Cerca del 75% del plástico generado por la pandemia se convertirá en desechos en vertederos y mares
Cerca del 75% del plástico generado por la pandemia como mascarillas, guantes y botellas de desinfectante para manos se convertirá en desechos que llegarán a vertederos y mares. Con el «grave costo para el medio ambiente y la economía» que eso supone, alertó en un comunicado la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD).
Aunque las medidas de confinamiento alrededor del mundo han generado una dramática caída del 5% de las emisiones de gases de efecto invernadero, advierte del aumento de los desechos plásticos «que ya se ven en calles, playas y el océano» y que está teniendo «un impacto negativo en la naturaleza».
Por ejemplo, durante el confinamiento de ocho semanas de Singapur, los 5,7 millones de residentes de la ciudad-estado desecharon 1470 toneladas adicionales de envases de plástico de comida para llevar, según revela una encuesta citada por el periódico Los Angeles Times, citada por Naciones Unidas.
Recuerdan que el plástico es «un componente en innumerables productos exportados e importados todos los días en cada rincón del mundo». Desde automóviles hasta juguetes para niños y electrodomésticos. Incluso, los productos que no contienen plástico, como manzanas o barras de chocolate, son transportados en millones de toneladas de envases de plástico cada año.
Además de regular la producción y el consumo de plásticos, la UNCTAD instó a los gobiernos y a las empresas a identificar sustitutos del plástico que no sean producidos a partir de combustibles fósiles.
Los países en desarrollo son muy activos en la economía mundial del plástico. Su participación en la producción global aumentó de 43,5% en 2009 a 58% en 2018. Además, estas naciones albergan dos de cada tres empleos en las industrias de fabricación de plásticos.
En cuanto a la lista de materiales no tóxicos, biodegradables o fácilmente reciclables que podrían sustituir el plástico incluye muchos ya conocidos como vidrio, cerámica, fibras naturales, papel, cartón, cáscara de arroz, caucho natural y proteínas animales. Y, dado que los países en desarrollo son proveedores importantes de muchos de estos materiales, una mayor demanda mundial podría ofrecerles nuevas oportunidades comerciales y de inversión en sectores más ecológicos.