Leo Wieland publica un artículo en el alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung titulado �??Generación ni-ni�??, la generación que no quiere ni trabajar ni estudiar. «Son los hijos del milagro económico español, que durante una década y media sólo han vivido tiempos dorados de crecimiento continuo»…

�??Los motivos son varios y más bien un caso para sociólogos que para economistas. Los sociólogos hablan despiadadamente de una generación sin objetivos, ideales, intereses ni energía. En una reciente encuesta realizada entre españoles de 18 a 34 años, el 54 por ciento de los afectados incluso les dio la razón. A pesar de ello, más de tres cuartas parte de los jóvenes �??que siguen viviendo en el �??hotel mamá�?? hasta entrados los treinta e incluso más allá�?? están muy contentos con su vida. Un empleo como �??mileurista�?? a muchos les parece justamente lo adecuado, puesto que exige poco esfuerzo, no permite asumir una arriesgada hipoteca para una vivienda en propiedad y, de todas formas, es en casa donde mejor se come�?�.

�??El amplio desinterés ante la formación profesional y la autolimitación a actividades de peón ha quedado impune mientras el boom inmobiliario y de consumo ofrecía en todas partes puestos de trabajo vacantes en un bar o en una obra. Esto ahora se acabó, al igual que la promesa de un empleo fijo. […] Por otro lado, los jóvenes españoles generalmente no tienen grandes sueños de hacerse autónomos o de fundar empresas, si ello implica demasiada competencia, compromiso y esfuerzo. Tal y como les dan a entender periódicamente a los institutos demoscópicos, lo que más les gustaría es contra con un empleo en el servicio público y, en ese caso, después de la jubilación de sus padres estarían más que dispuesto a contribuir algo en casa para su propia manutención�?�.