La reunión de Rajoy con Artur Mas, la carta del Rey Juan Carlos y la posibilidad de una Cataluña independiente son temas tratados por numerosos medios internacionales en las últimas horas. En general todos ven las reivindicaciones secesionistas catalanas como una grave amenaza y hasta «pesadilla» para España.
(Foto: Flickr/La Moncloa)
El New York Times habla de Guerra de la independencia española. El artículo de Jonathan Blitzer asegura: «La crisis económica ha magnificado la exasperación que hace tiempo que existe entre los residentes de Barcelona y la región, que sienten que el gobierno nacional a menudo menosprecia su identidad. El porcentaje de catalanes que apoya la independencia se ha duplicado, hasta el 46%, desde 2008. Los líderes regionales no tienen prisa en templar el sentimiento. Artur Mas ha estado jugando con ello hasta antes de la reunión con Rajoy para discutir los términos de un pacto fiscal pendiente. Pero Mas debería tener más cuidado y no sobreexcitar las expectativas populares.
Cataluña se encuentra en una situación financiera difícil, y a pesar de la efervescencia de las manifestaciones populares, no está en condiciones de poder hacer lo que quiera. Para la secesión de Cataluña, la Constitución de España tendría que ser modificada (lo cual es poco probable) y la independencia de la región tendría que ser aprobada en referéndum popular por todos los españoles, no sólo catalanes (lo cual también es muy poco probable).
Financial Times cree que España necesita que todos sus políticos tengan sentido de Estado. En su editorial titulado «El discurso del Rey» sostienen: «El hecho de que el Rey de España pidiera unidad nacional para vencer la profunda crisis del país es un acontecimiento. La última vez que el Rey Juan Carlos intervino abiertamente en la política española fue para condenar el intento de golpe, febrero de 1981, contra la joven democracia que emergía de la dictadura de Franco. La actual crisis de la eurozona y la crisis fiscal española, una economía que está sufriendo una contracción con un desempleo récord y el problema constitucional que se avecina sobre el separatismo catalán, todo junto equivale a una emergencia nacional al menos igual de grave.»
Frankfurter Allgemeine Zeitung considera que una Cataluña soberana sería una pesadilla para España. Un editorial firmado por Daniel Deckers dice: «En muchas regiones los separatistas no han tardado en reconocer la oportunidad de aprovechar la crisis económica y financiera como palanca para sacar adelante sus planes nacionalistas. El Rey al menos puede estar agradecido de que a largo plazo la mayoría de estas regiones dependen más de Madrid de lo que el Gobierno central depende de las Comunidades Autónomas. Pero en el caso de Cataluña es al revés, lo que azuza los resentimientos centenarios contra Madrid y contra la monarquía. Desde el punto de vista europeo una Cataluña soberana sería algo que se podría encajar, pero desde el punto de vista español sería una pesadilla.»
Le Figaro destaca que el Rey llama la atención a Cataluña. La crónica de Mathieu de Taillac apunta: «Frente a los independentistas catalanes, el Rey de España quiere pitar el final del recreo. Desde las manifestaciones del 11 de septiembre ??día de la fiesta catalana-, el gobierno autónomo flirtea con las tesis secesionistas. Porque, con la crisis, los argumentos de los separatistas reciben más eco. La coincidencia en el calendario era suficientemente explícita para que en España nadie haya dudado del sentido del mensaje del Rey.
El mensaje del Rey ha tenido una dispar acogida. El Partido Popular, la formación conservadora de Rajoy, lo ha aplaudido. El Gobierno catalán no se ha sentido aludido. Pero los responsables políticos, lejos de las cámaras, confiesan una preocupación: que la firmeza del Rey azuce la desconfianza de los independentistas.»
La Tribune considera que Cataluña es una espina en el pie de Rajoy. Su artículo resalta: «Tras el Rey Juan Carlos, también Mariano Rajoy ha apelado a la unidad nacional frente a las reivindicaciones independentistas en Cataluña. El `pacto fiscal´, que defiende el presidente catalán tiene como objetivo conceder a la región la posibilidad de subir ella misma los impuestos. `Este no es el momento de generar más problemas o inestabilidad política´, insistió Rajoy, que está tratando de tranquilizar a sus socios europeos sobre la recuperación de las cuentas en el país.»
Il Giornale ve a los separatistas al ataque de una España en crisis. Explican: «España en crisis es una presa muy codiciada para los separatistas que hacen hincapié en la insatisfacción general. Mariano Rajoy tiene miedo. España renquea, la economía no despega, el país está agotado, la paga extra negada a los trabajadores, el desempleo no disminuye, los bancos arriesgan la quiebra. Y ahora Cataluña adentella a una Madre Patria empobrecida y presiona con el objetivo de separarse, de obrar por su cuenta. Hoy más que nunca aumentan los deseos de ser independientes. Hoy Mas sabe que cuenta con números suficientes y quiere defender su `pacto presupuestario´».
Público cree que Cataluña da los primeros pasos para la soberanía fiscal. Su texto destaca: «El Presidente del Gobierno recibe hoy al líder catalán en Madrid para discutir el pacto fiscal. Las posiciones deberán ser irreconciliables. Artur Mas sabe que el Gobierno español no aceptará el pacto fiscal aprobado en julio por el Parlamento catalán. Pero cuando hoy sea recibido en Madrid por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el presidente de Cataluña se portará como si ese pacto fuera una seguridad inquebrantable, `un primer paso´ de un nuevo camino catalán.»
Kommersant habla de catalanes, hartos de ser españoles. El diario ruso considera que «la crisis económica amenaza la unidad del país. Hoy debe celebrarse la reunión de los jefes de Gobierno de Cataluña, Artur Mas y el primer ministro de España, Mariano Rajoy, en la que, de facto, se lanzará un ultimátum a Madrid. Si éste no concede a Barcelona la posibilidad de determinar de manera independiente el nivel de las contribuciones fiscales, Cataluña iniciará un movimiento hacia la plena independencia. Los expertos advierten: la amenaza de disgregación de España en, al menos, tres partes, es hoy más real que nunca.»