Nesrine Belmokh: Explosiva, lánguida, espiritual, melancólica…
La Cafetera de radiocable.com conversó con la cantante y violonchelista franco-argelina Nesrine Belmokh. Actualmente en el Circo del Sol, Nesrine describe la intensa experiencia que ha vivido allí.
La franco-argelina, que vive a caballo entre Madrid y Valencia, ha estado interpretando el papel protagonista en Amaluna, tocando el violinchelo y cantando a lo largo de prácticamente de todo el show. Pero Nesrine Belmokh habla también de su carrera y de su nueva formación musical NES, en la que, junto a Matthieu Saglio y David Gadea, explora las fronteras para pasear con libertad por el territorio de las emociones… (fotos)
Escucha aquí la entrevista con la polifacética artista (min 32:18):
Tras la formación NES encontramos a Nesrine Belmokh. Y no solamente. Según explica la propia artista, sus miembros son músicos de la escena valenciana e integrantes de grupos como Diablito Tango, Jerez-Texas, Krama o junto a Thaïs Morell (compositora, cantante y guitarrista brasileña), entre una larga relación de grupos en los que han tomado parte en la última década.
Los integrantes de este trío se han encontrado en el barrio valenciano de Russafa: una de las zonas con mayor número de creativos –diseñadores, pintores, arquitectos, músicos, escritores…– por metro cuadrado de la capital del Túria y uno de los espacios donde conviven decenas de nacionalidades. En este caldo de cultivo cosmopolita y artístico surge NES con una idea principal: “no poner límites sonoros ni geográficos a sus composiciones”.
Nació en 1982, empezó en la música a la edad de 6 años tocando la mandolina y cantando en un grupo de música árabe andalus típica del norte de África.
Comenzó a estudiar violonchelo a los 11 años en el Conservatorio de Marsella y ganó varios premios. Su viaje está marcado por los encuentros con grandes maestros como Roland Pidoux, Lluis Claret, Aner Bilsma Gabor Takacs-Nagy. Es desde 2008 miembro de la Orquesta del Palau de les Arts Reina Sofía de Valencia bajo la dirección de Lorin Maazel y Zubin Mehta.
