En el Ágora de José Saramago
«La película es una obra maestra [..] Siento envidia de que Alejandro Amenabar no haya nacido en Portugal»José Saramago
Fue un momento muy sutil, mientras los parabolanos accedían en tromba arrasando la Biblioteca de Alejandría y los paganos trataban de poner a salvo un puñado de pergaminos. Los legajos caían retorciéndose por el suelo. Estábamos casi a oscuras pero los reflejos de las imágenes daban forma al cuarto de estar de Saramago y Pilar. Los dos estaban absortos en la película y Pilar, sentada en un extremo del sofá, extendió la pierna. Su pie, descalzo, rozó ligeramente la mano de José. ?l lo cogió con fragilidad. Fue un momento sutil, como digo, casi íntimo. Nunca hubiera reparado en él sino hubiera sido porque ese es, precisamente, uno de los gestos más intensos de la película de Amenabar, cuando en medio de la noche, la mano de Davos, roza suavemente el pie de Hipatia.
Sucedió a mi lado, en la secuencia de la destrucción de la biblioteca, cuando el conocimiento de los hombres estaba siendo enterrado bajo la irracionalidad. Observé disimuladamente como recibían esa escena el Nobel y su mujer. Miraban la pantalla con tristeza cuando José tomó su pie con sutilidad.
Habíamos pedido la película a la productora para que José pudiera verla. Yo me ofrecí a hacer de proyeccionista, y hasta allí que me fui con un carrito con el proyector de vídeo de Guille, con altavoces, pantalla y cables. Fui por unas horas el proyeccionista Totó de Cinema Paradiso. Cuando llegué a casa de José y Pilar, que está a unas pocas manzanas de la mia, tenían visita. Margallo y Juan Diego, el actor, grababan con él un pequeño vídeo. Como estaban allí se apuntaron a la película con nosotros y la tarde se convirtió en un cineforum.
Fueron dos horas de café, silencio, atención y comentarios fugaces. Dos horas de gestos sutiles, y de caras de sorpresa, atención y en ocasiones tristeza. Al terminar, tomé la cámara para socializar el momento, grabé a José, a Pilar, a Rosa y a Juan Diego. José empezó diciendo: «La película es una obra maestra [..] Siento envidia de que Amenabar no haya nacido en Portugal». Este es un pequeño adelanto del vídeo de Saramago comentando Ágora.
(Comentarios tras la película, I parte)
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me interesan estos artículos ¡
Gracias ¡
¿quién dijo que ya no se hace buen periodismo?