La posibilidad de que la Unión Europea o algún otro actor medie entre los gobiernos de España y Cataluña para resolver la crisis territorial no parece concretarse y más bien se observa que desde Bruselas se opta por el silencio o por el apoyo a Rajoy. Es lo que señalan los medios internacionales tras la petición de Carles Puigdemont a Europa de que no «mire para otro lado» e intervenga en el conflicto. Se resalta que los líderes e instituciones de la UE están «nerviosos» y «preocupados» por lo sucedido en Cataluña pero en sus posicionamientos públicos, aunque han criticado la «violencia como herramienta política», han reafirmado su posición al lado del gobierno español e incluso manifestado su «fe» en Rajoy para gestionar este «asunto interno» de España. Aunque algunos como La Stampa critican el «silencio culpable» de Bruselas.

The Washington Post apunta que los líderes europeos han mantenido sus distancias con Cataluña. La crónica de William Booth señala que «con amenazas y burlas» España y Cataluña diseñan sus próximos movimientos tras el «caótico» el 1-O. Resalta en concreto que entre los catalanes hay ansiedad y los líderes independentistas quieren seguir adelante y declarar unilateralmente la independencia. Pero afirma que los «nerviosos responsables europeos» han advertido a la región de que «haga una pausa». Explica que la UE considera que el referéndum fue una violación de la Constitución española y en privado se muestran preocupados por otros movimientos secesionistas en el continente. Recoge que Puigdemont ha pedido a Europa que «no mire hacia otro lado», pero constata que los líderes europeos mantiene sus distancias, mencionando, en concreto, queJuncker, presidente de la Comisión ha reiterado que Cataluña es un asunto interno de España o que el presidente del Europarlamento y el del Consejo, Trajani y Tusk respectivamente, han insistido en la defensa del estado de derecho y la Constitución española.

The Times subraya que Bruselas «pone su fe» en Rajoy tras el referéndum «ilegal» en Cataluña. El texto que firma Bruno Waterfield señala que la Comisión Europea intento reforzar al presidente español al asegurar que confiaban en Rajoy para gestionar la crisis independentista en Cataluña. Destaca que incluso Jean Claude Juncker ha criticado a los nacionalistas catalanes por organizar un referéndum que ha llevado «división y fragmentación». Y resalta asimismo que los gobiernos de la UE han enmudecido a la hora de responder a la votación y violencias vistas en Cataluña, ante el temor de que esto pueda alentar a otros movimientos separatistas, por lo que, aunque han criticado el uso de la violencia, han instado a ambas parte a pasar «rápidamente de la confrontación al diálogo».

Los Ángeles Times dice que la UE y España rechazan la petición catalana de mediación internacional. La información que firma Lauren Frayer explica que muchos se preguntaban si las imágenes de las cargas policiales contra colegios electorales del domingo podrían asombrar a Europa y llevar a mediar en la crisis, algo que incluso pidió el presidente catalán Carles Puigdemont, la noche del 1 de octubre. Pero subraya que no ha sido así y que la mayoría de los líderes europeos, a parte de algunos que insistieron en pedir diálogo, se han alineado y apoyado al gobierno de Mariano Rajoy. Recoge en concreto el comunicado de la Comisión Europea resaltado que su posición sigue siendo la misma y consideran a Cataluña un «asunto interno» de España o la llamada del presidente francés Emmanuel Macron a Rajoy para recalcar su apoyo a la «unidad constitucional».

Le Parisien resalta que Macron apoya al gobierno español en Cataluña. Destaca que el presidente francés no ha evocado la violencia policial durante el referéndum y se ha posicionado al lado del gobierno de Mariano Rajoy a declarar su apoyo a la unidad constitucional de España. Explica que Macron ha hablado por teléfono con el presdiente español y le ha confirmado que es su «único interlocutor».

La Stampa habla de «culpable silencio» de Europa. Una columna de Stefano Stefanini señala que el referéndum del 1-O fue un «desastre político evitable» y ha cavado un abismo aún mayor entre Madrid y Barcelona, especialmente tras la violencia policial. Resalta que Rajoy parece pretender ahora cerrar el episodio sin consecuencias, lo que demostraría que «no ha entendido lo que pasó» y afirma que en este sentido ek silencio de la UE, aunque «tal vez bien intencionado», se convierte en una insensible indiferencia. Considera que a la UE y a los líderes europeos les corresponde dejar claro tanto a España como a los independentistas catalanes que choque frontal conduce a la catástrofe política. Pero critica que en Tallín, los líderes europeos no hablaron de Cataluña, para «no ofender a Rajoy» o del Brexit ante May, dando la impresión de evadir los problemas hasta que se convierten en crisis, cuando las presiones secesionistas se pueden manejar y combatir desde la política.

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