El Frankfurter Allgemeine Zeitung publica un artículo supuestamente elogioso -aunque con algunas revelaciones poco favorecedoras- sobre César Antonio Molina:  �??El que se celebra a sí mismo diez veces�?�.

«Es lo que pasa con los ministros españoles de Cultura: con frecuencia simplemente quieren ser ministros y se piensan que pueden dejar a un lado la cultura. César Antonio Molina, que acaba de ser designado para desempeñar este cargo, no es uno de éstos. Como su antecesora, Carmen Calvo, ha obtenido unas notas tan miserables y su relevo parecía únicamente una cuestión de tiempo, a César Antonio Molina no debería resultarle difícil perfilarse en los restantes ocho meses de legislatura como un ministro resoluto�?�.

�??En efecto, Molina seguramente sea el hombre con mejores relaciones, más intrigas y ahora también más poder del sector cultural español bajo el presidente José Luis Rodríguez Zapatero. Esto debe mencionarse porque pasó varios años en un biotopo, el Círculo de Bellas Artes, que gestionó con aplomo de 1996 a 2004. En tiempos del gobierno Aznar, esta asociación cultural madrileña se convirtió en puerto de intelectuales, escenario de debates y lugar de exposición de varias muestras que rememoraron la herencia republicana de España�?�.

�??Desde este lugar, que posee un poder más abstracto que institucional, Molina logró dar el salto a la cima del Instituto Cervantes con la sorprendente victoria electoral de Zapatero en 2004. Todos saben que en los tres años sucesivos trabajó intensamente, pero también se aprovechó de la labor de sus antecesores, que se dedicaron menos que él al culto personal. Se comenta que el tono interno ha sido más bien autoritario.�?�