Un ministro de Netanyahu presume de ser “homófobo, racista y fascista”
Bezalel Smotrich es el nuevo ministro de finanzas israelí y forma parte de un gobierno liderado por Benjamin Netanyahu y plagado de figuras ultraortodoxas y abiertamente supremacistas judíos, señalado como el más ultraderechista de la historia de Israel. Pero parece que la homofobia también esta ampliamente presente y en el caso de Smotrich, la manifiesta sin ningún pudor. En un audio reciente filtrado y publicado en una TV local y del que se hacen eco medios israelíes e internacionales asegura: «Soy una persona de extrema derecha, homófoba, racista y fascista… pero no apedrearé a homosexuales».
Israel’s far-right finance minister: ‘I’m a fascist homophobe but… I won’t stone gays’ https://t.co/XZxikjeZIX
— Haaretz.com (@haaretzcom) January 16, 2023
“Soy una persona de extrema derecha, homófoba, racista y fascista”, reconocía en una conversación privada, para sorpresa de nadie, Betsalel Smotrich, líder de la coalición de extrema derecha Sionismo Religioso.https://t.co/Lz5whynpjf
— Capitán Swing (@Capitan_Swing) January 18, 2023
Bezalel Smotrich es el líder del partido Sionismo Religioso, uno de los integrantes de la amplia coalición de gobierno que ha formado Netanyahu para poder volver a gobernar. Procede del ala dura de los colonos de Cisjordania y durante años abogó por la anexión de grandes partes del territorio sin otorgar a los palestinos en esas áreas los mismos derechos. Además ya había expresado puntos de vista contrarios hacia los árabes israelíes y la comunidad LGBT. De hecho fue juzgado en 2006 por organizar una contramanifestación durante el Día del Orgullo Gay en Jerusalén.
Y su homofobia ha llegado hasta tal punto, que lo reconoce abiertamente. Al menos lo hizo en una conversación con un empresario cuyo audio ha sido filtrado y emitido por el canal público Kan11. Allí Smotrich afirma literalmente: «Soy una persona de extrema derecha, homófoba, racista y fascista». Y poco después, añade «pero soy un hombre de palabra y no apedrearé a homosexuales, ni ellos me obligarán a comer gambas», refiriéndose a la prohibición de comida marisco para los que cumplen estrictamente las normas alimentarias de los judíos.
Y para evidenciar aún más su seguridad en que su modo de pensar no le pasa factura electoralmente sostiene: “¿Crees que a los sefardíes o tradicionalistas les preocupan los homosexuales? Les importa su abuela. Yo soy el único que no me iré con Ra’am (partido árabe). Protegeré el Gran Israel para sus nietos, y ellos me votarán”.
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