Madrid Rio recibe el premio de diseño urbano de Harvard
Un proyecto que ha «reparado y regenerado la ciudad y demuestra cómo el diseño puede ser una fuerza transformadora». Eso es Madrid Rio, según la prestigiosa universidad estadounidense que le ha otorgado la duodécima edición del premio de diseño urbano Verónica Rudge Green. Iniciado en 2006, en plena burbuja inmobiliaria e inaugurado en 2011, el proyecto del parque lineal por encima de la M-30 ha logrado todo un hito: escapar de la etiqueta de «despilfarro» y «elefante blanco» que ha caracterizado a tantos mega-proyectos españoles, mejorar la ciudad y la vida de sus vecinos… y acumular premios internacionales.
(Foto: Flickr/GonzaloMMD)
Harvard destaca que Madrid ha logrado recuperar las orillas del Manzanares y dar una alternativa al anillo interior de la M-30, construido en los años 70 y que había dejado cortadas franjas y barrios de la capital. El resultado de sacar a la luz los casi 30 kilómetros de túneles son 120 hectáreas de nuevo espacio público, que incluye áreas deportivas, explanadas verdes, plazas, cafés, una playa urbana y zonas infantiles asi como la restauración de dos puentes históricos.
Pero sobre, el jurado de Harvard ha valorado su capacidad para reforzar la conexión de los barrios con las nuevas instalaciones y entre ellos, demostrando cómo las infraestructuras urbanas bien planeadas y ejecutadas tiene el potencial para transformar una ciudad y su vida social. La obra que ha reinventado esta zona de Madrid tiene autoría colectiva: tres estudios españoles, Burgos & Garrido, Porras & La Casta y Rubio-Álvarez-Sala y los paisajistas holandeses West8, que compartirán los 50.000 dólares con los que está dotado el galardón.
El Premio Veronica Rudge Green de diseño urbano se concede cada dos años. En 2013 fue para la integración del Metro en Oporto y la instalación del Metro-cable en Medellín. Pero antes que Madrid Río, otros dos proyectos españoles también se hicieron con el: la reconversión de espacios públicos de Barcelona en 1990 y el Metro de Bilbao en 1998.