Reeditar los pactos de La Moncloa para salvar la marca España
Escribo esto cuando todavía resuenan los ecos la información publicada por The Wall Street Journal sobre nuestro pais. Según el diario financiero, el FMI ha impartido instrucciones para trabajar en un próximo rescate de España.
Soraya Sáenz de Santamaría desde los EE.UU se apresuró a matizarlo anoche tras su entrevista con el Fondo Monetario Internacional:
«El Gobierno español trabaja ??en la misma dirección y de manera coordinada con el de Estados Unidos en la solución de la crisis de la eurozona y, particularmente, en el saneamiento del sistema bancario español»
Y aunque según Christine Lagarde todavía ??no se ha recibido ninguna solicitud? de las autoridades españolas en esa dirección, lo cierto es que es un secreto a voces por aquí que el gobierno busca recursos para la banca, allí donde puede.
España parece cada vez más cerca del rescate. Quizá estemos ante un rescate general, quizá solo para la banca o quizá solo para una parte de la misma, pero la situación es dificilmente sostenible. ?jala sean verdad las palabras de Lagarde, pues las condiciones que impondría el FMI para ayudar a la banca española no son nada deseables, como bien saben los paises latinoamericanos.
«Estamos ante el momento más sensible para la economía española. Un momento solo comparable al de la transición- explica un experto-. El desplome del IBEX deja a nuestras principales empresas a precio de saldo y expuestas a la compra por cualquier Fondo de inversión extranjero». No se trata tan solo de un problema de propiedad, se ha convertido en un problema de seguridad nacional.
La dialéctica a la que nos tienen acostumbrados los partidos ya no sirve. La economía española corre un riesgo muy serio y el descrédito institucional es cada vez mayor. Por eso creo honestamente que es tiempo de olvidar las disputas y reeditar los pactos de La Moncloa. Hay que enviar un fuerte mensaje interno y externo de que los ciudadanos españoles se han puesto a trabajar para resolver la situación. Porque no quiero ni imaginar lo que le puede ocurrir a este pais -a su sanidad pública, a sus funcionarios, a su educación, a las prestaciones por desempleo…- si las normas nos las empiezan a dictar desde la tabla de Excel del FMI.