Parecía que se había terminado, pero no. El aparato del partido popular sigue a disposición del ataque contra la periodista Ana Pastor y la dirección de TVE. Si ayer el PP enviaba una nota de prensa insistiendo en las palabras de Cospedal, hoy son los responsables de la cuenta del partido en twitter los que siguen la ofensiva.
No es nuevo: Al PP no le gusta una televisión pública que no sirva a su propaganda.
Pero las denuncias del PP son infundadas, como han defendido hoy en sus columnas periodistas de La Razón, El Mundo, El Pais, Público, ABC y otros tantos profesionales. Entre ellos hoy, en radiocable.com, el Presidente de la Asociación de Corresponsales de prensa extranjera, Ramon Darío Molinary, para quien el PP está tratando de intimidar a TVE de forma ofensiva.
Porque salta a la vista. TVE es más independiente de lo que lo ha sido nunca. Desde que se aprobó la Ley -propuesta por el gobierno de Zapatero- al Presidente de la corporación ya no lo nombra el gobierno sino el Parlamento. Es más, la propia redacción elige democraticamente a sus representantes para evitar injerencias y manipulaciones políticas.
Según la última encuesta del CIS, los españoles creen que la mejor información la produce TVE. En esa misma encuesta, los españoles afirman que el problema que más les preocupa es el paro, así que no se puede decir que se plantease como una hagiografía para el gobierno.
Y no solamente es una percepción ciudadana. Según los datos aportados por la propia corporación al Congreso de los Diputados, en esta última etapa la presencia del gobierno ha bajado 10 puntos en los informativos mientras que la presencia de la oposición ha subido más de un 50%.
¿Cual es entonces el problema? Como bien dijo Cospedal, el problema es que al PP le gustaría que «su campaña» contra TVE tuviera más y mayor acogida en la prensa. Porque el PP quiere aparecer como una víctima y quiere unos medios de comunicación obedientes, que respondan a sus intereses, que recojan sus denuncias -infundadas o no, destacadas o no-. Es decir, no quieren periodistas, sino publicistas.
Y tienen suerte, porque si vivieran en un país anglosajón la prensa libre se los habría devorado ya.
Una última cosa. El martes Esperanza Aguirre llamaba machista a Tomás Gómez porque había aludido a su marido en un cartel que decía «adiós Condesa». Sin embargo el PP se pasó ayer el día filtrando a la prensa las relaciones familiares de Ana Pastor tratando de encontrar algún interés turbio en la forma en la que hace las entrevistas, -todas las entrevistas.
No imaginaba yo que Cospedal tuviera que recurrir a artimañanas tan deplorables para que se hable de su campaña.