Patxi López Lehendakari
Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro: «Desde hace 45 minutos, Patxi López es Lehendakari y desde hace hora y media, Ibarretxe es un político retirado. El tiempo nuevo que comienza es un enigma, pero hoy ya se sabe cuál es el error fundamental a evitar. El que se encierra en el discurso de esta mañana de Ibarretxe y en la declaración de hoy de José María Aznar. Ahí están, compendiados, los dos grandes desenfoques. Ibarretxe, en su despedida, lo ha expresado con claridad: «el nuevo Gobierno, ha dicho, emprende una cruzada para destruir nuestra propia identidad nacional». Ahí esta todo. La identidad nacional vasca reside en el alma nacionalista. Los socialistas y los populares no participan de esa identidad. Es más, la consideran un tumor a extirpar. Y es aquí donde el pensamiento de Ibarretexe y el de Aznar se hermanan en la equivocación de 2001. Dice Aznar: «Jaime Mayor encendió la antorcha de la victoria de López». No, en absoluto. No, todo lo contrario. Aznar, Mayor y Redondo Terreros se plantearon aquella campaña como los Reyes Católicos la reconquista de Granada. La recuperación para la patria de una tierra arrebatada por infieles. El nacionalismo se movilizó porque lo percibió como un amenaza. De entonces a aquí, los socialistas, tras una crisis muy seria, afinaron su rumbo e identificaron sus raíces. Y, muy recientemente, el PP lo ha hecho también. Y hoy, el nuevo Lehendakari, ha pronunciado el único discurso posible. El de la integración. No garantiza el éxito de nada, pero es por donde hay que empezar. Porque ya es insostenible la teoría de las dos almas vascas. Hay una, compleja, diversa, contradictoria, resultante de mil vicisitudes históricas. Lo que hay es dos maneras de enfrentarse con la realidad: afrontándola o negándola. Jaime Mayor y Redondo Terreros en 2001, Ibarretxe y Aznar en todo momento, creyeron y creen que Euskadi tiene un defecto a corregir -como al zurdo que se violenta para que escriba con la derecha-: que no es suficientemente español o suficientemente vasco. Hora es ya de que se la acepte en su verdad mestiza. Ibarretxe siempre vio mas claro su sueño político que la realidad de su país. Por eso sus honestos y enormes esfuerzos han resultados estériles. Y por eso ha perdido el poder.»