecuciones». En Egipto incluso se triplicó la cifra de ejecuciones anuales. Y, en Estados Unidos, el gobierno de Trump reanudó las ejecuciones federales después de 17 años. Terminó ejecutando a 10 hombres en cinco meses y medio. Convirtiendo al país en el único de las Américas donde hubo ejecuciones en 2020. También, India, Omán, Qatar y Taiwán también volvieron a ejecutar. Desde la organización también destacan que en 2020 hubo menos ejecuciones respecto al año anterior, 2019, y la tendencia continúa así desde 2015. Hasta la fecha, 108 países han abolido la pena de muerte para todos los delitos.
Según señala la organización, las restricciones relacionadas con la COVID-19 tuvieron «preocupantes repercusiones en el acceso a asistencia letrada y en el derecho a un juicio justo en varios países», entre ellos Estados Unidos, donde abogados y abogadas de la defensa «dijeron que no habían podido realizar un trabajo fundamental de investigación o reunirse en persona con sus clientes».
China, Irán, Egipto, Irak y Arabia Saudí fueron los cinco países que más ejecuciones llevaron a cabo. China, explican, clasifica todas sus ejecuciones y condenas a muerte como secreto de Estado e impide el escrutinio independiente. Por tanto, afirman, las cifras que tiene Amnistía Internacional sobre todas las ejecuciones de las que se ha tenido noticia «no incluyen las llevadas a cabo en China». Sin embargo, «se cree que China ejecuta a miles de personas cada año, lo que convierte una vez más a este país en el verdugo más prolífico del año», por delante de Irán (246), Egipto (107), Irak (45) y Arabia Saudí (27). Siendo Irán, Egipto, Irak y Arabia Saudí los países que realizaron el 88% de todas las ejecuciones de que se tuvo conocimiento en 2020.
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