A Chicago le persigue la leyenda negra de Atlanta 96
En su lucha por convertirse en sede olímpica, la capital de España se enfrenta a rivales muy consistentes. Resulta difícil hablar de favoritos, pero la ciudad de Chigago -de donde proviene el nuevo presidente de EEUU Barack Obama y que ha prometido su apoyo a la candidatura- se antoja como uno de los más serios aspirantes. Sin embargo, Chicago cuenta con una desventaja que puede ser un lastre para sus aspiraciones: las comparaciones con Atlanta 96, quizá el evento olímpico moderno más criticado de todos.
Era la cuarta vez que Estados Unidos organizaba unas olimpiadas -San Luis 1904, Los Angeles 1932 y 1984- y la ciudad elegida fue Atlanta. Ya la designación creó polémica, pues al tratarse de los Juegos del Centenario, muchos consideraban que debían haberse celebrado en Atenas, cuna del olimpismo. Sin embargo se dijo que el dinero de Coca Cola, cuya sede está en Atlanta, había pesado más que la tradición. Fue el primer obstáculo que afrontó Altanta, pero no el único.
(Foto: Flcikr/Dbking)
Atlanta 1996 no usó dinero público para financiar los Juegos y optó por imitar el modelo de Los Ángeles 1984. La financiación se realizó con las ventas de entradas, publicidad, patrocinios e inversiones privadas. Pero si en el 84 consiguieran una alta rentabilidad -más de 200 millones de dólares-, Atlanta apenas logró el equilibrio presupuestario y evitar las pérdidas… y eso por los pelos.
Pocos meses antes de que dieran comienzo las olimpiadas, los organizadores se encontraron con un agujero de 50 millones de dólares. Y para compensarlo lanzaron la mayor campaña de marketing y esponsorización que se recuerda en unos Juegos. Se denunció incluso un enfrentamiento entre la ciudad organizadora y el Comité Olímpico Internacional por conseguir rentabilidad. Hasta el punto de que Atlanta permitió la presencia de empresas que no patrocinaban los Juegos. Incluso dieron licencias a vendedores callejeros para comercializar marcas que eran la competencia de las que estaban pagando al COI.
El resultado fue que los del 96 fueron los Juegos Olímpicos más comercializados de la historia y recibieron fuertes reproches por no haber respetado la esencia de los mismos. Pero además, en Atlanta recibió más críticas por la saturación de la Villa Olímpica, por su mala comida y la falta de una red de transportes preparada para la ocasión.
También hubo problemas con la seguridad. Los JJOO del 96 entraron en la triste lista de eventos deportivos que fueron blanco de ataques terroristas. Una bomba explotó el 27 de julio en el Centennial Park junto a la Villa Olímpica provocando la muerte de dos personas y heridas a 111.
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En la ceremonia de clausura, Juan Antonio Samaranch felicitó en su discurso a la ciudad, pero evitó decir la fórmula con la que siempre se habían cerrado todos los Juegos Olímpicos, declarándolos como los «mejores de la Historia». Calificó los de Atlanta como «los más excepcionales». Recuperó la expresión «los mejores» 4 años después en Sydney 2000.
Aunque también es justo decir que Atlanta se apuntó algunos logros interesantes. Fueron por ejemplo, los primeros juegos olímpicos que contaron… con una página web. Internet apenas estaba empezando a despuntar, pero los ingenieros de IBM crearon un site con noticias, fotos y resultados instantáneos de las competiciones.