Medios internacionales siembran dudas sobre el futuro económico de una Cataluña independiente
¿Es viable económicamente y sobre todo sería más próspera una Cataluña independiente? Es la pregunta del millón que se hacen economistas y analistas catalanes, españoles y ahora también extranjeros. International Business Times y Radio France Internationale coinciden en publicar artículos que ponen en duda que el futuro económico de la región sea tan positivo como pregonan los independentistas. Consideran que los costes para financiar un estado catalán serían mayores que los beneficios y apuntan además que Barcelona podría resentirse especialmente y se debilitaría el tejido empresarial.
International Business Times predice un «flojo» futuro económico para Barcelona, si hay secesión. El artículo es de Jess McHugh y destaca como a pesar de que los independentistas defienden que su proyecto tiene sentido desde un punto de vista fiscal, muchos economistas que creen que los costes superarán a las ganancias y no podrán financiarse. Y entre estos costes menciona el de encontrar una nueva moneda y pagar la factura de los gastos federales como salarios de funcionarios o pensiones. Pero también apuntan que Barcelona, que basa su riqueza en el comercio, el turismo y los servicios financieros, podría ver dañado su «estatus de puerto internacional» y ahuyentar a inversores. Y cita a varios economistas que argumentan sus dudas y subrayan los problemas prácticos que tendría un estado catalán independiente.
Radio France Internationale duda de que los catalanes ganasen en prosperidad siendo independientes. En un artículo que repasa hasta qué punto la secesión de Cataluña puede ser un repliegue egoísta, Dominique Baillard también analiza si los catalanes ganarían en prosperidad siendo independientes. Y señala que hay muchas incertidumbres para darlo por sentado. Advierte de que una Cataluña independiente tendría que establecer nuevos impuestos para financiar su sistema social y perdería inmediatamente cotizaciones como las pensiones. También apunta que el tejido empresarial se resentiría, ante la presumible salida de muchas compañías y negocios cuyo mercado es principalmente español y Cataluña tendría que hacer frenta a su alta deuda en caso de crisis sin la ayuda de Madrid, como sucedió en 2012.
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