El suicidio es la primera causa de muerte de mujeres en el periodo perinatal, es decir durante el embarazo y hasta un año después del parto. Hasta ahora no se disponen de herramientas específicas para detectar el riesgo en esta población. Un nuevo estudio, del que se hace eco Sinc, coincidiendo con el Día Mundial de la Prevención del Suicidio, ha validado dos instrumentos de valoración psicológica en España con el fin de atajar este problema.


Las mujeres embarazadas y en periodo perinatal a menudo son consideradas una población vulnerable en términos de salud mental. De hecho, la prevalencia del suicidio está aumentando en esta etapa de forma generalizada, y en 2020, el riesgo de muerte materna triplicó las cifras anteriores en el postparto. Así, en este período el 36 % de las muertes maternas se deben a esta causa.

Un estudio español publicado a finales de julio en la revista Depression and Anxiety alerta de la falta de instrumentos específicos que puedan detectar el riesgo en estas mujeres, a pesar de las consecuencias que supone para la madre y el recién nacido. “Encontramos que aproximadamente 2 de cada 10 mujeres tuvo ideación suicida, una cifra cercana a lo encontrado en otro trabajo llevado a cabo en las islas Canarias. Los diferentes artículos arrojan porcentajes importantes con una tendencia al alza a pesar de la infradeclaración que pueda existir”, explica a SINC Sergio Martínez Vázquez, investigador de la Universidad de Jaén y primer autor.

Es un periodo “en el que pueden aparecer dificultades que suelen estar silenciadas por los diversos tabúes que persisten en torno a la conducta suicida y la maternidad”, afirma Susana Al-Halabí, experta del departamento de Psicología Universidad de Oviedo que no ha trabajado en esta investigación. “En los países occidentales, es la primera causa de muerte de las mujeres durante el periodo perinatal”.

Ventajas del cribado

En el análisis, en el que participaron 237 mujeres españolas embarazadas o que habían dado a luz hacía menos de 18 meses, examinaron dos escalas para la población perinatal, como la de Paykel y la de Plutchik, y observaron que son herramientas útiles para el cribado del riesgo en esta población vulnerable.

“Estas escalas ofrecen varias ventajas que contribuyen a la identificación temprana y, por lo tanto, a la intervención oportuna”, insiste Martínez Vázquez. “Esto es crucial en el periodo perinatal, ya que los desórdenes de salud mental pueden tener consecuencias tanto para la madre como para el bebé”.

En la actualidad, en España no hay protocolos establecidos para tratar este problema. Para los autores, es fundamental que se desarrollen estrategias estandarizadas de detección y evaluación por parte de los servicios de salud, llevadas a cabo por profesionales sanitarios que trabajan con la salud de las mujeres.

“Las matronas, esenciales en este contexto, tienen la capacidad de identificar el riesgo y manejar herramientas como las escalas de Paykel y Plutchik, gracias a la confianza que generan durante el embarazo y a lo largo de la vida de estas mujeres”, añade.

Factores de riesgo

Al tratarse de un fenómeno complejo y multifactorial, los elementos de riesgo pueden ser diversos. Entre los factores sociodemográficos se encuentran la edad, etnicidad, nivel de estudios maternos, desempleo, nivel socioeconómico, ser madre soltera y no tener suficiente apoyo.

En términos de historial médico, se incluye el tener antecedentes personales y familiares de problemas de salud mental, especialmente si se trata de depresión severa, mala calidad del sueño, haber experimentado violencia de género, maltrato o abuso infantil, además de tener hábitos tóxicos como consumo de alcohol y tabaco.

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