Marruecos, Gibraltar, Ceuta y Melilla…
Al hilo de la visita de Moratinos a Gibraltar se han publicado diversos artículos especulando sobre las consecuencias. En Marruecos, Al Massae publica un texto de Nabil Driouech titulado: ??Moratinos quema los barcos españoles en el peñón de Tarik Ibn Ziyad?
??A semejanza del dirigente Tarek Ibn Ziyad, Miguel Angel Moratinos, Ministro español de Asuntos Exteriores, ha quemado a su vez los barcos españoles en el Peñón de Gibraltar; pero los barcos de Moratinos no son de madera, sino una etapa histórica completa que se han tragado las llamas desde que el jefe de la diplomacia española pisó el Peñón. Los españoles se han dado cuenta de que tienen el mar por detrás y a los británicos enfrente, y que no tienen otra salida más que las negociaciones y la aplicación de una política pragmática?.
[…] Hoy, es otro líder socialista, Rodríguez Zapatero, el que en coordinación con su Ministro de Asuntos Exteriores, Moratinos, ha realizado un paso que cambiará el rumbo de la historia?.
??Moratinos no se ha sentido molesto cuando visitó el Peñón y vio las banderas británicas en las ventanas y balcones y las pancartas en las que se insta a España a olvidar sus reivindicaciones históricas, como aquella que decía: ??Decid a Moratinos que somos británicos??. Entre las contradicciones de la política exterior Española, figura el hecho de querer separar los expedientes de Gibraltar y el de Ceuta y Melilla. Pues Madrid considera que el Peñón le pertenece ya que se sitúa en la Península ibérica. Pero se ha sentido muy molesta con el envío de un avión militar por SM el Rey Mohammed VI al Aeropuerto de Getafe, para repatriar el cadáver del bebé Ryan, cuyo padre es súbdito de Ceuta y vive en la capital española??
En cierta forma, la prensa extranjera interpreta que la visita de Moratinos da alas a las reivindicaciones soberanistas del Peñón, o por lo menos abre una nueva etapa donde se aparcan las reivindicaciones maximalistas. Moratinos ha tenido que introducir matices : «No renunciamos un milímetro en nuestras reivindicaciones», dijo ayer.
Lo que no se entiende es que si a Moratinos le preocupaban las interpretaciones, ¿Por que no fue más contundente durante la visita? Por contra, si lo que se pretendía era abrir un nuevo tiempo, quizá la última matización esté de más. Ya que uno da un paso debe darlo con firmeza, sea cual fuere.
Es curioso en todo caso, como los asuntos relacionados con Gibraltar inmediatamente son recogidos en Marruecos para establecer paralelismos con Ceuta y Melilla. Y no nos engañemos: en cierta forma tienen razón. Otra cosa diferente es que esto tenga una solución sencilla. La historia nos demuestra que crear Estados artificiales tiene consecuencias nefastas. Por eso en Marruecos se equivocan al buscar interpretaciones maximalistas. Debemos trabajar por el consenso, por el respeto, buscando soluciones a largo plazo, probablemente de responsabilidades y beneficios compartidos porque todos tienen poderosas razones para reclamar lo suyo.
No es, por otro lado, un asunto para preocuparse sino del que ocuparse. La política gestiona complejidades. Para gestionar alegrías hay que elegir otras actividades. Conviene reconocer que tenemos un tablero complicado que obliga a entenderse y a trabajar constantemente para buscar puntos en común, de encuentro. Ese trabajo debe satisfacer a los ciudadanos que viven en estas regiones, lo primero, y debe contribuir a disipar tensiones, no a generarlas. Una tarea complicada que han iniciado Zapatero y Moratinos con buen criterio.