Margarita Salas, galardonada con el Premio al Inventor Europeo del año
La científica española ha recibido dos Premios al Inventor Europeo 2019, otorgados por la Oficina Europea de Patentes (OEP) en una ceremonia celebrada en Viena este 20 de junio. Margarita Salas obtuvo tanto el Premio Popular que elige el público como el galardón de Logro de toda una vida (Lifetime achievement) que concede un jurado internacional. Es la primera vez que alguien hace «doblete» en estos premios y es un reconocimiento a la bioquímica asturiana, inventora de una patente capaz de amplificar el ADN que se ha convertido en la más rentable de España y ha permitido facilitar la secuenciación del genoma humano en múltiples áreas.
(Foto: Flickr/Comunicacionuned)
En sus 14 años de existencia, es la primera vez que un científico logra el Premio Inventor Europeo del Año en dos categorías. El presidente de la OEP, Antonio Campinos, ha reconocido la figura de Margarita Salas con estas palabras: «Es una pionera en el campo de la genética molecular y una referente para todas las mujeres en la ciencia. Su trabajo ha puesto la secuenciación de ADN al alcance de muchos más investigadores y científicos, y ha allanado el camino para nuevos avances en genética».
Margarita Salas Falgueras nació en Valdés, Asturias en 1938 y tras doctorarse en bioquímica en la Universidad Complutense de Madrid en 1963 trabajó con Severo Ochoa en la Universidad de Nueva York. En 1967 regresó a España para fundar el primer grupo de investigación en genética molecular del país en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Allí descubrió que un virus bacteriano llamado phi29 podía crear una enzima, conocida como phi29 ADN polimerasa, que ensamblaba moléculas de ADN mucho más rápido que las alternativas y con mucha más precisión. Esto permite replicar de forma más rápida, simple y fiable rastros de ADN en cantidades lo suficientemente grandes como para realizar pruebas genómicas completas. Su técnica se utiliza hoy en oncología, medicina forense y arqueología y tras registrarla en 1989 en el CSIC se ha convertido en la patente más rentable de la historia de España, generando la mitad de los ingresos por royalties de la institución.
Salas, según recoge la Agencia Sinc, ha asegurado estar “muy emocionada y me siento muy honrada de haber conseguido el premio. Ser finalista ya era un reconocimiento, pero que encima te lo den es el no va más”. A sus 80 años sigue yendo diariamente al laboratorio a investigar y defiende que no debe haber jubilación para un científico, si este no quiere. Y pone como ejemplo a la neuróloga italiana Rita Levi-Montalcini que murió con 103 años y seguía yendo al laboratorio.