Financial Times publica anotaciones con pedidos de El Corte Inglés
Numerosos medios de todo el planeta siguen informando de las consecuencias del derrumbe del edificio de talleres textiles en Dacca que provocó la muerte de más de 380 personas para varias marcas de ropa occidentales. Mencionan en concreto los nombres de las españolas Mango y El Corte Ingles. Hablan de «llamada de atención» para la industria que suele mirar para otro lado ante las condiciones de estos tallers «matones». Y también se hacen eco de la implicación en la tragedia del empresario español David Mayor.
Wall Street Journal asegura que el taller que se derrumbó estaba bajo presión para completar un pedido de Mango. Su crónica señala: «Los dueños de la fábrica acusada de obligar al personal a trabajar en un edificio poco antes de que se derrumbara matando a unas 400 personas, estaban bajo presión financiera debido a que la inestabilidad política había ahuyentado a los compradores, segun ejecutivos de la compañía. Los trabajadores de las cinco fábricas del edificio dijeron que los gerentes les instaron a ir a trabajar al Rana Plaza, en Savar, pese a las advertencias de ingenieros de que una grieta en el exterior del edificio lo hacía inseguro. Se derrumbó horas después.
Justo antes del desastre, dos de las fábricas -Phantom Apparels Ltd. y Phantom Tac Ltd.- se apresuraban para completar un pedido del minorista español de fast-fashion Mango, han asegurado ejecutivos de la fábrica. `El dueño nos dijo que la compañía había perdido 121.000 dólares en pedidos y Mango, siendo un cliente tan grande, era crucial para nosotros. Se dijo a los trabajadores que no se perdieran un solo día de trabajo, ya que estábamos perdiendo mucho tiempo por la inestabilidad política.» WSJ asegura que han visto documentos sobre el pedido de 35.000 camisetas de Mango.
Le Monde habla de talleres matones y empresas europeas, citando a Mango y El Corte Inglés, que miran para otro lado. Explica: «Son empresas occidentales de prêt-à-porter las que fabrican en Bangladesh, convertido en el segundo mayor exportador textil, ropa diseñada en Europa y luego llevada en Europa. Etiquetas de Mango, y otras como el minorista español El Corte Inglés o la británica Primark se encontraron entre los escombros del edificio que se derrumbó el 24 de abril en Dacca. Los trabajadores textiles ganan el equivalente de 30 a 50 euros al mes. Pero esto no es el peor. Lo peor es la inseguridad en la que trabajan, debido a que sus empleadores pagan sobornos a inspectores corruptos y las empresas occidentales que recurren a los subcontratistas locales son reacias a comprometerse realmente en exigir condiciones de trabajo decentes.
La víspera del derrumbe del edificio, los trabajadores habían descubierto grietas. Un banco local de micro-crédito, BRAC, evacuó a sus empleados. Los patrones de los talleres textiles amenazaron a sus trabajadores con no pagarles si no iban a trabajar. Se debería exigir a las empresas que no ignoren las condiciones de trabajo en el país. Si Apple lo ha hecho en China, ¿por qué no hacen los grupos europeos en Bangladesh?»
Washington Post cuestiona que el consumidor quiere gangas, pero ¿qué pasa con la seguridad del trabajador? Su artículo dice: «Tras los desastres en las fábricas textiles de Bangladesh que se han cobrado cientos de vidas en los últimos meses, los compradores en Occidente han mostrado una creciente preocupación por la seguridad de los trabajadores en los países en desarrollo… siempre que eso no signifique el fin de las gangas. La estudiante Elizabeth McNail, 21, explica: `Sin duda necesitan mejorar eso, pero yo sigo comprando aquí. Es tan barato´.
Primark, una unidad de Associated British Foods, es una de las por lo menos cinco marcas cuyos productos se fabricaban en el edificio de ocho pisos que se derrumbó. Joe Fresh de Loblaw, el minorista británico Matalan, la marca de tallas grandes Bonmarche y los grandes almacenes españoles El Corte Inglés, también han reconocido tener proveedores en el edificio.»
Asia One dice que Mango reconoce un pedido de 25.000 prendas con el proveedor investigado. Esxplican: «El gigante español de ropa Mango admitió haer hecho pedidos de al menos 25.000 artículos a una fábrica del edificio derrumbado en Bangladesh, donde más de 200 personas murieron. La portavoz Marta Soler Morera dijo que el pedido -colocado entre enero y marzo para pantalones, camisetas y camisas de polo segun documentos vistos por AFP- eran `sólo una muestra´. Añadió que `25.000 artículos no son muchos para una orden de muestra de distintas líneas de la marca´ que se venden en 2.600 tiendas en todo el mundo en 109 países. El fabricante, Phantom-TAC, `no es un proveedor oficial de Mango´, y aún no había sido totalmente auditado, dijo».
Financial Times publica fotos con pedidos para El Corte Ingles de la fábrica. Explican: «Un documento encontrado entre los restos del Rana Plaza y visto por el FT indica que se estaban fabricando chaquetas en el edificio para los grandes almacenes españoles El Corte Ingles cuando se produjo el derrumbe». Y en un editorial aseguran: «Los minoristas argumentan que su trabajo no es el de hacer cumplir la regulación. Eso es cierto. Deberían centrarse en el desarrollo de relaciones a largo plazo con talleres de confianza y ayudar a los fabricantes a invertir en medidas de salud y seguridad que se necesitan desesperadamente. Pero también deberían utilizar su músculo económico para presionar al gobierno para que haga su trabajo.»
Liberation se fija en David Mayor que pretendia ser el «caballero blanco» español del textil pero ahora está huido. Explican: «Su `taller ético´ debía romper con la horrible reputación de la industria textil en Bangladesh, donde las prendas vendidas en París y Nueva York son producidas a cambio de salarios irrisorios, pero desde la catástrofe de Savar, David Mayor es un hombre perseguido que podría ir a la carcel. Este proveedor español huido es el CEO de Phantom-Tac, una sociedad conjunta a partes iguales entre Phantom Apparels (Bangladesh) y Textile Audit Company (España), instalada en más de 2.000 m2 en el edificio que se derrumbó dejando al menos 381 muertos.
El señor Mayor igual que los propietarios de otras cuatro empresas están en el punto de mira de una investigación preliminar por homicidio por negligencia». El texto destaca que este empresario tenía contratos con firmas españolas como Mango y Cristian Lay, la alemana Medico y la danesa Mascot Workwear.
El New York Times señala que firmas occidentales sienten la presión al aumentar el recuento de muertos en Bangladesh. Dicen: «Mientras los rescatadores luchaban para llegar a los supervivientes de uno de los peores desastres industriales de la historia, aumentan las preguntas planteadas sobre por qué un edificio de fábricas de Bangladesh no había cerrado después de que los trabajadores aterrorizados notificaron a la policía, a los funcionarios del gobierno y a un poderoso grupo de la industria de ropa sobre grietas en las paredes.»
Russia Today critica que las marcas occidentales están siendo lentas en compensar a las víctimas. Dicen: «La Federación Nacional de Trabajadores del textil de Bangladesh ha pedido a Primark, Matalan y Mango que paguen una indemnización a las las familias de las vítimas y que firmen el Acuerdo sobre Fuego y seguridad de eficios en Bangladesh para evitar futuras muertes de trabajadores. Pero hasta ahora, Primark y Loblow son las dos únicas empresas que han ofrecido ayuda para los cientos de trabajadores de Bangladesh y sus familias. Pese a que numerosas empresas occidentales obtienen grandes beneficios utilizando de los trabajadores de fábricas, como la que se derrumbó, no todos se apresuran a ayudar. Pocos parecen dispuestos a reconocer que utilizan mano de obra extranjera.»
ABC cree que el derrumbre de los talleres es una llamda de atención para la industria textil. Aseguran: «El hundimiento mortal de un edificio en Bangladesh ha despertado serias dudas sobre el uso de los talleres clandestinos y mano de obra barata en la industria de la moda. Famosas marcas de moda como Benetton y Mango se han visto implicadas en el desastre. Pero muchas más compañías – incluyendo alguna australianas- tienen la fuente de sus productos en Bangladesh. Ahora se encuentran bajo una fuerte presión para asegurar que los trabajadores no sean explotados o forzados a trabajar en condiciones mortales.»
RTBF asegura que Mango ha iniciado una operación para salvar su imagen tras la tragedia. Recogen: «El pesado recuento de muertos por el derrumbe de un edificio de fábricas textiles cerca de Dacca ha dejado a algunas marcas occidentales en problemas. El gobierno de Bangladesh ha abierto una investigación y se señala con el dedo as condiciones en las que las víctimas trabajaban en subcontratas. Y las marcas están lanzando una «operación de rescate». La española Mango, un gigante textil, está haciendo un operación para «salvar su imagen», expresando sus condolencias a las víctimas en las redes sociales, pero negando ser un cliente de la empresa de subcontratación Phantom.»
The Guardian recoge que una marca británica y otra canadiense compensaran a las víctimas y urgen al resto de empresas a que ayuden. «El minorista británico Primark y el canadiense Loblaws han anunciado que van a compensar a las víctimas del desrrumbre de un complejo de fábricas de Bangladesh, donde se encuentran los proveedores de algunas de sus líneas de ropa. El edificio de construcción ilegal, Rana Plaza de 8 plantes se desplomó mientras miles de personas estaban trabajando en el interior de cinco fábricas textiles que suministran grandes marcas occidentales como Primark, Matalan, Mango y Benetton. La cadena española Mango dijo que tenía planes para obtener muestras de un proveedor del complejo.»
Sud Ouest señala que un español figura entre los principales sospechosos de la catástrofe. Aseguran «El derrumbe de un edificio el miercoles en Dacca, capital de Bangladesh, ha dejado al menos 376 muertos y 1.200 heridos. Uno de los principales sospechosos en la investigación del desastre es un industrial español co propietario de un taller de confección en el edificio».