Óscar Camps: «Los gobiernos quieren convertir a las ONGs en el problema de las crisis migratorias»

«Llevamos más de un año con una campaña de descrédito a las ONGs. Nos acusan de forma improbada de muchísimas cosas, hasta de estar financiados por las mafias», -explica Oscar Camps en el programa La Cafetera de radiocable.com;  Proactiva Open Arms, la organización a la que pertenece, tiene como principal objetivo el rescate de personas refugiadas que se encuentran a la deriva en busca de un puerto que los acoja, pero en los últimos meses tiene que dedicarse, además, a responder a las campañas gubernamentales que tratan acabar con su prestigio para que abandonen su labor. Parece que las ONGs se hayan convertido en el problema de las crisis migratorias. Se ha intentado generar una falsa idea de caos pero lo cierto es que las ONGs llevamos trabajando en colaboración con la guardia costera durante mucho tiempo·.

En España, la punta de lanza de esa campaña la protagonizó el ministro del interior, Juan Ignacio Zoido, que vinculó las ONGs que rescatan inmigrantes con las mafias que se lucran con ellos:

«Lo que quieren es que las ONGs salgamos de allí y dejemos de contar lo que estamos viendo. La primera visita de los guardacostas libios fue afable, tomamos té e incluso nos pidieron una camiseta de algún futbolista de la liga española. Y hemos pasado de eso a que nos disparen».

Otras organizaciones, como Médicos Son Fronteras, han abandonado la zona por los problemas de seguridad. «Proactiva Open Arms no se ha ido de allí porque lo que estamos haciendo es salvar vidas, nada más. No podemos permitir que alguien muera ahogado a la deriva. Si las administraciones han abandonado esa protección nosotros no podemos hacerlo. Hay ONGs que se han retirado porque sus estatutos o su forma de organizarse les obligan por seguridad a abandonar el peligro. Pero nosotros no estamos cometiendo ningún delito, navegamos en aguas internacionales y no paran de amenazarnos; empezaron por lo civil y ahora por lo militar», explica Camps, que entre sus funciones tiene la de impartir conferencias para denunciar la desatención a los refugiados.

A las complicaciones con las instituciones europeas se ha sumado este verano el barco sostenido por organizaciones de ultraderecha que ha iniciado una campaña contra los refugiados.»Ellos van dando la imagen de que colaboran con la guardia costera y con FRONTEX y manejan el mismo discurso que esos organismo, como si alguien les hubiera escrito un guión», denuncia Camps, que tras los atentados de Barcelona ha alertado del posible uso político de la islamofobia contra las personas refugiadas.

Mientras en el mar se producen las migraciones de refugiados en terribles condiciones humanitarias, Bruselas acaba de urgir a los países de la Unión Europea a acoger más personas, pero luego su acción política va por otra parte, como bien explica Óscar Camps. «Europa dijo en septiembre del año pasado que no iba a hacer nada en los dos próximos años, pero claro que lo hace, porque externaliza fronteras. Retenerlos fuera de sus fronteras es la mejor opción. Europa ha aprendido de Australia, que descubrió que retenerlos fuera del país es la mejor opción para apartar el problema y allí lo hacen en dos islas de Papúa Guinea. Mientras, Europa lo hace con Turquía, Libia y algún otro país con el que se ha firmado un acuerdo».

En lo que a su actividad se refiere, Camps recuerda que necesitan de la ayuda de los voluntarios y donantes. «Tenemos voluntarios en periodos de quince días, porque es difícil aguantar más días algo tan duro. Pagamos billetes, seguros, y con el presupuesto que tenemos en un año hemos rescatado a entre ocho y nueve mil personas y mientras nos siga ayudando la ciudadanía haremos esta labor. Ha habido gente que ante esta campaña contra las ONGs ha reaccionado apoyándonos. Nosotros nos financiamos con las donaciones privadas y siempre somos independientes para denunciar lo que estamos viendo».  Pro Activa Open Arms ha recibido premios en Estados Unidos, Inglaterra, Italia, Noruega, Grecia, pero como recuerda Camps: «Lamentablemente, los barcos no van con premios, van con gasoil».