Dos visiones opuestas en prensa de América Latina sobre las motivaciones de Felipe González en Venezuela
El Nacional, desde Venezuela, y La Jornada, desde México, se han unido con dos columnas en las últimas horas, al escrutinio y análisis de las implicaciones de la decisión del ex presidente español de colaborar en la defensa de dos opositores venezolanos encarcelados. El prestigio de Felipe González ha provocado que su iniciativa cause un gran revuelo e interpretaciones contrapuestas. Así mientras unos le alaban y defienden que su motivación es defender las libertades en Venezuela otros le acusan de estar al servicio de EEUU y de las empresas españolas.
El Nacional alaba la iniciativa y las motivaciones de Felipe González y destaca que se han unido a ella otros expresidentes. El artículo que firma Adolfo Taylhardat se titula «¡Bienvenidos señores expresidentes!» destaca que Felipe González ha decidido poner su prestigio de estadista y su experiencia política al servicio de la causa de la defensa de los opositores venezolanos encarcelados. Señala que es a la vez una causa humanitaria y legal pero también un reto a la «impía dictadura del ilegítimo» (en referencia a Nicolás Maduro con el que el diario mantiene un actitud muy crítica).
Sostiene que la motivación de González es defender las libertades en Venezuela y que su iniciativa ha generado un movimiento de expresidentes que espontáneamente se han sumado a ella. Advierte que el gobierno venezolano podría impedirles la entrada al país, pero se expondría a la reacción nacional e internacional.
La Jornada sostiene que el ex presidente español actúa en connivencia con EEUU y para recuperar negocios para empresas españolas. En un texto que lleva por título: «Felipe González, el vicio imprescindible» y que firma Luis Hernández Navarro se asegura que el expresidente español tomó su decisión nada más volver de EEUU y reunirse con un asesor de Obama. Sostiene que la decisión de González de defender a los dos opositores venezolanos no es un hecho aislado, sino que es la última jugada de Washington para desestabilizar el régimen de Nicolás Maduro.
Añade que entre 1992 y 2000 los empresarios españoles se beneficiaron de las subastas de empresas públicas que hicieron los gobiernos latinoamericanos «a precio de ganga», pero apunta que el chavismo «revirtió estas conquistas». Según el texto, Gonzalez buscaría ahora revancha y recuperar los negocios perdidos.
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