Leo Bassi, renacentista
[opinion] Leo Bassi, el cómico, -y filósofo de carrera, una de sus facetas menos conocidas- está siendo sometido a la caza de brujas mas humillante que recuerda el teatro en democracia.
Sus espectáculos son cancelados en pueblos y ciudades, sus entrevistas aplazadas, muchas veces, sine die, con el silencio cómplice de la mayor parte de los medios españoles. Los políticos, asustados por las presiones de un portal de Internet y ante la inminencia de las elecciones, prefieren escapar de los escándalos. Son políticos de todos los colores, incluidos del PSOE.
Bassi no se queja. Sonríe y observa a los españoles. Es italiano, europeo, ciudadano del mundo y libre. Ni siquiera protesta porque se haya dejado de buscar a quienes trataron de colocar un artefacto en su teatro. Su espectáculo, criticado y perseguido por poner en cuestión la tradición monoteista (musulmana, católica y judia) es una llamada a la ética de Voltaire. Muchos de sus detractores ni siquiera se han tomado la molestia de verlo. Es más fácil insultar, amenazar, perseguir y reclamar. Así son los amantes de la libertad.