Las dificultades para acceder una vivienda, especialmente entre los jóvenes españoles, está provocando la «ira» de muchos, visibilizada en la manifestación del 13-O, y supone una amenaza para el gobierno -«una bomba de relojería» se dice incluso-. Es lo que advierten el primer diario francés y el semanario en sendos reportajes sobre la crisis de la vivienda en España. Se hacen eco de las denuncias y reclamaciones de los inquilinos y también de las nuevas medidas anunciadas por Pedro Sánchez. Pero se enfatiza que el presidente español lleva varios años intentando reducir el precio de la vivienda en España y no ha tenido éxito, ni siquiera con la Ley de Vivienda que aprobó en 2023.


Le Monde pone de relieve la «ira de los jóvenes» frente al coste de la vivienda. El diario francés describe en un reportaje de su corresponsal Sandrine Morel como durante la manifestación del 13-O en Madrid decenas de miles de personas exigieron una solución a la crisis de la vivienda señalando a los rentistas y los especuladores. Destaca que en la capital española, los alquileres han subido un 30% en 5 años lo que hace que, de media, los inquilinos le dediquen el 60% de sus ingresos en una ciudad donde la vivienda social apenas representa el 2,5% del total.

 

Y enfatiza que «en la calle, crece la ira», especialmente entre los jóvenes. Describe casos concretos de jóvenes que explican las dificultades que tienen para encontrar alojamiento y recuerda que en España el 66% de quienes tienen entre 18 y 34 años aún viven con sus padres. Resalta que el gobierno de Pedro Sánchez aprobó en 2023 una Ley de Vivienda para controlar los precios, pero subraya que de momento solo ha sido aplicada en Cataluña «y con resultados mitigados».

Marianne advierte que la crisis de a vivienda en España es una bomba de relojería para el gobierno de Sánchez. El semanario galo detalla en un reportaje de Diane Cambon que aunque la economía española vaya viendo en popa, hay una crisis de la vivienda que afecta esencialmente a los jóvenes que se ha convertido en una auténtica «china en el zapato» para el gobierno. Resalta que al día siguiente de la gran manifestación del 13-O, Sánchez se aprestó a anunciar nuevas medidas para facilitar el acceso a la vivienda. Pero enfatiza que el líder socialista lleva 8 años «multiplicando las fórmulas milagro» para intentar bajar el precio de los alquileres o limitar la especulación, pero no lo ha conseguido.

 

Añade que sus últimos anuncios, el bono joven de alquiler, no han provocado entusiasmo ni entre los colectivos del derecho a la vivienda, ni entre sus aliados parlamentarios. Menciona entre las causas de la crisis, la falta de vivienda social y las reticencias de las CCAA dirigidas por el PP a limitar el precio de los alquileres. Apunta que el Banco de España considera que harían falta 600.000 nuevas viviendas más para satisfacer las necesidades de la población y dado que todas las soluciones que se plantean tienen plazos demasiado largos, la vivienda «va a convertirse en una bomba de relojería» que tendrá numerosos impactos en la sociedad: jóvenes que no se pueden emancipar, baja natalidad y reacciones hostiles contra el turismo.

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