La Sgae pide a sus artistas que se suiciden socialmente
¿Qué ha pasado? ¿Cuando he perdido el cariño de mi pueblo?, ¿Por qué ya no sé recuperarlo? Fue una reflexión que hizo la reina Isabel tras la muerte de Diana de Gales, según retrató Stephen Frears en la película «La Reina«. Había pasado demasiado tiempo en Palacio sin darse cuenta de la enorme transformación que están viviendo la opinión pública y sus mecanismos. Pero cuando quiso darse cuenta era tarde.
Esta semana Teddy Bautista se dirigió a los socios de la Sgae para enviarles lo que autocalificó como un «análisis objetivo y orientador» de la situación provocada tras la caida de la Ley Sinde. En la carta, Bautista establece paralelismos con la Revolución francesa y concluye invitando a los artistas a sumarse a su reivindicación:
«…Si has leído hasta aquí, es que entiendes el desafío y estás dispuesto a salir del cómodo anonimato o del silencio de los corderos. Piensa y plantea, comprométete con el resto de compañeros y compañeras, pide explicaciones serenas y respetuosas, pero firmes y argumentadas […] Escribe a políticos y medios de comunicación, manifiéstate en las redes sociales, comparte con amig@s y colegas esta frustación de sentirnos ciudadanos de segunda […] Hoy toca pensar; mañana, preguntar; pasado, ya veremos.»
Es una petición injusta por muchas razones. La primera, porque hay muchos creadores que están en contra de esa Ley, y no por la intencionalidad sobre protección de derechos de autor sino porque su redacción es tan ambigua y mala que deja toda una puerta abierta a la censura. Ese es el verdadero problema, salvo que la censura no importe a Bautista.
Pero hay otras injusticias contenidas en la nota del gestor musical: Es la Sgae la que tiene delegada la representación de sus músicos y por tanto la que debe recibir los envites de su defensa. Es como si un abogado te pidiera que salieras a dar la cara por él, porque representar tus presuntos intereses le provoca incomodidades.
La Sgae, como la industria, es culpable, además, por dejación de responsabilidades. Si hubieran puesto en marcha un servicio como Itunes a tiempo, a un precio asequible y decente y tecnológicamente sencillo de manejar, no tendría que haber sido Steve Jobs quien inventase Itunes y se forrara con ello. Pero han estado mareando la perdiz, viviendo en la ceguera más absoluta, persiguiendo gigantes donde ni siquiera había molinos.
Los músicos, además, deben ser cautelosos. Como dije ayer, Ángeles González-Sinde ha conseguido que el rechazo de los ciudadanos hacia la conducta de la Sgae se extienda a todo el sector cultural de este país. Un rechazo injusto, sin duda, pero con claros responsables tanto dentro del gobierno como del sector de la «industria cultural».
Por otra parte, como pudo comprobar Ramoncín, pedirle a un artista que se parta la cara ante la sociedad por un paradigma que está en profunda transformación, además de injusto, es empíricamente un suicidio social.
Sea como fuere, se están equivocando quienes defienden la Ley Sinde. Hay fórmulas muy eficaces hoy para vivir de la música gracias a las nuevas tecnologías y nunca hubo un mercado tan grande, tan global y tan accesible como el que ha provocado Internet. La piratería que persiguen hoy, con esa Ley pseudodemocrática, está dejando de existir tal y como la conocemos. Además, tratar de perseguir hoy la conducta de los «Internautas pre-Itunes» es absurdo e ineficiente y sin embargo, de ser aprobada, ahí quedará la Ley para que pueda ser utilizada con cualquier otro objetivo menos el que decía ansiar.
Yo tengo mucho respeto a la actividad cultural. Me gusta emocionarme con la música y leer un buen libro, como al 99% de los internautas. Tengo por tanto un profundo respeto a los artístas, pintores, músicos, cineastas y autores de todo pelaje, incluido el mio. Pero cometerían un error muy grande al despreciar a su público pensando que sus reivindicaciones son propias de analfabetos.
Alejandro Sanz se dirigía a los políticos desde EL PAIS y decía: «Espero que recapaciten y sean parte de la solución. Todavía estamos a tiempo. Si no prepárense para ser rehenes de los Señores de la Red para el resto de sus vidas»
Alejandro Sanz me parece un buen tipo pero lo que denomina como «Señores de la red», otros lo conocemos como ciudadanía. Una ciudadanía que exige que para defender unas libertades, no queden aplastadas otras.
Es importante darse cuenta de estas cosas, antes de que sea tarde.