Diarios de EEUU, Francia, Alemania o Italia se han hecho eco de la decisión de Javi Poves de abandonar el futbol por considerar que «está podrido por el dinero». La prensa extranjera destaca que su caso coincide con las reclamaciones del movimiento 15M, aunque en general lo califican de «antisistema».

Javi Poves

Los Angeles Times recoge que «Javi Poves ha abandonado el club Sporting de Gijón de la Liga porque describe su deporte como podrido». Y destacan que la postura de Poves «en contra de lo que él ve como un deporte corrupto ha tocado una fibra sensible en un país donde muchos jóvenes, conocidos como ‘los indignados «, han salido a las calles en las últimas semanas para protestar contra las políticas del gobierno. «No quiero que Javi Poves se convierta en un icono, yo soy uno más y lucha contra la desigualdad», dice el futbolista. «Quiero que todos sean iguales y que todos se unan y dejen de discutir por cosas triviales».

Le Nouvel Observateur habla de «el fubtolista revolucionario»y recoge sus palabras: «cuanto más sabes de fútbol, más te das cuenta que todo no es sino dinero». Apuntan sin embargo que «se niega a ser asociado con los «indignados». Javi Poves, defensor del club español Sporting de Gijón, que rompió su contrato debido a que el fútbol «es solo dinero,» es un revolucionario puro y duro. Un «anti-sistema», tal y como se presenta, dispuesto a «ir a los bancos para quemarlos y cortar cabezas.»

Die Welt subraya: «Un futbolista profesional contra el sistema capitalista. El jugador  español Javier Poves se retira, porque en el fútbol, ????»todo lo que gira alrededor del dinero.» En el campo de entrenamiento, leyó textos de Karl Marx y Adolf Hitler. Ya no pertenecen a un sistema «en el que la gente gana mucho dinero, mientras que la gente muere en América del Sur, África y Asia». Anteriormente Poves se había negado a recibir transferencias bancarias del Sporting para impedir que su sueldo sirviera a la especulación.»

La Stampa apunta: «Javi Poves defensor Sporting de Gijón club español de la Liga, ha dejado el fútbol con tan sólo 24 años disgustado por un ambiente que describe como «podridp» y arruinado por el dinero y la corrupción». Y recoge que algunos vinculan el caso de este futbolista con el movimiento de los Indignados o 15M.

RTL se hace eco de como «a los 24, un jugador de fútbol termina su carrera, disgustado con «el dinero que lo contamina». Algunos jugadores (aunque pocos) reflexionan seriamente sobre la situación actual. Es en este contexto en el que Javi Poves tomó una decisión radical: dejar para siempre el fútbol y renunciar a su carrera. A pesar de su estatus profesional y la vida de privilegios, el defensa, que tampoco gozaba de muchos minutos en la liga, se sentía incómodo. Ha dicho que estaba «decepcionado por un ambiente de fútbol donde el dinero es el rey.»

Monster & Critics asegura: «Un ex futbolistas se une a los `indignados´ españoles. En apenas una semana, Javi Poves ha pasado de ser un futbolista prometedor a convertirse en una estrella en las redes sociales por su mensaje anti-sistema. El español, de 24, se ha retirado del fútbol, que considera una «estafa», y tiene previsto viajar a Oriente Medio para hacerse una idea de la «realidad» en esa región. Poves abandonó una prometedora carrera como defensa central y un contrato profesional con el Sporting de Gijón. Ahora, él es el más popular de la `Indignados´»

Una mujer escapa de un edicifio en llamas

Los disturbios violentos que han sacudido varias ciudades del Reino Unido han sido casi «retransmitidos» en directo en la red con mensajes en las redes sociales y videos en Youtube. Y curiosamente varias personas anónimas se han convertido en los pequeños heroes de esta revuelta gracias a la difusión que sus historias han logrado en Internet. Los casos más conocidos son los de Pauline Pearce, Asyraf Haziq y Monika Konczyk. (Foto: Flickr/Jonny noir)

La «mujer sin miedo» o «la voz de la razón de Hackney». Asi es como se conoció en un primer momento a Feisty Pauline Pearce, una abuela cantante de Jazz de 45 años que se enfrentó a un grupo de saquadores en este barrio londinense. Un periodista del Daily Telegrah grabó sus palabras con el movil y el video la convirtió en un ejemplo de heroísmo que ha dado la vuelta al mundo.

Imagen de previsualización de YouTube

En el video se ve como Pauline Pearce recrimina a los violentos: «Dejad de entrar en las tiendas de quienes dependen de su negocio. ¿Me entendéis? Esa mujer de la tienda trabaja muy duro para que funcione su negocio. Y la vais a arruinar. Desengañaos, negros, desengañaos. Luchad por una causa si de verdad sois tan duros. Estoy cabreada con vosotros. Me avergüenzo de ser negra como vosotros».

Tras la repercusión del video, The Sun consiguió identificarla y entrevistarla. Pearce  asegura: «mucha gente me ha felicitado por lo que dije, pero yo me siento un poco avergonzada. Tengo una boca muy grande» (en referencia a los insultos que propina a los violentos en el video).

Mohd Asyraf Haziq por su parte es un malayo de 20 años que se ha convertido en una especie de víctima heroíca de los disturbios. Otro video subido a Youtube y grabado por un vecino le muestra sentado, herido y desorientado en una calle londinense. Un grupo de alborotadores le ha robado la bicicleta violentamente y le ha roto la mandíbula. Unas personas se acercan a él, pero en vez de ayudarle aprovechan su estado para robarle.

Imagen de previsualización de YouTube

Las imágenes también han dado la vuelta al mundo. Y se ha articulado una plataforma on line y un blog de gente solidaria con Haziq que recoge dinero y propuestas para «hacer algo bonito» por él.

Otra imagen icónica de la revuelta es la de una mujer saltando desde un edificio en llamas en Croydon. Las fotos que retrataban su desesperada huida del fuego fueron tomadas por Amy Weston. Varios medios ingleses lanzaron una campaña para identificarla. Finalmente se supo que se trataba de Monika Konczyk, una inmigrante polaca que ha quedado muy afectada por lo vivido.

Imagen de previsualización de YouTube

Anuncio de Acin

La web ibytes recopila 100 anuncios de entre 1900 y 1979 que muetran la evolución de la publicidad en España. Aunque casi todos los affiches son españoles, en algunos se pueden ver también su versión en otros países. (Foto: Flickr/Uselio)

Se incluyen anuncios de marcas que hoy siguen siendo conocidas multinacionales como Coca-Cola, Gillete o Danone. Frente a otras que marcaron época en España pero que hoy apenas resuenan en la nostalgia tipo Geyper, Vespa, Juanola, Orbea, Eko…

Y hay también versiones clásicas de la publicidad de marcas españolas que hoy siguen teniendo una presencia significativa como Cola Cao, La Casera, Tio Pepe…

Además de esta recopilación, en Flickr pueden verse también numerosos ejemplos de publicidad antigua en España.

Anuncio de Cola Calo
(Foto: Flickr/Xarbet)

Anuncio de Seat
(Foto: Flickr/Kawaski Taif)

Anuncio de Fundador
(Foto: Flickr/Xarbet)

 

 

Richard Cohen

Columnista en la página editorial del Washington Post desde 1984.

 

Sobre Cohen

Sus columnas, ahora en radiocable.com

Otros columnistas del WP

 

   

«Tengo envidia insana del movimiento de protesta fiscal tea party. Hay poco del movimiento real que me guste y hay ciertos miembros a los que aborrezco, pero me da envidia el aire de designio que tiene, su determinación y su convicción vigorizante de que tiene toda la razón. A su manera, enarbola una bandera confederada carmesí mientras la del Presidente Obama es de un gris oscuro macilento – la bandera mortecina de una confusión ideológica.

Obama sería buen jefe de gabinete en la Casa Blanca, pero como presidente carece por completo de picardía política. Nunca supo cómo ponerse por delante del movimiento de protesta fiscal. Nunca tuvo claro cómo orientar — ni crear — a su propio electorado. Envites Republicanos capaces, carece de herramientas de demagogia. Intenta resolver problemas en lugar de, caso de los Republicanos, crearlos. Barack Obama no causa aflicción.

Aún así, Obama llegó a la Casa Blanca en un momento difícil para ser Demócrata. Washington se ha puesto patas arriba. La formación de izquierdas, los Demócratas, se ha vuelto conservadora. Sus legisladores quieren conservar la seguridad social y conservar el programa Medicare de los ancianos y conservar una avalancha de programas más que se han convertido en la patata en la boca de electorados importantes.

Los Republicanos del movimiento fiscal, por contra, dicen ser conservadores pero en realidad son radicales — puede que incluso nihilistas. Destruirán antes que alcanzar compromisos. Están borrachos de ensoñación acerca del gobierno intervencionista y la pequeña empresa y las virtudes de unos presupuestos equilibrados, sin importar el daño que cause todo eso a una economía ya enferma. En otros tiempos, las personas con esta mentalidad gritarían «Poder al pueblo» o algo parecido porque un buen lema es más convincente en cualquier circunstancia que el análisis detenido. Como suele decirse, eso viene en los libros.

Obama es el presidente del hastío político. Digo esto por empatía. Es como muchos de nosotros, post-ideológico. Las causas movilizadoras de ayer han desaparecido — los derechos civiles, el derecho de sufragio, los derechos de la mujer o la fiebre pacifista de la era de Vietnam. Hasta los derechos de los homosexuales han perdido su urgencia. Los homosexuales ocupan cargos públicos en la administración y en determinados estados pueden contraer matrimonio. El resultado de esta lucha no se cuestiona.

El gancho electoral de Obama era «Cambio». Se suponía que sugería fin de la política por la política. Basta de legislaciones para grupos de interés. Basta de puentes a ningún lado. Pero desde el programa New Deal, los Demócratas vienen siendo el partido de los programas. Ellos destinan el dinero público, y ahora no queda realmente dinero que destinar. Para los Demócratas, es un reto considerable. Se les ha agotado la innovación política.

Al movimiento de protesta fiscal tea party, no. Sé con precisión lo que quiere hacer. Se mantiene en brillante contraste con Obama, que parece vagamente incapaz de articular cualquier cosa. Tiene ideas para aburrir, pero son simplemente curiosidades que no están alimentadas por la pasión ideológica. Gustaba. No encantó. Afganistán es el epítome del Obamismo: más efectivos, y luego menos efectivos, y el objetivo no es ganar, simplemente cortar de forma que no parezca una derrota. Es una política vaporosa, una guerra en la línea de la emprendida en Libia, que tendría que haber acabado a estas alturas si Estados Unidos no hubiera detenido su participación activa. ¿?l quiere ganar? ¿Le preocupa perder? ¿Cuál es la causa? Las guerras de Obama carecen de música.

Lo curioso del movimiento de protesta fiscal tea party es que utiliza a Washington para atacar a Washington. Es la versión de la observación de la filósofa Hannah Arendt de que los movimientos totalitarios se valen de las instituciones democráticas para destruir la democracia. (Esto es lo que los radicales islámicos van a hacer en Egipto). Observe que el movimiento de protesta fiscal está lejos de tener la mayoría — ni en la Cámara ni en el Senado. Sus seguidores ocupan solamente 60 escaños entre los 435 legisladores de la Cámara, pero en un manual de aplicación del poder político fueron capaces de valerse del reglamento parlamentario para orientar la agenda legislativa. Como sabemos desde los tiempos de Lenin, una minoría decidida es mejor que una mayoría indecisa con diferencia.

El movimiento de protesta fiscal ha reducido de forma imprudente el poder y alcance de los Estados Unidos. Ha contraído la administración pública y, de poder, la privará de recaudación aún más. La economía nacional sufrirá y la brecha entre ricos y pobres, los que tienen formación y los vagamente escolarizados, seguirá creciendo. Las relaciones internacionales carecerán de un poder dominante capaz de hacer valer el estado de derecho, y los malos serán más libres de ser tan malos como quieran. A lo mejor el déficit es metido en cintura, pero nada más lo será. Me preocupa – y envidio (pero no perdono) a los que no.

Richard Cohen
© 2011, Washington Post Writers Group
Derechos de Internet para España reservados por radiocable.com

Sección en convenio con el Washington Post

The Guardian, el Irish Times y la CBS destacan el rechazo de algunos sectores a la financiación con fondos públicos de la visita de Benedicto XVI a Madrid y la prohibición de la manifestación laica.

Benedicto XVI
(Foto: Flickr/Peruservis)

The Guardian apunta: «Unos 140 grupos, entre ellos la organización Europa Laica están en contra de la visita del Papa. «Los católicos pueden ir donde quieran, en Madrid, pero la libertad de movimiento del resto de nosotros está restringida«, dijo Francisco Delgado, líder de Europa Laica, al saber que la ciudad ha prohibido la manifestacion propuesta por su grupo.  Europa Laica tenía previsto marchas con consignas como «Ni un céntimo de mis impuestos para el Papa» y «Por un Estado laico«.

El Irish Times recoge también la prohibición de la marcha, las críticas de una organización de curas españoles y explica «hay ira en particular porque los 500.000 peregrinos que se esperan en la ciudad tendrán transporte gratuito. Y el lunes las tarifas del metro de Madrid aumentaron en un 50%. «Con la crisis económica que estamos atravesando, no podemos pagar por esto. La iglesia debe dar el ejemplo«, dijo un portavoz del movimiento Indignados: «Ellos quieren gastar 60 millones de euros, cuando el Gobierno regional acaba de recortar el presupuesto de educación en 40 millones.«

CBS habla de la oposición que suscita en España el gasto de la visita del Papa. «El precio es demasiado, dicen los críticos, especialmente con España sufriendo recortes masivos del sector público y con casi un 20% de desempleo. La oposición al evento y su precio ha sido muy clara, y viene de los grupos seculares y religiosos». Y destacan las declaraciones de uno de los sacerdotes críticos con la visita, Evaristo Villar: «No estamos en contra de la visita del Papa, estamos en contra de la forma en que está siendo puesta en escena. «

El traslado de los disturbios de Londres a otras ciudades del Reino Unido se analiza en la blogosfera como la prueba de que existe un hartazgo generalizado a causa de la desigualdad, la pobreza y la falta de oportunidades. Algunos hablan de un «error del sistema» que no se solucionará sólo con mano dura.

Asi quedo un edificio en Londres
(Foto: Flickr/Applekisu)

Rosa María Artal en El periscopio: «Disturbios en Londres, una vuelta de tuerca«. Subraya: » Una revuelta hija de un tiempo de consumismo, deseducacion, desinformación, y flagrantes injusticias.  ¿Se justifica todo esto? No. En ningún caso. Se explica. Llamo la atención sobre que los problemas de fondo no han cambiado un ápice, se agravan cada día. Peligrosísimo camino: suele acabar muy mal».

Ramon Lobo en Aguas internacionales: «Londres en llamas«. Destaca: «Lo que muestran las imágenes es vandalismo, hooliganismo, hombres encapuchados y enmascarados; no hay eslóganes, ideas, propuestas, solo una furia destructora cuyas víctimas son los pequeños comercios, personas tan o más castigadas por la crisis. La pobreza y las tensiones raciales son la gasolina que aviva el incendio, como sucedió en las banlieues de París. Existe un Cuarto Mundo paralelo, dentro del Primer Mundo, que la mayoría no ve».

Marco Schwartz en Versión libre: «Londres y los campos minados«. Apunta: «Las políticas exclusivas de ??mano dura? tal vez surtan efecto en el corto plazo y satisfagan a determinados sectores de la sociedad, pero no resuelven el problema de fondo. El sociólogo Zygmunt Bauman asociaba lo ocurrido no con una revolución, sino con un campo minado creado por la desigualdad social, en el que resulta muy difícil localizar las minas e impedir que exploten aquí y allá. Hoy es Londres; mañana?»

Hugo Martínez Abarca en Quien mucho abarca: «London calling?» Sostiene: «Las apabullantes imágenes que nos llegan se parecen más a las de las revueltas árabes en las que hay más violencia y cuyos dictadores también califican a los manifestantes como delincuentes comunes. Pero sabemos poquísimo y lo poco que sabemos hace incomprensible que una reacción tan intensa perviva durante cuatro días e incluso se expanda por otras ciudades británicas».

Javier F. Barrera en Escolar: «London calling«. Se pregunta: «¿Qué quedará de todo esto? Más allá de los dos o tres centenares de detenidos, la lamentable imagen para la sociedad bienpensante de Londres en llamas, de la Policía reculando, lo que destilan los acontecimientos es un error de sistema. Es la juventud que está harta y protesta a su manera. Es lo de siempre. Pero de una forma nueva que trasciende y conecta a unos individuos con otros».

Gema Galdón en Civismos incívicos: «London´s burning«. Asegura: «Aunque gran parte del vandalismo de estas horas en Londres no es político ni defendible, las revueltas son la cara previsible de las políticas de austeridad…. En ausencia de esperanza, en ausencia de proyecto colectivo, en la ausencia de un relato compartido de construcción de un futuro mejor, la rabia y la destrucción actúan como única catarsis posible».

En Culturalia: «Londres arde y revueltas se extienden». Defiende: «durante los últimos meses había habido síntomas de quiebra social pero las autoridades, los responsables políticos, nada hicieron para mejorar la vida de miles de jóvenes marginados que nada tienen y que por tanto tampoco tienen nada que perder. No es por tanto una cuestión policial, es una cuestión de justicia social. Tiene que ver esencialmente con la sordera de los políticos, en este caso ingleses. Lamentablemente esta enfermedad está extendida entre muchos políticos europeos, por quedarme tan sólo en este continente.

La radio publica estadounidense publica un reportaje explicando como tras el fracaso del «excesivamente ambicioso» primer plan de fomento de energía solar español, el sector se está recuperando. NPR considera que el caso español sirve de ejemplo para que EEUU no repita los errores.

Placas fotovoltaicas
(Foto: Flickr/Jumanji solar)

NPR describe como los incentivos aprobados por el gobierno en 2007 provocaron un auténtico boom de desarrollo solar que luego se demostró que era «insostenible. Cuando las nubes se formaron sobre la economía española, el gobierno se encontró sin dinero y tuvo que recortar los subsidios. El sector se estrelló. Las inversiones se congelaron. Muchas empresas solares cerraron o se fueron al extranjero«.

Y destacan las palaras de Isidoro Tapia del IDAE, la agencia gubernamental encargada de promover las energías renovables: «Teníamos un plan. La cosa es que nuestro plan fue superado por la realidad». Pero la agencia está trabajando en un nuevo plan, y él dice que EE.UU. puede aprender de la experiencia de España. Advierte contra una extensión excesiva de la industria, pero defiende la importancia de ser ambicioso. «Hay que fijar objetivos ambiciosos para hacer que se mueva el sector«.

«En España, el sector solar ha mostrado signos de recuperación pese al aumento de los problemas económicos del país. Y España se ha fijado el ambicioso objetivo de duplicar la contribución de la energía solar a la red nacional para el año 2020″, recoge el reportaje.

E. Robinson

Premio Pulitzer 2009, Catedrático Neiman de Periodismo en Harvard y Editor de la sección Exterior del Washington Post.

 

Sobre Robinson

Sus columnas, ahora en radiocable.com

Otros columnistas del WP

 

   

«Antes de tipificar el partidismo político como falta grave, punible con incesantes conferencias de senadores electoralistas y tertulianos presuntamente «despiertos», recordemos que ciertas elecciones son reales, tienen repercusiones y resultan mutuamente excluyentes.

No estoy hablando de la clase de partidismo por saturación que practica el secretario de la oposición en el Senado Mitch McConnell — la noción de que los Republicanos deben ponerse de parte de cualquier cosa que sea políticamente nociva para los Demócratas, con independencia de cuál pueda ser el impacto sobre la nación. «Lo más importante que queremos lograr es que el Presidente Obama sea presidente de una única legislatura», decía McConnell el pasado año manifestando una franqueza muy poco común en Washington.

Hablo del partidismo apoyado en polémicas, elecciones legislativas y filosofías incompatibles en torno a la naturaleza y el objetivo del estado. Poderosas fuerzas tiran de la nación en direcciones opuestas. El riesgo del exceso de compromiso es que acabemos donde estamos.

Un ejemplo clásico es la tentativa de relanzar la economía tras la peor recesión vivida desde la Gran Depresión. Cuando Obama llegó a la administración, la crisis era acusada; consumidores y empresas estaban traumatizados, y había un riesgo real de consolidar la tendencia. Cualquier seguidor del economista británico John Maynard Keynes — y Obama estaba siendo asesorado por keynesianos convencidos — tenía para recomendar un empujón muy considerable al gasto público.

En aras del compromiso, sin embargo, un tercio de la batería de medidas de estímulo avanzada por la Casa Blanca consistió de rebajas tributarias — cosa que un keynesiano diría es mucho menos estimulante que el gasto público directo. La historia contará que este gesto al bipartidismo no inmunizó al estímulo frente a la crítica constante de los Republicanos, a pesar de su amor eterno a las bajadas de impuestos. Redujo probablemente la eficacia del estímulo, dando munición a los Republicanos con su reclamación de que no funcionó.

Ahora mismo nos encontramos en una encrucijada parecida. Conservadores y progresistas deberían poder convenir en que la deuda nacional a largo plazo de 14,3 billones de dólares es un grave problema. Las soluciones eficaces, no obstante, no se prestan al compromiso intermedio.

Existen básicamente dos formas de reducir la deuda como porcentaje del PIB: bajar el gasto público o hacer que la economía crezca. El problema reside en que hacer más de lo uno se traduce en hacer menos de lo otro.

Los consumidores todavía son reacios a gastar — cosa comprensible, teniendo en cuenta el paro por encima del 9% y que el valor de la propiedad inmobiliaria no se ha recuperado de la drástica caída. Las empresas tienen una enorme pila de liquidez que son reacias a gastar — no tanto por incertidumbres como por la debilidad de la demanda.

El estado, con bastante acierto, ha intervenido para llenar el vacío. Si recortamos el gasto público demasiado, corremos el peligro de dar al traste con la recuperación — y elevamos la demanda de caros servicios públicos como la prestación por desempleo. Hemos de tomar una decisión: ¿lo más importante ahora mismo es que la economía crezca o recortar el gasto público? Si nos ponemos a hacer las dos cosas, acabaremos no haciendo ninguna de las dos.

Esto es solamente la versión reducida del debate más generalizado acerca del tamaño y las competencias del estado. Hay que tomar decisiones reales.

¿Queremos un gobierno que garantiza la atención médica de los pobres y los ancianos? Según un reciente sondeo del Washington Post, el 72% de los estadounidenses son contrarios a rebajar el gasto público en el programa Medicaid de los pobres como forma de reducir la deuda; el 54% es contrario a elevar la edad de jubilación de los afiliados al programa Medicare de 65 a 67 años.

¿Queremos un gobierno que proporciona a los jubilados una renta adecuada al nivel de vida? El 53% de los estadounidenses es contrario a alterar la seguridad social de forma que se reduzca el ritmo al que crecen las pensiones, según el sondeo del Post. Estas prestaciones son sagradas no sólo para los Demócratas sino también para los Republicanos. En el seno de las dos formaciones, los estadounidenses prefieren ver impuestos más altos a las rentas altas.

Los conservadores de derechas que albergan una opinión radicalmente distinta — de un gobierno mucho más limitado sin los medios para brindar esta clase de red de protección social — controlan hoy la Cámara de Representantes y al Partido Republicano. En el debate del techo de la deuda, han rechazado soluciones a largo plazo que han accedido a la mayor parte de lo que ellos exigían. Lo quieren todo.

Los progresistas que dicen no — que reconocen que hemos de reducir la deuda de formas que no tumben el crecimiento económico ni evisceren las prestaciones — están siendo partidistas por la mejor posible de las razones: mucho está sujeto al compromiso, pero no nuestro futuro como gran nación.

Eugene Robinson
Premio Pulitzer 2009 al comentario político.
© 2011, Washington Post Writers Group
Derechos de Internet para España reservados por radiocable.com

Sección en convenio con el Washington Post

David Mathiesen de The New Statesman rechaza en radiocable.com que se hagan comparaciones entre los disturbios de Londres y el movimiento de los indignados en España. «No me extraña que algunos intenten desacreditar el 15M en España utilizando lo que pasa en el extranjero», pero destaca importantes diferencias entre ambos: en Londres la revuelta no tiene fines políticos y ha recurrido a la violencia desde el primer momento.

David Mathiesen

Para David Mathiesen, «lo que sucede en Londres es mucho más grave que lo del 15M». Y ve muchas diferencias entre ambos fenómenos: «No está nada claro el motivo por el que están produciéndose los disturbios en Londres». Pero en contra de lo que sucede con el 15M, no tienen fines políticos.

«No parece que haya portavoces, no hay un movimiento político en los disturbios de Londres… No tiene una explicación. Lo del 15M sí tiene reivindicaciones concretas, aunque sean diversas, pero sí tienen fines políticos». El corresponsal también resalta que «de lo que hemos visto en España, la vasta mayoría del movimiento del 15M son jóvenes pacíficos. A lo mejor hacen desobediencia civil, pero siempre con fines pacíficos. En Londres, en cambio han utilizado la violencia desde el primer momento».

David Mathiesen asegura que «es muy dificil desenredar todas las corrientes, los movimientos que hay detrás de lo que está pasando en Londres». Explica que entre los motivos que se citan está la desigualdad entre ricos y pobres en el Reino Unido y el crecimiento económico desequilibrado, pero considera que eso «no explica porque hay tanta violencia y no es una excusa».

Canal de TV del Icex

El Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX), ente público empresarial cuya misión es promover la internacionalización de las empresas españolas y su competitividad en el exterior acaba de lanzar un nuevo canal de video en la red. Se llama ICEX Canal TV.

El canal proporciona información para impulsar y facilitar la proyección internacional de las empresas españolas en general para ayudarlas a implantarse en los mercados exteriores. Está estructurado en diversas secciones: Icex ofrece, sectores, mercados, empresas, institucional.

Y se puede seleccionar diversos contenidos: conferencias, reportajes sobre sus servicios y oficinas, estudios multimedia sobre la implantación en el exterior de determinados productos como el vino en Suecia o EEUU y otros temas. En este video por ejemplo distintas personalidades explican la transformación de la institución. Muchos de los montajes también están disponibles en el canal de Youtube.

Imagen de previsualización de YouTube