Ya he manifestado aquí, anteriormente -lo hago de nuevo y lo volveré a hacer-, mi oposición a la Refinería Balboa que un poderoso Grupo llamado Gallardo quiere construir en Extremadura. Digo poderoso porque me consta que son pocos los que se atreven a enfrentarse a ellos abiertamente y oponerse a la construcción de tal barbaridad: tienen todo el apoyo político, poderosos grupos empresariales detrás, contactos en la prensa, promesas de empleo… Y cuentan con el apoyo de los socialistas extremeños. 

…Con mucho es el mayor proyecto industrial de la historia de Extremadura y, en estos momentos, uno de los mayores de Europa, -dice la web de Gallardo.

Hoy publica la prensa que la Refinería también quiere coger agua del embalse de Alange que está destinada a consumo humano. El PP ha exigido que se celebre un Pleno Extraordinario para preguntar por ello, en un extraño síntoma de lucidez. 

Los expertos y los ecologistas advierten de que una refinería de estas características es «una industria no sostenible, clásica y pesada» que añadirá sus gases a otras industrias también cuestionadas en la región. [videos]

Y no es lo más grave: para construir el capricho de Rodríguez Ibarra se necesitará un oleoducto de 200 km que atravesará parajes naturales muy ricos, extendiendo la ignominia a otros lugares.

A Rodríguez Ibarra, que puso la primera piedra virtual de este asunto, le molesta mucho que vengamos los de fuera a decir que se debe o no hacer. A mí también me lo dicen todos los días: los de la comunidad de vecinos, los de mi ciudad, los de mi gobierno, e incluso los de Europa. 

Pero sobre todo, es una contradicción andar augurando la sustitución de la era industrial por la del conocimiento mientras se impulsa tamaña salvajada.  Por lo menos no lo llamen ustedes progreso, llámenlo simple ambición.