En abril de 1974, Celeste Caeiro salió a la calle para regalar claveles rojos y blancos a los militares que derrocaron la dictadura portuguesa y abrieron la puerta al regreso de la democracia. Se convirtió en un pequeño icono y se la considera la persona responsable de que el mundo conozca este evento como la Revolución de los Claveles. Este 15 de noviembre de 2024 ha fallecido a los 91 años y su país aunque tardó en reconocerla, después de homenajearla al cumplirse este mismo año, el 50º aniversario del levantamiento, la está despidiendo con afecto.


Celeste Caerio era camarera, militante del PCE y vivía en Lisboa el 25 de abril de 1974. Ese día, el dueño del restaurante en el que trabajaba, decidió no abrir dada la trascendencia de los acontecimientos políticos y el levantamiento de los capitanes contra la dictadura y les dió a sus empleados los claveles rojos y blancos que tenía para celebrar el primer aniversario del local. Celeste, volviendo a su casa, se encontró con los soldados que se dirigían hacia el Cuartel donde estaba el entonces dictador Marcello Caetano. Y decidió regalar los claveles que llevaba a los militares que los colocaron en los cañones de sus armas.

Y este gesto fue el responsable de que el clavel rojo en el fusil se convirtiera en el símbolo de este golpe de Estado pacífico que acabó con la dictadura portuguesa, la más antigua de Europa que se mantenía desde 1926. Desde entonces, la Revolución de abril es conocida mundialmente como la de los Claveles y así ha pasado a la historia.

Pilar del Río resalta que Celeste Caeiro era pobre y su gesto no fue reconocido como se merecía durante mucho tiempo. Sin embargo, este 25 de abril de 2024, durante la conmemoración del 50º aniversario de la Revolución, sí que fue homenajeada como Celeste de los Claveles. Ahora además tras su muerte a los 91 años, Portugal la despide con actos simbólicos y diversos reconocimientos a su gesto al que se debe uno de los más bonitos nombres de una revolución.


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