Los principales museos de Ámsterdam renuncian al patrocinio de las energías fósiles
El mundo de la cultura se está sumando a las iniciativas para desligarse de las petroleras, industria del gas y en general de empresas de combustibles fósiles igual que ya han hecho otros sectores como la prensa, con The Guardian a la cabeza. En Holanda, la campaña de Fossil Free Culture NL ha logrado que la más importante sala de conciertos de Ámsterdam, la Concert-Gebouw, rechace el patrocinio de Shell y se sume a museos como el Van Gogh, el Rijksmuseum o el Stedelijk que ya lo habían hecho.
(Foto: Flickr/Imgadelha)
Desde 2015 existen movimientos de artistas, inicialmente en Reino Unido y más tarde en otros países europeos, que presionan para que las petroleras y otras importantes empresas de combustibles fósiles dejen de patrocinar museos y centros culturales. La idea era fomentar una cultura independiente de intereses de empresas contaminantes. La Tate Gallery de Londres, que contaba con BP entre sus colaboradores, fue el primer objetivo de la campaña y en 2017 se anunció el fin de este patrocinio que duraba desde hace 26 años.
Y en Holanda, desde 2018, Fossil Free Culture NL viene desarrollando acciones y protestas para conseguir lo mismo en Ámsterdam. Grandes centros como el Museo Van Gogh, el Rijksmuseum y el Stedelijk de arte moderno se han ido sumando paulatinamente y han cortado los patrocinios provenientes de las energías fósiles. Y según resalta un artículo de Marta Montojo en El Diario.es, acaba de hacerlo también la Real Concert-gebouw, la principal sala de conciertos de la ciudad holandesa, desligándose de la petrolera Shell que formaba parte del grupo de 30 empresas que les apoyaban financieramente.
Estas iniciativas para «independizarse» de las industrias de energías fósiles buscan luchar contra el cambio climático y reducir las huellas de carbono. Y no se limitan al mundo de la cultura. También han llegado a los medios de comunicación. A finales de enero de 2020, el diario británico The Guardian se convirtió en el primero del mundo que decidía rechazar anuncios y publicidad de empresas de combustibles fósiles. Su argumento fue: «Puede que esta decisión haga nuestras vidas un poco más difícil, pero creemos que construir una organización con mayor determinación y seguir siendo sostenibles deben ir de la mano».