Reiner Wandler: «Puede que el partido de Merkel se mueva hacia la derecha y ocupe el discurso xenófobo».

Reiner Wandler ha respondido a las preguntas de La Cafetera para analizar los resultados de las elecciones alemanas celebradas ayer, en las que la canciller Angela Merkel renovó su victoria electoral y la extrema derecha entró con fuerza en el parlamento, por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial.

Una de las causas que señala de la emergencia de la ultraderecha es que “la hegemonía en la campaña la tenía la ultraderecha. Todo el mundo hacia campaña contra la ultraderecha y con los temas de la ultraderecha. Y si tu estás en el centro del debate la gente se preocupa de tu postura”.Alternativa por Alemania, el partido de extrema derecha que ha ensombrecido las elecciones “nació en los tiempos de la crisis, de unos profesores y economistas que protestaban contra el rescate de Grecia, que estaban contra el euro. Han ido creciendo y hay bastante gente que se puede definir como neonazi o nazi que está en altos cargos en ese partido”, explica Wandler (entrevista a partir del minuto 43:55).

Frente a lo que mucha gente cree, en Alemania no hay posibilidad de ilegalizar fuerzas políticas de extrema derecha: “Un partido nazi que se vincula explícitamente a ese pasado no puede participar, pero un partido con una base racista sí puede. Lo que impide la ley es un partido que se considere heredero directo del partido nazi original”, explica Reiner, con un español que lleva años utilizando como corresponsal.

La estrategia de los ultraderechistas ha sido similar a la que utilizan en países como Grecia, Francia u Holanda. “Los postulados que han utilizado en las elecciones para conseguir votos son siempre los mismos, que los refugiados consumen todas las ayudas sociales, que para la gente alemana no queda nada y que Angela Merkel es una traidora al pueblo alemán”, sentencia Wandler. Además, trata de explicar alguna de las causas para el ascenso de los ultraderechistas. “En Alemania en los últimos años hemos observado una política que nunca ha habido una crítica a la política de la banca alemana, el derrumbe de las bancas española y griega, lo que se decía es que los griegos y los españoles son unos vagos, han derrochado el dinero y ha faltado una visión más crítica de lo que está haciendo el propio país y eso nos ha llevado a estos extremos”.

Más allá del triunfo de Merkel, el resultado electoral dificulta la negociación de una coalición de gobierno: “El SPD ya no quiere una gran coalición porque se han hundido una vez tras otra y ahora están en sus peores resultados desde 1949. Hay otra opción que han bautizado en Alemania como la opción Jamaica, por los colores: el negro para el CDU, el verde para los verdes y el amarillo para los liberales. Pero es posible que el CDU se mueva hacia la derecha y ocupe el discurso xenófobo y racista. Por otra parte, los liberales también han hecho política reclamando medidas como que hay que acelerar las expulsiones. Y luego están los verdes que son lo que en Alemania llamamos el ser humano bueno, que siempre quieren ser solidarios y nunca ven problemas por ningún lado. Meter todo esto en un saco y hacer una colación me parece muy complicado”, analiza Reiner.

Con respecto a cómo puede determinar la política europea la colación resultante, Wandleraugura pocos cambios: “Los liberales son un partido con una falta total de sensibilidad social. El CDU ha mostrado estar bastante igual con respecto a lo que pasa en Grecia, Portugal o España. Y los verdes se preocupan más por una Europa ecologista, una Europa más limpia, más de energía renovables pero tampoco es un partido que destaque por su programa social”.