El encuentro del Gobierno con 40 grandes empresarios españoles en el Palacio de la Moncloa ha provocado muchas reacciones en la blogosfera, mayoritariamente críticas. Se habla de «consejo de ministros paralelo», de opacidad, de falta de concreción y resultados de la reunión, de ausencias… En cuanto al respaldo de Botín a Zapatero, algunos creen que se debe a la defensa de sus propios intereses y otros a los de la economía y el país en general.

Reunion del Gobierno y  empresarios
(Foto: Flickr/Partido Socialista)

Hugo Martinez Abarca ironiza sobre «el Consejo de Ministros paralelo que ya no se disimula. En este país gobiernan los Pitufos: un pequeño grupo de muchos varones y una única Pitufina -Petra Mateos, presidenta de Hispasat- y dirigidos por un señor mayor que se distingue por sus ropajes rojos -sí, Papá Pitufo es Emilio Botín. Hay un poder económico oligárquico que tiene al gobierno a sus pies».

Ignacio Escolar recurre en su blog a un simil británico: «Tenemos en España un sistema tricameral: el Congreso, el Senado y ahora también la Cámara de los Lores. ¿Quién les ha votado? ¿Dónde reside su soberanía? ¿Son de verdad los intereses de los grandes empresarios los intereses de todos los españoles? ¿Soy el único al que estas reuniones le parecen algo obscenas?

Borja Ventura saca otra conclusión de la reunion en su Blog de notas y se pregunta ¿si se ha roto el idilio entre Zapatero y Botin?: «si la sintonía se resiente, el principal damnificado será el presidente del Gobierno, que no puede permitirse perder el respaldo de quienes mueven los hilos de la economía. Como tampoco pudo hacerlo ningún otro inquilino de La Moncloa antes que él».

Jesus Maraña en su Buzón de voz considera que «los señores de las finanzas y de las multinacionales han quitado a Rajoy la brocha a la que se había agarrado. ??Esto no es Portugal?, proclamó Botín antes de pedir al presidente que ni se le ocurra adelantar elecciones… Como es bien sabido, los dueños del dinero dicen que no son de derechas ni de izquierdas. Lo que importa es el negocio».

En El control de la información defienden que «la oligarquía, prefiere al gobierno de Zapatero porque simplemente es el que esta en el poder, y no necesita cambiar de gobierno, porque este responde igualmente a los intereses monopolistas. Cambiando de gobierno se perdería tiempo que se puede invertir en profundizar en los recortes».

Enrique de Pablo valora como sensata la petición de Botín a Zapatero de que agote la legistalura: «Seré muy ingenuo, lo sé, pero a mí me parece que en una situación de depresión económica y ausencia casi total de inversión, justo lo menos conveniente es la incertidumbre política».

Javier Perez de Albeniz en El descodificador cree que Botín está encantado con Zapatero «en un mundo cabal, un gobierno de izquierdas sería la pesadilla de la banca, pero no vivimos en un mundo cabal.??No nos deje usted, señor Zapatero?, parece suplicar Botín en nombre del resto de empresarios, rescatados antes y encantados ahora con una crisis que empobrece a los pobres y enriquece a los ricos».

Arturo González comenta la petición de los empresarios de más flexibilidad «¿Cómo es posible jugar con sujetos así, insaciables en su codicia, y no echarlos a cajas destempladas? Ahora dicen que quieren luchar contra la economía sumergida. Hora era, si bien ya hablan de no castigar a los defraudadores. ¿Qué pasó con las 3.000 fortunas descubiertas con dinero negro en Suiza?»

Francisco Frutos cree que la reunión fue para «garantizar al gran capital español e internacional que él, su gobierno y su partido continuarán haciendo el trabajo sucio contra los trabajadores y las trabajadoras, reduciendo sus derechos laborales y sociales, para que los causantes del caos económico y financiero puedan continuar sus tropelías y los MERCADOS, estén tranquilos y confiados en que España no les hará perder un solo euro, un solo negocio».

Javier Vizcaíno comenta en la trama mediática que «las palabras de Botín con la chaqueta a medio poner han despertado a la falange anticapitalista. De gran filántropo y eximio creador de riqueza nacional, el banquero ha pasado a enemigo de la patria por sugerir que Zapatero agote la legislatura».

Carmen Ortigosa en Locos por la economia considera que «a la banca ya se le ayudó en su momento, y al día de hoy me parece el sector menos clave para sentarse a hablar de economía en una mesa de cuarenta empresarios. Y mi gran pregunta es: ¿Dónde estaban representadas las pymes que son las que crean empleo de verdad?»

El blog Opiniones rápidas y plurales critica que a la reunión no se invitara a las pymes y defienden que » si este tipo de reuniones se va a repetir deben asistir periodistas que las cuenten o, mejor aún, que se retransmitan en directo o diferido pero integras, porque se tratan asuntos que afectan a toda la sociedad.

En El blog salmón critican la reunión: «no tenía un objetivo claro, no se sabe exactamente a qué ha asistido cada uno ni qué ha manifestado ni se ha ultimado una conclusión u hoja de ruta a seguir, por parte del Gobierno y los representantes de las grandes empresas. Más que una reunión de trabajo, parecía una ??party en La Moncloa?.

 

Alfredo Perez Rubalcaba

El año pasado se cometieron 45,1 delitos y faltas por cada mil habitantes segun las estadísticas del Ministerio del Interior. Esto supone la tasa de criminalidad y delincuencia más baja de los últimos once años y consolida la tendencia positiva que se observa en este sentido desde 2008. Y es siete puntos más baja que el máximo histórico que se alcanzó en 2002.

El vicepresidente primero y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha desvelado estas cifras sobre la delincuencia en 2010 ante la Comisión de Interior del Congreso. Ha destacado el nuevo descenso «significativo» de homicidios y asesinatos y la bajada también de los delitos de robos, que están muy por debajo de su tope más alto que se alcanzó en 2001.

Estos datos situan a España como uno de los países de la UE con menor tasa de delincuencia, 22,5 puntos por debajo de la media. La mejora en los índices de seguridad se produjo por la caída de los principales indicadores, especialmente de los delitos contra el patrimonio (-3%) y contra las personas (-1,6%)

Rubalcaba ha adjudicato estos buenos datos a la labor de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, y ha destacado que «España es un país más seguro, uno de los más seguros de Europa y así lo perciben los ciudadanos». Aunque ha admitido que «mucho trabajo por hacer».

Richard Cohen

Columnista en la página editorial del Washington Post desde 1984.

 

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Richard Cohen-Washington. En el Despacho Oval, el Presidente Obama tiene bustos de sus héroes – Abraham Lincoln y Martin Luther King Jr. Debería añadir uno de Milton Berle, el llamado Mr. Televisión en los años 50. Berle solía indicar al público de su estudio que siguiera aplaudiendo o que dejara de aplaudir levantando una mano para movilizarlo y otra para que se callara. Es la versión condensada de la política libia del presidente.

La Doctrina Berle, lo más parecido que tiene esta administración a una política exterior coherente, ha costado vidas casi seguro. Implicó una irónica cantidad de vacilaciones a medida que la administración Obama entraba en guerra primero consigo misma — intervenir o no intervenir — entre los llamados chicos (Bob Gates, Tom Donilon) que discutían con las chicas (Hillary Clinton, Susan Rice, Samantha Power), una metáfora de campamentos impropia de la gravedad de la situación. Clinton terminó logrando su zona de exclusión aérea pero no se llevó ningún mérito. «Nosotros no llevamos esto», decía en París.

Eso está claro. Los franceses llevan esto, diciendo el Presidente Nicolás Sarkozy que Francia «ha decidido asumir su papel, su papel ante la historia». ¡Oui! A pesar de toda la irritante galicidad de esa declaración, Sarkozy tiene razón — igual que el Senador John Kerry, que pedía desde el principio la intervención internacional en la guerra civil libia. Junto a los demás, Kerry y Sarkozy entendían que Muammar Gaddafi es un psicópata, un asesino de inocentes, y que en caso de arrinconar a sus enemigos en Bengasi, los masacraría con total fruición. Virtualmente prometía lo propio, y cuando hablamos de crímenes, él normalmente ha cumplido su palabra.

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Oriente Próximo es un caos y un lío, que sucede a velocidad extremadamente rápida. La búsqueda de una Teoría Unificada de Lo que Está Pasando es inútil. Bahréin es colega nuestro; Libia no. Arabia Saudí tiene todo ese crudo; Egipto no. Irán es nuestro enemigo y sus enemigos tienen que ser por fuerza nuestros amigos. El escorpión que pica mortalmente a la rana que lo transporta a través del Canal de Suez no es metáfora para Oriente Medio pero es un informe detallado válido. Mire: Amr Moussa, de la Liga Árabe – su secretario general saliente – pedía una zona de exclusión aérea y a continuación, consternado por la violencia de este ataque militar, expresaba dudas. Moussa tiene el rictus de un crupier de blackjack de Las Vegas, una infrecuente manifestación de formas que cumplen una función.

Aún así, la administración Obama ha añadido incoherencia a la confusión. Es un cóctel raro y peligroso. Transcurrida una jornada de la operación, el desaliñado jefe del Estado Mayor, el Almirante Mike Mullen, salía por todas partes menos en el Discovery Channel para decir que la operación de la que él había dicho en persona no ser partidario podría terminar con el caballero al que el presidente dice querer fuera — un tal Coronel Gaddafi – aún en el poder. «?se desde luego, potencialmente, es un resultado», decía Mullen en el debate «Meet the Press».

El cambio que prometió Obama se ha instalado entre todos nosotros igual que un irritante chaparrón. Sus ideas no habían sido puestas a prueba ni por la edad ni por la experiencia. Una cosa es condenar el unilateralismo estadounidense y otra muy diferente esperar a la acción internacional cuando el tiempo es crucial. No es imprescindible que América lidere siempre, pero a veces es imprescindible que lidere — y siempre es imprescindible que el Presidente sepa cuándo ha llegado ése momento. No parece que Obama lo sepa. A menudo resuelve los problemas a base de ignorarlos.

A decir verdad, desconozco si es apropiado o no que Obama se marche a su visita a Sudamérica, pero desde luego es simbólico. Aquí queda su país abriendo otra operación militar más, y allí está el presidente en Brasil. El contraste es estremecedor — como si se estuviera distanciando de forma muy literal de las consecuencias de su propia política. El caballero que se supone es el centro de todo se queda en la periferia.

Obama no tiene ningún estómago para la guerra en Afganistán, pero de todas formas la libra. Lo mismo puede decirse de lo que queda de nuestra iniciativa en Irak. Ahora es Libia. Estas misiones carecen de claridad, y las dos primeras estuvieron tan marcadas por la administración anterior que quedan más allá de la redención. Pero Libia es — y debe seguir siendo — una misión humanitaria, una que habría de emprenderse cuanto antes mejor en lugar de más tarde por una administración unida que tuviera un mensaje coherente y que dejara claros sus objetivos. Se podría defender la idea de quedarse al margen o se podría haber hecho una defensa más encendida de intervenir. En lugar de eso, se hicieron las dos cosas. Milton Berle rige ahora a la Casa Blanca espectadora.

Richard Cohen
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El diario británico dedica esta semana una monográfico a España y publica artículos de algunas firmas destacadas. Una de ellas es la del escritor Javier Cercas que en el contexto del posible fin de ETA se pregunta si Arnaldo Otegi podría ser el Adolfo Suarez de la banda, «alguien que posee el coraje de un gran traidor».

Javier Cercas
(Foto: Flickr/Carlosalpa)

El escritor considera que hoy quedan dos cosas de la España de Franco «nuestra espléndida tradición  de intolerancia y la organización ETA , que es la manifestación más visible de nuestra espléndida tradición de intolerancia… Lo increíble es que siga viva convertida en un feroz anacronismo». Pese a las esperanzas levantadas por el ultimo alto el fuego de la banda, Cercas se declara escéptico sobre su posible fin.

Y explica que «se dice que Arnaldo Otegi, actual líder de Batasuna, está en mejores condiciones que cualquiera de sus predecesores para conseguir que depongan las armas. Puede. Pero me pregunto cómo Otegi va a decir a sus chicos que todo lo que han dicho era mentira, que no van a ser los héroes de la patria vasca, y que todo habrá terminado sin la compensación política que están buscando».

Uno tiene que ser muy valiente para renunciar a las armas, pero persuadir a los demás que renuncien a las suyas requiere aún más valor. ETA ha estado esperando mucho tiempo por su propio Adolfo Suárez – el arquitecto de la transición de la dictadura a la democracia en España – por alguien que posee el coraje de un gran traidor».

Javier Cercas recuerda como a finales de los 70 los franquistas que tuvieron que renunciar a sus armas y aceptar la democracia, «fue Suárez quien les convenció para que ello, engañandoles y traicionandoles pero sin obligarles a condenar explícitamente cuatro décadas de franquismo. Muchos de ellos todavía no la han condenado, de hecho, el Partido Popular – el partido de la derecha – solo ha llegado a habla de «reconocimiento moral de todos aquellos que fueron víctimas de la guerra civil».

The Guardian también publica un artículo en inglés de Ignacio Escolar sobre el eurodiputado Pablo Zalba.

 

Todos los expertos, -y algunos habían sido muy críticos-, coinciden en señalar que algo ha pasado en la izquierda abertzale. Hasta aquí ninguna novedad pues ya pudo verse en la redacción de los estatutos de Sortu, en la debilidad de las pruebas que presentó la Policía y la Guardia Civil, y en la votación final del Supremo que siendo históricamente unánime argumentó esos votos particulares de la duda.

Además, la Ley de partidos se ha encargado de protegernos ante los cambios de rumbo. Si una formación condena un atentado de ETA, pero meses después algún miembro lo justifica, puede derivar en la ilegalización global. Por tanto, poco debe temer la democracia sobre la sinceridad o no preelectoral, pues ya se ha encargado la legislación de mantener mecanismos de control suficientes.

¿Se puede concluir que la izquierda abertzale ha aceptado el camino de la democracia? Todo indica que sí, aunque la pregunta pertinente en este momento es, ¿se trata de un proceso irreversible?

En esto ya hay más dudas entre los expertos. Existe temor ante un escenario concreto: Si Sortu consigue presentarse a las elecciones y obtiene mucha representación se sentirá legitimada para poner sobre la mesa el debate de la autodeterminación. Hasta aquí nada extraño, y forma parte de la esencia democrática.

Sin embargo al balón de oxígeno que te da el presupuesto de los ayuntamientos y a la legitimidad que te da la representación popular habrá que sumarle entonces que ETA no ha dejado de existir completamente y que se sumará complacida al debate, con un incierto resultado.

Añadamos además que a ese escenario se sumase una legislatura gobernada por el PP. Si la presión contra los nacionalismos se intensifica -como ocurrió durante la segunda legislatura de Aznar que germinó en el Plan Ibarretxe-  , es muy probable que vuelvan al tablero todas las justificaciones morales de asfixia ideológica, representación social y opresión moral.

Todo eso son hipótesis claro pero nos permiten deducir que aunque posiblemente el giro de la izquierda abertzale es sincero nos queda por aclarar si es o no irreversible. Entonces ¿que pruebas pueden aportar de lo contrario?

El International Herald Tribune publica un analisis de Neil Unmack en el que analiza como pese a la crisis en Portugal, tanto el el euro como los mercados de deuda parecen estar en clama. Consideran que «la fuente de la actual fortaleza de Europa ??y sus potenciales debilidades futuras- sigue estando en España».

Monumento al euro
(Foto: Flickr/Saikofish)

El artículo asegura que «la principal razón de la confianza de los mercados es España. un impago del país sería un cataclismo, pero, al contrario que Grecia o Irlanda, España es demasiado grande para ser rescatada. Afortunadamente, España parece cada vez más segura. España parece estar abordando sus problemas, prosiguiendo con reformas a fondo de las pensiones y el mercado laboral».

Unmack analiza también la rentabilidad de los bonos del Estado español que «podría sufrir si los bancos tienen problemas en captar capital y tengan que acudir al Estado. Las regiones autónomas españolas son otra fuente de preocupación. Más de la mitad de ellas no lograron alcanzar los objetivos de reducción de déficit el pasado año, minando el plan gubernamental para tener un déficit total del 6% este año?.

Y advierte: «el aumento de los rendimientos portugueses, debido a la crisis política, es un bienvenido recordatorio a Madrid de que no es momento para la complacencia. España todavía no está fuera de peligro, lo que significa que el euro tampoco».

E. Robinson

Premio Pulitzer 2009, Catedrático Neiman de Periodismo en Harvard y Editor de la sección Exterior del Washington Post.

 

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Eugene Robinson-Washington. Cualquiera que busque principios y lógica en el ataque al tiránico régimen de Muammar Gaddafi va a quedar decepcionado. El Presidente Obama y sus asesores deberían de reconocer la verdad evidente: Están reaccionando al fervor revolucionario del mundo árabe con el «realismo» arbitrario privilegio de las superpotencias.Enfrentándose a un levantamiento armado emprendido por rebeldes que aspiran a la democracia, Gadafi amenazaba con convertir la totalidad de Libia en un osario. Estados Unidos y sus aliados respondieron con una fuerza militar aplastante claramente concebida para paralizar al régimen y mejorar las probabilidades de éxito de la revuelta.

Así comienza nuestra tercera guerra simultánea en Oriente Próximo. Nadie tiene la menor idea de cómo, ni cuándo, terminará esta.

He de admitir que también yo he encontrado difícil quedarme mirando de brazos cruzados mientras Gadafi bañaba de sangre las calles de Bengasi. Pero ¿qué es lo que hace más fácil ver al resto de déspotas hacer lo propio?

En Yemen, las fuerzas leales al dictador Alí Abdaláh Saléh han masacrado a docenas de manifestantes indefensos que aspiraban a la reforma democrática. Saléh, que lleva gobernando dictatorialmente el país 33 años, se aferra con desesperación al poder a pesar de haber sido abandonado por muchos de sus partidarios políticos y por algunos de sus Generales. No ha manifestado sino desafío. «A diario escuchamos una declaración de Obama diciendo: ‘Egipto no hagas esto, Túnez no hagas lo otro'», decía Saléh en un discurso a principios de mes. «¿Usted es el presidente de los Estados Unidos, o el presidente del mundo?»

Pero no ha habido ninguna intervención militar estadounidense. Saléh ha sido considerado un aliado valioso en la lucha contra al-Qaeda, que dispone de su base más activa — y potencialmente peligrosa — en Yemen. Los ataques contra Estados Unidos se han planeado y organizado allí. Saléh, de esta manera, es un tirano útil. ?l es objeto de gestos de desaprobación, no de bombas.

En Bahréin, la familia Real al-Jalifa en el poder ha respondido a las manifestaciones pacíficas con violenta represión. Mientras la atención del mundo se centraba en el desarrollo de la tragedia de Japón y la inminente tragedia de Libia, los líderes de Bahréin limpiaban brutalmente la Plaza de la Perla de su campamento de protesta y hasta destruían el imponente monumento que se había convertido en el símbolo más contundente del movimiento pro-democracia.

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Pero para Bahréin también tenemos palabras corteses en lugar de medidas contundentes. ¿Por qué? Porque la Quinta Flota de la marina estadounidense tiene su base allí, a caballo de las rutas de comercio marítimo del Golfo Pérsico a través de las que debe circular el 40% del petróleo del mundo transportado en barco. La base proporciona a Estados Unidos una forma de contrarrestar la creciente influencia de Irán.

Además, la familia al-Jalifa es aliada próxima de las ramas Reales saudíes, desesperadas por impedir que las manifestaciones de Bahréin se contagien al cercano reino. Los dictadores saudíes enviaban efectivos militares para ayudar a aplastar las manifestaciones de Bahréin y han prohibido cualquier tipo de movimiento pro-democracia en el país. Para la Casa de Saud, sin embargo, la Casa Blanca apenas ha logrado articular un silbido de decepción.

¿Por qué es tan distinta Libia? Básicamente, porque los dictadores de Yemen, Bahréin o Arabia Saudí – también Jordania y los emiratos del Golfo Pérsico, a estos efectos — son receptivos, se prestan a la cooperación y son útiles. Gadafi no.

Se acordará de la valoración inicial que hacía la Secretario de Estado Hillary Clinton de que el régimen del hombre fuerte egipcio Hosni Mubarak era «estable». Sabíamos que Mubarak era brutal y corrupto, pero sólo cuando quedó claro que su control del poder se estaba esfumando — y que la institución del ejército egipcio no iba a disparar contra ciudadanos egipcios pacíficos — la administración se posicionó de la parte correcta de la historia.

Al explicar el motivo de que Estados Unidos se uniera a la creación de la zona de exclusión libia, que inmediatamente se convirtió en mucho más, Obama se enredó en disquisiciones retóricas. Si Gadafi fuera a cometer atrocidades contra su población, decía Obama, «La región entera se verá desestabilizada, poniendo en peligro a muchos de nuestros aliados y socios». Bueno, pues vale. Como sin duda se habrá dado cuenta él, la región ya está desestabilizada. Los regímenes amistosos ya se están viendo amenazados, pero no por Gadafi. Se están viendo amenazados por las aspiraciones democráticas de su propia población.

Gadafi está loco y es perverso; evidentemente, no iba a escuchar nuestros consejos de democracia. El mundo tendrá suerte de librarse de él. Pero la guerra en Libia sólo se justifica si vamos a someter a los dictadores obedientes al mismo rasero que imponemos a los dictadores desafiantes. Si no es así, entonces que por favor nos ahorren todas las homilías sobre derechos humanos y libertades universales. Veríamos que esto no va de justicia, va de poder.

Eugene Robinson
Premio Pulitzer 2009 al comentario político.
© 2011, Washington Post Writers Group
Derechos de Internet para España reservados por radiocable.com

Sección en convenio con el Washington Post

Leo Bassi

Un juzgado de Valladolid ha admitido a trámite una querella contra el activista y cómico  por «delitos contra el sentimiento religioso». La denuncia se remonta a una conferencia en la Universidad de Valladolid en octubre de 2010 y fue presentada por la Asociación de Abogados Cristianos y el portal Hazteoir.org. El rector de la UVA, Marcos Sacristán también ha resultado imputado. Leo Bassi explica en radiocable.com que las cosas de las que le acusan son «falsas», pero se declara «muy contento con la querella porque va a permitir al bufón ser escuchado».

Leo Bassi
(Foto: Flickr/Clows)

Leo Bassi asegura que la noticia de la admisión a trámite de la querella no le ha sorprendido, pero se muestra «muy alegre de tener publicidad y poder hablar de mis tesis». Asegura que «hay videos que demuestran que no he hecho nada de lo que me acusan». Pero sobre todo cree que esto demuestra que hay una «gran operación, no solo en España, sino a nivel mundial de querer cambiar la herencia de la Ilustración e inventar unas raíces judeo-cristianas de la cultura occidental».

De hecho explica que esa era la tesis que quería defender en la conferencia en Valladolid y cree que gracias a la querella puede tener más audiencia. Bassi también denuncia que existe una «batalla ideológica en este momento. Y la izquierda quizá se ha dormido un poco pensando que había algunas cosas ya tan aceptadas que no se podía volver atrás, pero la verdad es que se está volviendo atrás».

Además el cómico revela que él mismo también presentó una querella contra Hazteoir.org y Libertad Digital por calumnias y haber puesto en su boca cosas que él no dijo en la mencionada conferencia. Y asegura que quiso demostrar «los problemas de la libertad de expresión» que hay ahora mismo, recordando como por disfrazarse de Papa, le pusieron una bomba.

«Por eso esta querella me viene perfecto. Porque me permite defenderme en voz alta. Y es siempre dificil para un bufón ser tomado en serio. Y se ve que son mis adversarios quienes me toman en serio y se querellan. Y permiten al bufón dar sus opiniones perfectamente apoyadas en hechos históricos».

La sombra del franquismo, el desempleo que afecta con especial incidencia a los jóvenes, el tipo de vida de una familia media o las ultimas noticias más relevantes sobre el robo de bebés o el futuro de Zapatero… Son algunos de los temas destacados de un reportaje en profundidad que dedica a España el diario británico. El trabajo forma parte de una serie de The Guardian para «conocer mejor a nuestros vecinos» de la «Nueva Europa» e incluyen también a Alemania, Francia y Polonia.

Sede de The Guardian
(Foto: Flickr/Stuart Chalmers)

Uno de los artículos analiza «el persistente legado del franquismo«. El texto está firmado por Jonathan Freedland y repasa la situación del Valle de los Caídos, asi como las reclamaciones de los colectivos que defienden la Memoria Histórica o el caso Garzón. Reflexiona sobre como «la sombra del dictador fascista todavía se cierne sobre España, pero ¿puede esta generación o la siguiente finalmente llevar a la nación a una catarsis?

Según The Guardian, «El verdadero «pacto de silencio» fue entre la clase política, que acordó no utilizar el pasado como un arma de unos contra otros durante la etapa post-1975 de transición de la dictadura a la democracia… Ese armisticio político, roto en los últimos años, fue, sin duda, necesario. Pero ha tenido a un precio. Con el fin de tener paz, muchos en España sienten que han sacrificado la justicia. Los asesinos no fueron castigados y Franco murió en su cama».

«España además ha carecido de la catarsis que puede venir con un balance completo del pasado. No ha habido ningún equivalente al momento Willy Brandt de Alemania momento, cuando el entonces canciller cayó de rodillas en expiación por el Holocausto. ¿Podría llegar todavía una? No a través del del Partido Popular de derecha, que bien podría formar el próximo gobierno de España. Varias veces me dijeron que demasiadas altos cargos del PP tienen vínculos familiares con el régimen de Franco: son los hijos e hijas de aquellos que sirvieron a los caudillos».