Accion de Greenpeace en Genova

Activistas de Greenpeace han escalado las sedes del PSOE y del PP en Madrid en una acción para reclamar el abandono de la energía nuclear. Han sustituido el logo de ambos partidos políticos por un cartel que les exige, tras el accidente de Fukushima, un compromiso claro y rotundo con el fin de esta energía en España. La acción se está retransmitiendo en directo en la red.

Desde las 10:00h de la mañana de este 24 de marzo, activistas de Greenpeace han subido a las fachadas de las sedes del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y del Partido Popular (PP), en las madrileñas calles de Ferraz y Génova. Con esta acción de protesta pacífica, simultánea en ambas sedes, Greenpeace reclama a ambos partidos que, tras el accidente nuclear de Japón, adopten una actitud responsable en materia de energía y promuevan activamente el abandono de la nuclear en España.

Greenpeace en la sede del PSOE
(Foto: Greenpeace)

Los activistas han accedido a las marquesinas de las sedes. En la del PSOE se ha cambiado su logo por otro alusivo a su apoyo a la energía nuclear. En la sede del PP trabajadores del partido tratan de impedir el desarrollo de la protesta pacífica. También han desplegado pancartas con el mensaje ??No más Fukushima. Nucleares, cierre ya? y han hecho sonar una alarma que dice ??Atención, atenció, se declara alarma nuclear?.

Sobre las las 10h30, los 6 activistas subidos a la marquesina de la sede del PP han sido detenidos. A las 11h, miembros del PSOE han accedido a tener una reunión con representantes de Greenpeace aunque la Policía ha entrado también en la sede de Ferraz. Poco después de las12h, tras la reunión en la sede socialista, los ecologistas han dado por terminadala acción, desdenciendo voluntariamente de la fachada. No han sido detenidos.

Aprendiendo ingles

Un estudio elaborado con pruebas a dos millones de personas de todo el mundo, revela que España está a la cola de Europa en cuanto al dominio del inglés. Nuestro país figura en el puesto 24 de un total de 44 países y territorios y la superan todos los demás socios de la UE evaluados. Tan solo quedan peor puntuados que los españoles a nivel europeo, Rusia y Turquía. 

El estudio que fija el Indice de Nivel de Inglés EF (EF EPI) ha sido elaborado por la escuela Education First (EF) a partir de pruebas de nivel a más de 2 millones de adultos. El ranking mundial está encabezado por Noruega, Holanda, Dinamarca, Suecia y Finlandia. Austria, Bélgica, Alemania muestran un nivel alto y Eslovaquia, Hungría, la República Checa, Francia, Portugal, Suiza y Polonia quedan englobados en el nivel medio. Italia es el único país de la UE que acompaña a España en el nivel bajo, aunque con mejor nota que la nuestra.

El analisis determina que el inicio del aprendizaje a edades más tempranas no es lo más determinante a la hora de lograr un buen nivel de inglés. Se considera más importante la calidad del profesorado, los métodos didácticos, el número de horas que se le dediquen al idioma y el fijarlo como primer idioma extranjero. El hecho de que existan otras lenguas cooficiales no se considera un impedimento, sino todo lo contrario como demuestran los buenos resultados de Finlandia, Bélgica y Suiza.

Otra de las recomendaciones de Education First es cultivar el multilingüismo como hacen los escandinavos y dicen que «uno de los indicadores de una cultura nacional con un alto nivel de inglés es tener un jefe de estado capaz de comunicarse en público en este idioma»

En el resto del mundo, solo logra niveles alto Malasia y medios Japón, México, Hong Kong y Corea del Sur. Y destacan a América Latina como la región con un nivel más bajo de inglés. [visto aqui]

Richard Cohen

Columnista en la página editorial del Washington Post desde 1984.

 

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Richard Cohen-Washington. A diferencia de Moisés Herzog, el personaje homónimo de la novela del escritor Saúl Bellow «Herzog», yo no redacto febrilmente cartas dementes que remitir a figuras públicas o instancias gubernamentales siniestras (la agencia tributaria, por ejemplo). Pero con frecuencia respondo gritando al televisor. Eso me pasó el domingo cuando la periodista de CNN Candy Crowley preguntó al congresista Peter King por el contenido real de las vistas legislativas convocadas con motivo del fundamentalismo musulmán. «Buena suerte, Candy», le grité, tras haber planteado la misma pregunta al gabinete de King la víspera. Aquí, estoy seguro, tiene la respuesta: El motivo de las vistas es Pete King.

King es el secretario del Comité de Interior de la Cámara de Representantes estadounidense. El jueves, abrirá las vistas con una intervención acerca de lo que sea. Su título oficial es «El alcance de la radicalización de la comunidad musulmana estadounidense y la respuesta de la comunidad». La última parte – «la respuesta de la comunidad» – King ya la tiene clara. La comunidad musulmana estadounidense está resentida y ha demostrado su valor, entre otros sitios, en el distrito electoral de King en Long Island. King cree que está siendo excesivamente sensible.

Por casualidad es un hecho inconveniente que justo el mes pasado, un experto en terrorismo de la Universidad de Carolina del Norte, Charles Kurzman, informó de un acusado descenso en las actividades terroristas reales o frustradas cometidas por musulmanes estadounidenses — 47 autores materiales y sospechosos en 2009, 20 en 2010. Esto no quiere decir que no haya ninguna amenaza, pero cuando se compara con la delincuencia violenta, es leve. De hecho, la amenaza de los no musulmanes es mucho mayor, abarcando no sólo a los delincuentes mediocres sino comprendiendo alrededor de 20 conspiraciones nacionales terroristas, incluyendo una en la que se empotró un avión contra unas oficinas de la agencia tributaria en Austin, Texas. Herzog escribía simplemente cartas imaginarias.

Los resultados del estudio Kurzman son cada vez más inconvenientes. Resulta que a la hora de denunciar presuntas conspiraciones terroristas, «la mayor fuente con diferencia de información inicial (48 casos de 120) se vincula a las pistas procedentes de la comunidad musulmana estadounidense». Esto no sólo contradice la acusación implícita de King de que la comunidad musulmana estadounidense es un catalizador monumental del terrorismo, sino que insinúa que uno de los resultados de la vista legislativa convocada va a ser una mayor alienación de esta comunidad — y una menor cooperación con las autoridades.

King está sentando un precedente peligroso. La administración no pinta nada examinando a ningún grupo religioso pacífico porque un puñado de fieles haya violado la ley. Si lo hiciera, tendría que examinar a la Iglesia Católica Romana, que claramente encubrió– o puede estar todavía encubriendo — los delitos sexuales de los sacerdotes y otros miembros. El colectivo BishopAccountability.org dice que «puede que más de 100.000 menores» hayan sido objeto de abusos sexuales cometidos por religiosos católicos de una variante u otra desde 1950. Cerca de 6.000 sacerdotes han sido acusados de abusos durante ese tiempo — el 5,3% del total. Casi ninguno de ellos ha llegado a pisar una audiencia de justicia, y en muchos casos los delitos fueron encubiertos y se permitió que los delincuentes salieran de rositas.

El Congreso, no obstante, no ha investigado a la iglesia y puede apostarse su plan de jubilación a que no lo hará — ni siquiera si existen abundantes pruebas de que hay una conspiración integral para proteger a los sinvergüenzas. La iglesia, no obstante, es políticamente poderosa y, de todas formas, tenemos una tradición refinadísima en este país de que el gobierno aleje sus narices de la religión.

En el caso de la comunidad musulmana estadounidense, no hay ninguna prueba de ninguna conspiración centralizada que implique al terrorismo o que los musulmanes estén menos cansados o sean menos contrarios al terrorismo que los no musulmanes. Ni un solo funcionario público ha sugerido lo contrario y cualquier información (insignificante) manejada por estas vistas será sin duda compensada por la comodidad que van a proporcionar a los fanáticos antimusulmanes. Se ha montado un manicomio político en América organizado en torno a la vehemente convicción de que el Presidente Obama es musulmán y por tanto no es un estadounidense de verdad.

Aquí reside el verdadero daño que causa King. Inherente a su retórica y a su insistencia en mantener la celebración de sus vistas es la insinuación de que el islam no es en sí mismo americano. Esto, por supuesto, es lo que decía la gente hace mucho del catolicismo romano. El movimiento acertadamente bautizado como Desconocedores a mediados del siglo XIX estaba organizado en torno a esa opinión.

El terrorismo sigue siendo una amenaza y existe algo llamado terrorismo islámico — o, dicho de otra forma, terrorismo perpetrado en nombre del islam. En este país, gran parte de la amenaza interna sale de un número muy reducido de jóvenes enardecidos cuya incompetencia con frecuencia simplemente provoca sorpresa. No son más representativos de la comunidad musulmana estadounidense que un sacerdote cachondo de Peter King. Tan bajo como está el rasero, el Congreso tiene mejores cosas que hacer.

© 2011, The Washington Post Writers Group

Alexander Chernosvitov, de la agencia rusa Itar Tass explica en radiocable.com que ve a España «bastante involucrada» en la intervención militar internacional en Libia aunque cree que se debería hablar más de la ayuda humanitaria. En cambio en su país la operación se ve con «sospechas» porque creen que una vez que «empieza la guerra luego es muy dificil pararla» y que no se ha elaborado bien la estrategia posterior. Consideran que se podía haber conseguido más de Gadafi negociando y temen que pueda haber ahora consecuencias más graves.

Gadafi
(Foto: Flickr/Crvcak1)

Para Alexander Chernosvitov tanto Rusia como España están de acuerdo en que la «tarea principal es proteger a la población civil libia». Pero se difiere de cómo hacerlo y explica las dudas de su país hacia el mecanismo de exclusión aérea. Considera además que, aunque algo se dijo en el Congreso de los Diputados,  ahora se está «hablando y avanzando poco en el tema de la ayuda humanitaria y debería ser una de las cosas más importantes».

Relata además como el rechazo ruso a la intervención se debe a que «cuando empieza la guerra después es muy difícil pararla. Entonces mejor meditar antes y programarla. Y se ha creado la impresión de que todavía es un tema no bien elaborado». Por eso buena parte de la población rusa se muestra negativa con la operación en Libia y tiene sospechas. Creen que se podía haber conseguido que Gadafi renunciara o hablara con la oposición a través de negociaciones «parece que se negoció, pero se podía haber hecho un poco más».

El prestigioso semanario estadounidense aborda los problemas de la deuda en Europa destacando el caso de España. El texto es del economista Robert J. Samuelson y habla de una «desastre inimente» casi dando por sentado que habrá algún tipo de rescate a Portugal y probablemente a España. Newsweek analiza también el papel del euro que ha pasado de simbolizar la «unidad a convertirse ahora en discordia».

El euro
(Foto: Flickr/Jmsvuk)

Newsweek empieza asegurando que «Europa viene teniendo dificultades para evitar otra crisis económica. En la escala Richter de amenaza económica, esta crisis podría tener en última instancia más peso que la espeluznante tragedia de Japón. Una razón es el tamaño. Europa representa alrededor del 20 por ciento de la economía mundial; el porcentaje de Japón ronda el 6 por ciento. Otra es que Japón puede recuperarse con mayor rapidez de la que se calcula ahora; pasó tras el terremoto de Kobe en 1995. Es difícil discutir la «crisis económica mundial» en tiempo pretérito mientras el problema de deuda de Europa se enroca – y se enroca.

«Europa debe hacer algo. Grecia e Irlanda ya están intervenidas. Hay temores por España y Portugal;  Moody’s rebajaba hace poco la calificación de los dos, aunque la de España sigue siendo elevada» sostiene el texto. A continuación explica que «Europa ha llegado a esta triste encrucijada movida por tres fuerzas: (a) grandes estados del bienestar financiados con demasiada frecuencia con deuda; (b) la crisis económica que condujo a la recesión y ha empujado a algunos países (Irlanda, España) a ayudar a sus bancos; (c) los efectos secundarios de la moneda única , el euro».

«El papel del euro es especialmente irónico. Adoptado en 1999 – y utilizado ya por 17 países – el euro iba a promover la prosperidad y la unidad política. Los países disfrutarían de tipos de interés comparativamente bajos y la conveniencia de la divisa común. Pareció funcionar durante un tiempo. Pero los bajos tipos de interés en Grecia, España e Irlanda alentaron periodos de expansión insostenibles o burbujas inmobiliarias que, al estallar, agravaron sus recesiones y su déficit presupuestario. La unidad se ha convertido ahora en discordia».

Los ecos de la participación española en la intervención de Libia han llegado hasta Italia, pero eso sí, recogiendo las tesis y el enfoque de la prensa conservadora española. El periódico italiano La Repubblica publica un texto de Anais Ginori titulado: ??El nuevo pacifismo. Palomas en la derecha, halcones en la izquierda?; ??Políticos e intelectuales desempeñan papeles diferentes respecto al pasado, cuando juzgaron la misión en Irak?.

??Cuando se produce una guerra se reproducen la laceraciones del pueblo de la izquierda. Pero hoy todo cambia. Para algunos el apoyo a los rebeldes de Bengasi es necesario. En cambio, los Verdes alemanes critican a Merkel por no haber participado en la coalición. Para otro destacado exponente de izquierda, Cohn-Bendit, se arriesga repetir el error del 36 cuando la España democrática fue dejada sola. El ejemplo de los nuevos intervencionistas de la izquierda llega precisamente de España con Zapatero, el ex pacifista convertido a la guerra en Libia. Es ??plenamente legítima?? la participación española en la operación internacional militar en Libia. Lo ha dicho el presidente del gobierno español ante el Parlamento de Madrid. Fue precisamente él, en 2004, apenas elegido, quien ordenó la retirada de las tropas españolas de Irak?.

Cuando España anunció que participaría en la intervención, la prensa conservadora se lanzó de forma muy habilidosa y rápida contra Zapatero. No cuestionaban la intervención en sí, sino que trataban de saldar viejas vendettas de su admirado Aznar. Lo sorprendente es que la prensa italiana haya caido en ese enfoque.

Las inversiones del fondo soberano de Qatar son objeto de analisis en el financiero Il Sole24 Ore. El periódico italiano habla de la operación para adquirir participaciones en Iberdrola y de una inversión millonaria en Telefónica y consideran que prosigue la «cacería del Qatar en España».

 

Banderas de Qatar
(Foto: Flickr/touta83)

El texto es del corresponsal Michele Calcaterra y explica que «continúa la cacería del fondo soberano de Qatar en España. Tras haber adquirido la semana pasada el 6,16% de Iberdrola por más de 2.000 millones de euros (poniendo en dificultad a Florentino Pérez), ahora el fondo ha puesto los ojos en otra joya de la corona: Telefónica; fuentes financieras aseguran que la inversión podría alcanzar los mil millones de euros.

Entendámonos: no se trata de una operación hostil, sino de una entrada concordada con César Alierta. Recordemos que el fondo, a raíz de la reciente visita del presidente José Luis Zapatero a Qatar, se ha comprometido a invertir en España, a breve/medio plazo, algo así como 3.000 millones de euros, y cerca de 300 millones en la operación de recapitalización de las cajas de ahorros del país. En espera de conocer los detalles de esta ??campaña de adquisiciones??, no olvidemos que Qatar ha convencido al club del Barça a aceptar su patrocinio por 30 millones de euros anuales».

La intervención militar aliada contra el regimen de Gadafi ha provocado un fuerte debate en Internet. Una parte de la blogosfera defiende que la causa en Libia es justa y la guerra es un mal menor, mientras otros consideran que los derechos humanos y la democracia nunca vienen de la mano de una operación militar. En lo que sí hay bastante coincidencia es en rechazar las comparaciones con la invasión de Irak.

Un rebelde en Libia
(Foto: Flickr/Joel Silva SFP)

Jordi Perez Colomé en Obama World habla de las razones para intervenir:  «una es la preocupación por los civiles. No lo dudo. Hay más: Estados Unidos temía que dejar a un Gadafi enfadado en el poder podía ??llevarle al terrorismo? de nuevo. El ministro de Defensa libio, poco antes del voto, dijo que una intervención extranjera les llevaría a contratacar en la cuenca del Mediterráneo».

Isaac Rosa en su blog Trabajar cansa se pregunta «si la guerra es el último recurso, significa que antes se han agotado todas las vías. ¿De verdad se agotaron todas las vías? ¿Se han llegado a explorar siquiera? Más bien parece que desde el principio estaba claro que la única vía era la militar, y no se intentó nada».

Ignacio Escolar desgrana sus dudas sobre esta guerra: «¿Quién ocupará el lugar de Gadafi? ¿Será otro tirano ??amigo? al que después permitiremos los mismos atropellos que tantas veces Occidente ha respaldado? ¿Quiénes son esos líderes ??rebeldes? a los que Francia ya reconoce como Gobierno legítimo? ¿Por qué Libia y no Bahrein? Y mi principal pregunta: ¿cuál es la alternativa a no hacer nada?»

Lluis Bassets en De alfiler a Elefante considera que no hay guerras buenas, pero si guerras justas: «A veces no hay más remedio que elegir entre dos males… el mal mayor avanza gracias a su pasividad, su equidistancia o su cinismo. La guerra también es esto: la obligación de elegir, a la que nadie puede sustraerse». Y explica «que esta acción militar contra Gadafi sea justa puede ser objeto de discusión. Pero el único argumento que no sirve es parangonarla con la de Irak para convertirlas en justas o injustas a ambas.

Iñigo Saenz de Ugarte reflexiona en Guerra Eterna sobre si los aliados podrían tener como objetivo matar a Gadafi: «si la guerra se prolonga durante varias semanas, encontraremos opiniones más claras y rotundas a favor del asesinato de Gadafi. Los escrúpulos se irán reduciendo cada semana y la idea de que los ejércitos occidentales están atacando Libia para impedir las matanzas de civiles empezará a perder fuerza».

Hugo Martinez Abarca asegura en su blog compara Libia con Irak, pero el de 1991: «Quienes preguntan cuál es la alternativa a la guerra no harían mal en mirar cuál es la alternativa que están defendiendo: a qué condujo algo tan parecido… ninguna de las bombas que hemos arrojado sobre Irak desde 1991 hasta hoy ha acercado la libertad ni el bienestar a los kuwaitís ni a los irakís. Aquello era simple propaganda al servicio de intereses geoestratégicos».

Juan Carlos Escudier considera en su blog que «los países que bombardean Libia al amparo de la ONU se han empeñado en negar que el objetivo de sus ataques sea derrocar a Gadafi… parece obvio que la operación persigue acabar con al régimen, ya que lo contrario sería incomprensible militar y políticamente». Pero cree que si Gadafi se encastilla, la unica opción sería la intervención terrestrre.

Javier Mesonero en Moscas en la sopa asegura «sólo una certeza y es que los derechos humanos y la democracia nunca vienen de la mano de la imposición militar. Vean sino la democracia irakí, o la afgana, donde ya negociamos con los talibanes en otro ejercicio de desfachatez mundial. No les creo. Los que han estado jugando con fuego enfangándose en la mierda del lodazal de intereses con todos los tiranos de este planeta no pueden seguir al frente de nada.

Moeh Attitar en su blog Guerra y paz dice «hay quien quiere recuperar el llamado ??No a la guerra?? que nació de la guerra de Irak, si bien la situación, el contexto, la justificación y consenso internacional son bien distintos. El argumento más repetido es que por qué no se interviene en otras zonas donde se están atropellando al mismo nivel que en la Libia de Gadafi. Añaden que todo es cuestión de intereses, como si los intereses no tuvieran que contar«.

Ricardo Royo Villanova en A sueldo de Moscú defiende «soy partidario de la intervención en los asuntos internos de los países cuando se trata de evitar que se  imponga una dictadura al pueblo que resiste contra ella. Igual que lo correcto hubiera sido en nuestra guerra civil que las democracias occidentales salieran en defensa de la República española acosada por el fascismo… ahora soy partidario de que se evite, con el uso de la fuerza militar si es preciso, que Gadafi siga acosando a los rebeldes que luchan por su libertad».

Roger Senserrich en su blog Materias grises explica: «no sé hasta que punto sirve los intereses de la Unión Europea intervenir activamente. Detener la guerra creo que será relativamente fácil; veremos si queremos ir más allá, y si es factible hacerlo desde el aire al estilo de la (pre) invasión en Afganistán. Pero ir más allá? lo último que queremos es meternos en una guerra civil como policias de tráfico».

El blog Bocanegra asegura: «una guerra nunca debería ser la solución a un problema y siempre deberá ser la última opción, obviamente, pero los que se oponen a la intervención en Libia ¿qué solución planteaban o plantean? ¿Habría que haber dejado a Gadafi aplastar a sus opositores? ¿Cómo habría sido la represión de ese dictador tirano sobre los que se levantaron contra él? La comunidad internacional ya tomo esa decisión (mirar hacia otro lado) en 1936″.

Carrera popular

Difundir el espíritu emprendedor en un momento de recesión económica en que es importante alentar el emprendimiento en la ciudadanía. Ese es el objetivo de la 1ª Carrera Popular para emprendedores que se va a celebrar en Madrid el proximo 9 de abril.

La iniciativa se organiza con motivo de la celebración de la semana del emprendedor de Madrid Emprende y cuenta con la colaboración de AJE Madrid e Iniciador. La carrera se desarrollará por un circuito de 5km en el interior del Parque del Retiro.

La protesta contra la capilla en la Universidad Complutense de Madrid y la consiguiente polémica sobre la laicidad de los centros públicos ha llegado a la prensa extranjera. El diario conservador aleman Frankfurter Allgemeine Zeitung habla de «Striptease en la capilla de la universidad» y considera que fue un «vergonzoso montaje» y una «disputa de principios propio de una lucha de culturas».

 

Pintadas contra la capilla
(Foto: Flickr/bellmon1)

El texto que firma el corresponsal en Madrid Leo Wieland describe como «una brisa de Woodstock recorrió la Universidad Complutense de Madrid cuando unas estudiantes se quitaron la parte de arriba de su ropa en la capilla para dar un impulso a la separación de Iglesia y Estado. Este ambiente del 68 se disipó cuando unos días después el obispo César Franco celebró en el mismo lugar una misa expiatoria y denunció la ??blasfemia y profanación??. Entretanto, cuatro de los actores del ??happening?? del 10 de marzo han sido arrestados provisionalmente.

El Frankfurter Allgemeine Zeitung plantea que «ahora una de las preguntas es: ¿Multa o incluso cárcel? La otra es: ¿Siguen siendo las capillas en las universidades públicas en España algo acorde con la época que vivimos o deberían ser clausuradas en interés del laicismo aplicado?»

«Cinco meses antes del Día Mundial de la Juventud en Madrid, cita para la que el Papa Benedicto XVI ya ha anunciado su participación, el vergonzoso montaje se convierte en una disputa de principios propio de una lucha de culturas. Unos reconocen en la agresividad de los ??anticatólicos?? una nueva persecución de cristianos y se preguntan si también se habrían atrevido a hacer algo así en una mezquita. Otros critican la mera existencia de una capilla universitaria como resquicio de la época ??predemocrática??, puesto que el concordato entre España y el Vaticano, que data de la Transición posterior a la dictadura de Franco en 1978, fue firmado antes de redactarse la Constitución del reino».