Imagen exclusiva: Rodrigo Rato embelesado
La foto la tomé en la Recepción Real del 12-O. No existe un protocolo preciso sobre sí se podía tomar imágenes con el móvil y la única instrucción que recibí de un escolta fue que no levantase demasiado el teléfono por encima de las cabezas, por razones de estética.
Así qué al ver a Rodrigo Rato buscando anhelantemente la mirada de Rajoy, tomé el teléfono e hice dos fotografías. Una desenfocada, y otra esta que veis.
Es un momento congelado formidable, por todo lo que representa. Y representa muchas cosas. Lo primero porque Rodrigo Rato, imputado, fue invitado a toda una recepción de Estado. Y sospecho que no era el único imputado entre los mil invitados. Y vayáis a pensar que había inquietud por verse con él. Compañía no le faltó. Consejos tengo.
Lo segundo por su mirada. Quizá buscaba embelesado la indulgencia de Rajoy, o quizá anhelaba un gesto de complicidad del Presidente. Puede, a lo mejor, que estuviera tratando de agradecerle algo, o puede simplemente que estuviera ensimismado pensando «ese puede haber sido yo», recordando que un día fueron pares en el cuaderno azul, -como decía en twitter @antoniodemiguel .
Pero así quedó retratado el gesto. Y la España que tenemos.