Nikki García, voz de Google y presentadora de ‘El Mundo Today’ visita La Cafetera | SOBREMESA CAFETERA

“A 300 metros gire a la izquierda y continúe por la CA-141”. Es una frase tipo que todos estamos acostumbrados a escuchar: el asistente de voz que te lleva a tu destino, que evita que te pierdas. Una voz robótica que quizá, diríamos, no pertenece a nadie. Pero hay una persona detrás. Siempre hay alguien detrás. En este caso, la española Nikki García que, una vez, grabó durante casi un año locuciones para Google y ahora se encuentra en todas partes. Desde una cámara de seguridad hasta el robot Roomba de limpieza que compró su madre años después.

En este episodio de la Sobremesa Cafetera, García que también es conocida por ser la presentadora del diario satírico ‘El Mundo Today’, se ha sentado a degustar nuestro café mientras señala que está «muy cansada» porque no para quieta. Ella es locutora de audiolibros, actriz de doblaje, cantante y voz  de (casi) todo lo que le propongan. «Hay directores que me llaman para que interprete a personajes con acentos difíciles», ha comentado entre risas. Un tema que, ella, maneja bastante bien ya que desde cría siempre le gustó imitar voces ajenas.

«En un capítulo de ‘Killing Eve’ me llamaron para que doblara a una mujer polaca que iba a hasta las cejas de droga y, además, borracha. Fue todo un reto», ha contado entre risas. Aunque, señala, el mayor desafío laboral al que se ha enfrentado ha sido el de interpretar a las hermanas gemelas de ‘Titania’, la ficción sonora sobre ciberseguridad de Podium Podcast. «Era todo audio, no podían distinguirse por el corte de pelo o la ropa. Tenía que haber algo distintivo en la voz que te hiciera reconocerlas al instante», ha explicado.

Así, en una conversación en la que han aparecido personajes de los Simpson, Mariah Carey, Taylor Swift o Whitney Houston, García ha ido recorriendo los lugares que uno debe transitar para convertirse en una voz, en una gran voz. «Cuando canto me obsesiono mucho con la afinación,  pero, al final, eso es lo de menos. Es como si un escritor se preocupase por la caligrafía, lo importante es otra cosa», ha zanjado.

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