La mayoría de países que tuvo presencia en Afganistán en los últimos 20 años cesó las operaciones de repatriación de colaboradores en agosto cuando los talibanes se hicieron con el control. Pero España está llevando a cabo una misión «única en Europa» y sigue organizando convoyes para repatriar a decenas de refugiados. Es lo que pone de relieve un reportaje del primer diario francés que firma su corresponsal Sandrine Morel y que detalla como en octubre más de 200 ciudadanos afganos llegaron a la base de Torrejón de Ardoz (Madrid) tras ser evacuados por el Ejército a través de Pakistán. Y añade que el gobierno español tiene intención de seguir repatriando a todos los colaboradores que pueda  para cumplir su promesa de «no dejar a nadie atrás» y poder «seguir mirándose al espejo».

Las acciones de España en Afganistán ya habían sido destacadas y puestas de ejemplo en otros medios internacionales. En agosto llegó a estar en la portada del Washington Post por su rapidez en coordinar los vuelos para repatriar a los colaboradores desde Kabul y recibió también los elogios de la UE. Y posteriormente, algunos como Euronews, también destacaron el «impulso solidario» de poblaciones como Rota con los refugiados afganos.

Le Monde detalla el reencuentro en la pista de Torrejón de Ardoz, de un afgano de 53 años que fue traductor de medios de comunicación extranjeros con su hija de 19 años y el marido de esta tras dos meses de separación y el temor que que esta fuera definitiva. Y resalta que formaban parte de un grupo de 84 refugiados afganos que el Ejercito español ha trasladado desde Islamabad, la ciudad pakistaní, a la base en la capital española. Explica que se trata de una operación de evacuación tardía y «única en Europa» que continuó al día siguiente, 12 de octubre, con la llegada de otros 150 colaboradores afganos de España. Y pone de relieve que «la intención de Madrid es seguir repatriándoles, si es necesario recurriendo a otros países para el tránsito».

El reportaje subraya que tras las grandes evacuaciones de agosto que organizaron a toda prisa muchos países, España es hoy una «excepción» organizando en este mes de octubre convoyes para llevar a decenas de afganos primero a la frontera con Pakistán y luego a Madrid. Señala que se trata de un «autentico reto» que está afrontando España para honrar su promesa de «no abandonar a nadie» entre los afganos que en algún momento colaboraron con el país. Menciona que el gobierno español está negociando también con Qatar y Pakistán y recoge las palabras de José Manuel Albares que señala que aunque la dificultades prácticas son «importantes» porque ya no tienen personal sobre el terreno: «España no puede abandonar a agente que ha colaborado con ella durante 20 años. Tenemos que hacer todo para poder seguir mirándonos al espejo sin enrojecer».

Le Monde es un diario vespertino francés fundado en 1944 y considerado el periódico de referencia del país. Está editado por el Grupo Le Monde que tras dificultades económicas es controlado desde 2010 por los empresarios Pierre Bergé y Xavier Niel y el banquero Matthieu Pigasse. Prisa posee también un 15% del diario que además ha recibido subsidios estatales, en torno a 17 millones de euros en 2010. Su línea editorial está considerada como de centro o centro-izquierda. Su difusión a finales de 2020 superaba los 400.000 lectores -combinando papel y abonos digitales- y vende un promedio de 40.000 ejemplares fuera de Francia. Su website recibe más de 40 millones de visitas al mes y es el principal sitio de información en francés en Internet. En 2008, Le Monde fue condenado a pagar 300.000 euros de indemnización por haber publicado un artículo sobre prácticas dopantes en el FC Barcelona.

Sandrine Morel es corresponsal de Le Monde en España desde 2010. Anteriormente escribía para Le Nouvel Observateur y otros medios francófonos, como La Depeche du Midi o Les Nouvelles caledoniennes, y fue además redactora jefe de Le Courrier D´Espagne de 2007 a 2010. En 2019 recibió el Premio a la mejor corresponsal extanjera del CIP. Es además la autora de algunos artículos que han dado mucho que hablar como un perfil sobre Belén Esteban y sobre Emilio Silva, “el hombre que quiere acabar con Franco, o la advertencia de la “engañosa” eficacia en la frontera de Melilla junto con textos que resaltan el papel de la economía sumergida para evitar una revolución o las acusaciones de manipulación en TVE. Y en junio de 2018 publicó “En el huracán catalán”, un libro que ha tenido un gran eco, en el que detalla cómo ha vivido todo el proceso independentista en Cataluña y donde revela aspectos como el trato preferencial que dio a los corresponsales extranjeros la Generalitat o la sugerencia de que podían “influir” en sus artículos comprando  publicidad.

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