Rubalcaba al rescate, o el síndrome de China para alcanzar el gobierno
La semana pasada adelantamos ciertos datos en twitter que han provocado un inexplicable revuelo, -habida cuenta de que ni siquiera habíamos profundizado en ellos.
Se trataba de la encuesta elaborada por Metroscopia, cuyo extracto publicó finalmente el domingo el diario EL PAIS, y que merece ser observada detenidamente. En ella se recoge el deterioro en la valoración que hacen los ciudadanos sobre gobierno y oposición. Sin embargo, si destacado es el deterioro que sufre Mariano Rajoy, el de Alfredo Pérez Rubalcaba es simplemente demoledor.
Según los datos, un 70% de los votantes del PP aprueban la gestión de Rajoy, mientras que un 20% la desaprueban. El desencanto es creciente desde que gobierna (empezó con una desaprobación del 4% y ahora está en ese 20%) , lo cual resultaba previsible por la desorientada gestión que está haciendo el PP de la crisis y la forma en que se ha agudizado desde las elecciones.
Pero ¿cómo es posible que el líder de la oposición empeore esas valoraciones? Según Metroscopia el 47% de los votantes socialistas aprueban -en junio- la gestión de Rubalcaba como líder de la oposición, mientras que el 49% de sus votantes la desaprueban (Rubalcaba empezó con una desaprobación ¡ del 24% ! que ahora, sin gobernar ¡ha subido hasta el 49% !)
Hemeroteca: 21 oct 2010 . El Pais proclamaba la elección de Rubalcaba como salvador del proyecto socialista
El cuadro de confianza es todavía más inquietante, si cabe. Al 78% de los españoles no le inspira ninguna confianza Rajoy, frente al 20% que si le inspira confianza. De nuevo es fácil atribuirlo a la gestión sin rumbo al frente de la crisis, a la falta de resultados, a sus propias carencias, y las medidas que ha tomado contra sus promesas electorales.
(Datos metroscopia febrero-junio)
Pero, ¿cómo explicar que Rubalcaba, el líder de la oposición, empeora su valoración mes a mes cuando ni siquiera gobierna? Al 85% de los ciudadanos, Alfredo Pérez Rubalcaba le inspira poca o ninguna confianza, mientras que al 14% le inspira mucha o bastante. Y la evolución ha sido igualmente inquietante: empezó hace cinco meses con un 67% de desconfianza:
(Datos metroscopia febrero-junio)
Difícilmente podrán ya atribuirlo a Zapatero.
No es sorprendente que una crisis económica de esta naturaleza acarree el deterioro de lo institucional. Los grandes partidos están muy expuestos a la desconfianza. Sin embargo hay mucho de responsabilidad en esa clase política que ha dejado de escuchar a la calle.
Esto ha quedado bien retratado tras la intervención de Bankia. Los esfuerzos de gobierno y oposición -tanto implícitos como explícitos- por evitar la comisión de investigación no han pasado desapercibidos a la ciudadanía.
El PSOE pudo haber exigido desde el primer momento responsabilidades judiciales tanto para Rato, para Blesa, como para todos aquellos supervisores implicados, incluidos los consejeros, si así lo determinase la justicia. Pero el temor a incomodar amigos, destapar favores, intereses propios y viejos réditos ha llevado al partido a pedir con la boca pequeña una sutil comisión de investigación.
Son los males de un partido cuyos dirigentes tienen la mochila demasiado cargada por los años y la experiencia.
Según publicaba estos días Elconfidencial.com , «Rubalcaba ya ha comunicado a sus colaboradores más cercanos su absoluta determinación de ser el candidato» en las próximas elecciones generales.
Desde luego si la tendencia en las encuestas sigue siendo esta, el futuro es de lo más previsible, salvo que Rubalcaba espere llegar al poder por efecto del Síndrome de China, o en coalición con Rajoy que tampoco es muy traquilizador.