La prensa internacional sigue con cierta preocupación el aumento de tensión en las relaciones entre España y Marruecos. Los analistas coinciden, sin embargo, en que las declaraciones marroquíes más duras hay que entenderlas desde las claves internas. Es decir que tienen más que ver con una riña doméstica, que con una pelea en la comunidad de vecinos. No lo ven así, en todo caso en la revista norteamericana Time:

�??Para ser dos países que afirman ser excelentes aliados, España y Marruecos se pelean demasiado. El viernes pasado, el Rey de Marruecos, Mohammed VI, protestó por la visita real retirando a su embajador de España y el lunes, mientras miles de ceutíes ondeaban la bandera española para ovacionar a sus monarcas, el primer ministro marroquí, Abbas El Fassi, tachó el viaje de �??provocación�??. Por su parte, los miembros del Gobierno español están intentando calmar los ánimos de los marroquíes. El ministro de Defensa, José Antonio Alonso, aseguró a la prensa que la visita real �??no iba dirigida contra nadie�??. Aunque el hecho de que un tercio de la población ceutí saliera a la calle para aclamar al Rey y a la Reina ondeando banderas y cantando �??Ole, Ole, Ole, somos españoles�??, hace que el mensaje se perciba de otro modo al otro lado de la frontera�?�.