González en el foco de la prensa latinoamericana
La decisión de defender a los opositores venezolanos, Leopoldo López y Antonio Ledesma, ha colocado a Felipe González en el ojo del huracán de los medios de toda la región y ha provocado toda clase de reacciones y valoraciones. El gobierno de Nicolás Maduro ha arremetido duramente contra la noticia, acusándole de impulsar un golpe. Su canciller de exteriores también ha señalado que el presidente español no puede ejercer la abogacía en Venezuela y algunos diarios y TV se unen a las críticas. Pero también hay artículos que califican de «legítima» la postura de González e incluso agradecimientos.
Nicolas Maduro se mostró, al conocerse la intención del ex presidente española, muy crítico y contraatacó en la radio y TV del país diciendo que Felipe González coordina el lobby golpista en Venezuela.
El Universal recoge que el ex presidente español no tiene facultades para ejercer abogacía en Venezuela. En su información titulada: «Canciller: Felipe González no puede ejercer abogacía en Venezuela» destaca que la responsable de exteriores venezolana, Delcy Rodriguez, ha sugerido Felipe González «que actúe en consecuencia y en consonancia con su título» y que no haga «lobby» a la derecha «local e internacional». Y explican que ha añadido que el ex presidente no tiene facultades para ejercer la abogacía en el país.
En el Nacional aseguran que los demócratas venezolanos están agradecidos a González. Una columna del diario titulada «Socialistas contra el chavismo» y que firma Demetrio Boersner dice que los demócratas de Venezuela se sienten agradecidos con Felipe González por ofrecerse a asesorar a los defensores de los presos políticos venezolanos. Y destaca que ahora los socialistas en general en Europa no vacilan en condenar el régimen chavista provocando una división en las filas de la izquierda mundial entre éstos y los partidos comunistas y de extrema izquierda que se niegan a condenar el régimen de Venezuela.
El Tiempo sostiene que la preocupación de González es legítima. En un editorial del diario colombiano titulado «Felipe González y Venezuela» señala que el anuncio del ex presidente español volvió a agitar el «avispero» que es hoy la política venezolana porque se trata de una figura de «considerable relevancia mundial». Recoge las quejas contra la «injerencia» desde Caracas, pero sostiene que la preocupación del González es legítima y debe valorarse como un esfuerzo de constatar el grave deterioro de la democracia en Venezuela y provocar cambios dentro de la institucionalidad.
El Comercio recoge las acusaciones de Maduro contra el ex presidente español y la respuesta de éste. En un artículo del diario peruano que lleva por título: «Maduro acusa a Felipe González de apoyar «golpe» en su contra» detalla como el presidente venezolana dijo que González se ha sumado al eje Miami-Bogotá-Madrid para una intervención extranjera en el país. Pero también se hace eco de que el líder español ha asegurado que el gobierno venezolano está fallando en dos asuntos fundamentales: la seguridad y la gestión económica.
La TV pública de Argentina critica a González por presentarse como si hubiera una dictadura en Venezuela y por comparar a Maduro con Pinochet. El programa Visión 7 repasa la figura de González y asegura que ya no es el que prometió que España saldría de la OTAN, sino que se ha «acercado» mucho a EEUU y luego «aplicó política neoliberales» cuando gobernó España. Añade que no es un ingenuo y que sabe la influencia que tiene en América Latina, aunque apunta que esa influencia es sobre todo entre políticos que están en contra del gobierno de Venezuela y apoyan a la oposición. Pero enfatiza que el gobierno de Maduro ha sido elegido democráticamente.
TNT destaca el respaldo desde España a la decisión de González. El canal colombiano destaca en un reportaje de su corresponsal desde Madrid el apoyo que desde el PSOE figuras como Carme Chacon han mostrado al ex presidente. Y añade que también el PP está presionando a Venezuela con una petición en el Congreso para pedir la liberación de los opositores, que «muchos consideran» presos políticos.