La plaga de langostas agrava la hambruna en Yemen
Desde la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) alertan de que la langosta del desierto es la plaga migratoria más dañina del mundo y puede reproducirse a ritmo muy rápido dadas las condiciones adecuadas. Y advierten de que Yemen es un «caldo de cultivo» importante de la plaga y que el control de la infestación en el país es «crucial» para prevenir un nuevo brote tanto en el Cuerno de África como en el suroeste de Asia.
La FAO está apoyando al Ministerio de Agricultura y Riego de Yemen en las operaciones de control de la langosta del desierto y ha provisto más de 14.850 litros de plaguicidas y capacitado a 393 equipos de campo en técnicas efectivas de control y salud, seguridad y mejores prácticas ambientales.
Según explican, a estos insectos les atraen los cultivos y la vegetación utilizados como forraje por los rebaños de pastores, y comen su propio peso al día. Solo un pequeño enjambre tiene el potencial de comerse la misma cantidad de vegetación y cultivos en un día que 35.000 humanos, aseguran.
Además, los insectos migran cada vez más lejos a medida que el cambio climático altera los patrones de lluvia y atacan los cultivos de rábano, cebolla, sésamo, berros e incluso dátiles y palmeras, lo que resulta en pérdidas significativas para los agricultores.
Los cambios climáticos estacionales ahora están impulsando a la voraz plaga de cultivos a moverse en busca de vegetación para poder comer.
La FAO explicó que la situación sigue siendo muy crítica a medida que se forman más enjambres y que ahora ha comenzado una nueva generación de reproducción en Etiopía y Somalia, lo que provocará la formación de nuevos grupos a mediados de diciembre, que probablemente se desplazarán hacia el sur y amenazarán a Kenia.
Aunque los países están mejor preparados que hace un año, avisan de que las operaciones de reconocimiento y control deben continuar detectando y reduciendo tantas infestaciones como sea posible.
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