En el año 2004 viajé a Londres para encontrarme con profesionales de la BBC, corporación con la que acabábamos de firmar un convenio de colaboración. Aquellos días rugía la dimisión del director Greg Dyke. Abandonó como respuesta a las enormes presiones que estaba sufriendo la empresa por denunciar que el gobierno Blair había exagerado los informes sobre Irak.
El director se marchó pero ratificando lo publicado por uno de sus reporteros. El tiempo le daría la razón.
Como represalia a esas informaciones, el Gobierno británico intentó aumentar su control sobre los contenidos de la BBC. Blair, incluso desarrolló un plan para partir la cadena en cuatro partes. Y no era la primera vez que la BBC tenía que defender con uñas y dientes su independencia.
La frase del titular de este post la pronunció Greg Dyke refiriéndose a esto, semanas antes de abandonar el puesto: «Lo importante no es que no haya presiones, sino que la corporación sea capaz de resistirlas».
Allí, paseando por el gélido Londres, Gemma Hayman, una periodista de la BBC, me regaló con orgullo una hoja de periódico que todavía guardo: era un anuncio publicado por los empleados de la empresa: presentadores, reporteros, colaboradores… un anuncio pagado por ellos mismos, página completa del Daily Telegraph, apuntalando su independencia frente a los ataques del poder y apoyando al dimitido director. En el texto se defendía el rigor de la información y su caracter de servicio público. Los empleados se sentían orgullosos de pertenecer a la BBC.
??No debe haber una relación cómoda entre los medios de comunicación y los partidos políticos en el poder porque ocupamos papeles distintos en la democracia? -dijo Dyke en otra ocasión.
Recupero este pasaje al hilo de la batalla iniciada por el PP para hacerse con el control de RTVE, alentada incluso por compañeros de profesión que reclaman de antiguo su cuota de poder.
Que haya sido el PP de Rajoy quien haya dado el primer paso no es muy significativo pues tampoco el modelo actual desataba pasiones en una buena parte del mismísimo PSOE, empezando por el propio Rubalcaba. De esto que comento podrán dar fe algún día directivos del Ente público, como Fran Llorente, o profesionales como Ana Pastor, que han tenido que lidiar con las presiones -en ocasiones realmente incómodas- de ambos partidos, e incluso de los propios consejeros. Pero RTVE es, ha sido, en los últimos años, reconocidamente independiente.
El nuevo intento de control político no ha pasado desapercibido ni siquiera a la prensa extranjera. Hoy Liberation afirmaba que Rajoy ha cambiado la norma para nombrar a quienes considere aptos para los puestos clave: ??molesto por la independencia de tono de la cadena pública española»-añade. Mientras que L´Express y Gazeta Wyborcza subrayan las características de ??golpe institucional? … Aunque como dijo Dyke, lo importante no es que no haya presiones, sino que la corporación sea capaz de resistirlas.
Pero si grave es la ofensiva política, mas grave resulta que algunos profesionales externos estén haciendo suyas esas intentonas, señalando incluso a sus propios compañeros de profesión con inquina. Es un espectáculo bochornoso. Porque RTVE será o no será, con los profesionales actuales o con otros nuevos, pero debe ser decididamente independiente. Así debería reclamarlo la profesión.
Deseo que los trabajadores de RTVE, -aquellos que de verdad creen en una empresa informativa al servicio de los ciudadanos y no de los partidos-, tengan fuerza y capacidad para defender un producto que ha hecho sentir orgullo a la mayor parte de la sociedad.