Corresponsal del Wall Street Journal: «La privatización de Aena no tendrá efecto económico significativo para España»
David Roman analiza en radiocablecom las implicaciones para España de la privatización de Aena. El corresponsal de la Agencia Dow Jones/Wall Street Journal señala que se trata de un «movimiento defensivo» de la compañía para garantizar su viabilidad, incluso su expansión, y que no se eche mano de su flujo de capital. Pero también dice que supone vender un activo público valioso y del flujo de beneficios y que no supone un efecto económico «significativo» para el gobierno. Añade que a largo plazo, la entrada de inversores privados podría suponer el cierre de aeropuertos no rentables.
David Roman considera que la privatización de Aena: «para España y a nivel de la economía va a tener un efecto limitado y pequeño, porque la privatización se lleva a cabo sobre todo para que Aena tenga recursos para expandirse fuera de España. Lo que se busca es que la compañía se asegure la rentabilidad de ahora en adelante. Cuando hablamos con ellos, la gran preocupación que tenían es que ahora van bien, pero en España cuando una empresa estatal va bien durante mucho tiempo, enseguida se quiere echar mano de esos recursos. Que sindicatos o gobierno quieran echar mano de ese dinero para construir más aeropuertos o subir sueldos.»
Y añade: «En Aena, les preocupa que con lo que les ha costado hacer viable la compañía, vuelva a ser inviable. Es un movimiento hasta cierto punto defensivo. Y puede mejorar la imagen de España porque cuando sus empresas tienen éxito por el mundo, eso mejora la imagen de un país.»
El corresponsal también señala el impacto que supone vender patrimonio estatal: «Es un activo público valioso. La compañía vale unos 10.000 millones de euros. Si se vende más o menos la mitad serían 5.000 millones, pero eso no cuenta para los cálculos de déficit. Lo que hace es evitar tener que emitir deuda para cubrir esos gastos, pero no es un efecto muy significativo para el gobierno. Y además aunque no se perdería el control de los aeropuertos, sí el de los flujos de beneficios que le corresponderían al Estado. Si la compañía reparte 100 millones al año, la mitad iría para los inversores.»
David Roman también analiza otros posibles efectos de la privatización: «Hay un peligro, aunque es muy a largo plazo y es que se podrían cerrar aeropuertos que fueran poco rentables. Eso pasa en otras partes del mundo. Una compañía privada está para ganar dinero, no para perderlo. Pero ese no es el punto en el que se está en España. La idea de Aena es mantener un modelo unificado para todo el país, de forma que los aeropuertos que son rentables compensan a los que no lo son, los provinciales y pequeños.»
Y añade: «El peligro de que se cierren existe, pero no es inmediato. El actual equipo directivo de Aena nos ha comentado que o tienen ningún interés en cerrar aeropuertos y que tanto políticamente como desde todos los puntos de vista, para ellos sería negativo. Pero puede que en el futuro haya otro equipo directivo que cambie de idea.»
Entre las empresas que han mostrado interés por Aena, además de algunas grandes españolas figura la aerolínea low cost Ryanair. David Roman analiza qué implicaciones podría tener esto: «Hay que ver que pasa al final. Lo más probable es que sea solo un tanteo inicial. Cuando hay una salida a bolsa, los que buscan demanda para esas acciones tantean a mucha gente y a veces alguno decide entrar a cambio de algo. Ryanair tiene un historial de haber colaborado con aeropuertos pequeños que no tenían casi más tráfico que el suyo a cambio de concesiones. Es de suponer que Ryanair que es una compañía muy astuta que conoce muy bien su negocio sacaría alguna concesión, pero de momento es pronto para valorarlo.»