Un estudio elaborado por Richard Sambrook, un ex periodista y directivo de la BBC, analiza qué deben hacer los corresponsales en países extranjeros para reforzar su función y que su papel siga teniendo sentido en el cambiante entorno de la información internacional de hoy en día. El texto en ingles «Are foreign correspondents redundant?» está en el Instituto Reuters de Estudios sobre Periodismo de la Universidad de Oxford. El pasado mes de septiembre otro ensayo, esta vez de la Universidad de Harvard, reflexionaba sobre el mismo tema.

Una corresponsal
(Foto: Flickr/Zaragoza usobiaga)

Ante la pregunta de si son redundantes o sobran los corresponsales, la tesis de Sambrook es que no solo no sobran, sino que son más necesarios que nunca aunque ni buena parte de la audiencia, ni muchos directivos de medios sepan verlo. Pero cree que es imprescindible darle un nuevo enfoque a su papel para conservar lo que tenía de valioso la labor del corresponsal del siglo XX y aprovechar las nuevas oportunidades.

En el estudio se analizan los cambios económicos que han sufrido los medios de comunicación en los últimos veinte años, el impacto de las nuevas tecnologías digitales (más facilidad para producir noticias, inmediatez y canales 24 horas, medios que publican por internet, etc.) y los efectos de la globalización (audiencias más diversas, nuevas ??voces? en forma de blogs o ??free lancers?, el impacto de las redes sociales, etc.).

El primer resultado es que las noticias desde el extranjero suscitan menor interés que las nacionales y han dejado de ser lo suficientemente rentables como para cubrir sus propios costes. Sambrook cree que esta tendencia no va a revertirse. Sin embargo, seguirán siendo una parte integral de cualquier oferta informativa seria y generarán una credibilidad distintiva.

Y en un mundo tan interconectado como el de hoy, las noticias del extranjero cada vez resultan ser más cruciales para comprender el contexto de las noticias locales. De hecho ahí está el «nicho» para los corresponsales, hacer de puente entre los hogares domésticos y el país extranjero: ??alguien que conoce a las audiencias locales y les puede explicar una noticia en sus propios términos?.

Richard Sambrook formó parte de la BBC durante 30 años y hasta hace poco dirigió el servicio mundial de noticias de la BBC, responsable de la información internacional del ente en radio, televisión y nuevos medios. Ha estado involucrado en proyectos de China a Oriente Medio, Europa, Rusia y Estados Unidos. Y fue el encargado de lanzar el canal de TV de la BBC en árabe o persa. Actualmente es Director de Contenidos para Edelman PR. Tiene blog, Sacred Facts, y una cuenta en Twitter.

Otros destacados periodistas como Timothy Garston Ash o el corresponsal en EEUU de Antena 3, Jose Abad han comentado las conclusiones del estudio en la red y definido el papel que ellos creen que jugarán estos reporteros en el futuro.

El Instituto Nacional de Estadística ha elaborado un estudio sobre empleo de personas con discapacidad en España con datos de 2008. Y establecen que la tasa de paro en este colectivo en aquel año -cuando empezó la crisis económica- alcanzaba el 16,3%, mientras que entonces en la población general, el indice era del 11,3%, es decir cinco puntos de diferencia.

Una silla de ruedas
(Foto: Flickr/Papel continuo)

La estadística sobre empleo de las personas con discapacidad (EPD 2008) se ha elaborado a partir de la Encuesta de Población Activa (EPA) del INE y de la Base Estatal de Personas con Discapacidad (BEPD) del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso). Y establece que en 2008, 873.000 personas, de edades comprendidas entre los 16 y los 64 años tenían certificado de discapacidad. Esta cifra supone el 2,8% de la población en edad laboral.

Dentro de ese colectivo, los datos reflejan que el 65% se encontraba inactivo desde el punto de vista laboral -entre la población general, ese grupo apenas supera el 25%-. Esto refleja que las personas con alguna discapacidad tienen una menor participación en el mercado laboral, con una tasa de actividad del 33,5% frente al 74,9% de la población sin discapacidad.

En cuanto a la tasa de paro por género, la de las mujeres era del 19,4%, superior al 14,6% de la de los varones, igual que ocurría para la población sin discapacidad (13,0% frente a 10,1%). Y entre quienes sí tenían empleo, también había serias diferencias en función del sexo. La tasa de empleo masculina (porcentaje de hombres de 16 a 64 años con certificado de discapacidad que trabajan) era del 32,8%, superior en 10,8 puntos a la de mujeres.

Según el tipo de actividad, las discapacidades asociadas a deficiencias auditivas y visuales eran las que presentan mayores tasas de actividad (56,9% y 45,3%, respectivamente). Por su parte, las asociadas a deficiencias mentales e intelectuales presentaban las menores (19,9% y 26,9%, respectivamente).

La red ha vuelto a levantarse en contra de la votación para aprobar la Disposición final de la Ley de Economía Sostenible -apodada Ley Sinde en Internet- que incluye herramientas para cerrar páginas web. Ha habido huelga de webs, plantes e incluso la convocatoria de un ataque contra los sitio de los partidos políticos. Y la blogosfera de manera unánime se manifiesta en contra. Enrique Dans explica en radiocable.com que la norma crea un precedente para que se pueda cerrar cualquier web, no sólo las de descargas, y habla de «liberticidio».

Enrique Dans

Para Enrique Dans esta ley crea un «precedente de cómo se puede legislar completamente al margen de los intereses de la ciudadanía». Y denuncia que se ha promulgado por «presiones de una industria y de una ministra que pertenece a esa misma industria» una norma que quita a los jueces las competencias sobre los temas relativos a Internet y crea una «justicia paralela a la medida de las entidades de gestión y es una barbaridad.»

Habla de «precedente espantoso contra la esencia misma de la democracia y la separación de poderes» y asegura que es «exactamente lo mismo que tienen en China o Iran parapoder cerrar webs». El profesor y blogger también comenta que la Ley Sinde crea herramientas que permiten cerrar cualquier web, «la mía por ejemplo.»

En la red otros muchos bloggers detallan y explican los motivos por los que esta ley provoca un rechazo unánime en Internet:

Antonio Delgado vaticina desde su blog que la ley Sinde «no funcionará. Lo siguiente será presionar para empezar a cortar la conexión a Internet como en Francia y todas aquellas medidas que al lobby del copyright se le ocurra. Todo en lugar de abrir de una vez por todas un debate serio con una profunda reforma para la modernización de la propiedad intelectual en España.»

David Ballota en Nación red habla de una norma contra Internet, la soberanía nacional, la democracia y la libertad. Los políticos españoles «confirman que en cuestiones de Propiedad Intelectual e Internet sus intereses son los de la vieja industria (antes de Google) que conspira y lanza campañas contra las empresas españolas del software libre.»

Rafael García Almazan define en su blog Kabila la ley como un liberticidio declarado: «El objetivo es fácil, conseguir adocenar Internet y hacer de la Red una especie de televisión más, donde el poder pueda intervenir para evitar y acallar las críticas que le puedan proferir. Una forma de amaestrar este medio, hoy todavía libre.»

Ion Antolin defiende en Blog y medio que «no puede construirse una ley basándose en la penalización de los enlaces. Son la base de la Red. Alrededor del hipervínculo se construye Internet, y su criminalización podría llevar a escenarios tan surrealistas como denuncias contra Google u otros buscadores» pero cree que hay que buscar «un punto común, donde el conocimiento ??dudo que la película  lo sea?? fluya por la Red una vez que sus legítimos dueños hayan decidido compartirlo.»

Juan Varela en Periodistas 21 sostiene que «los cambios en el consumo y la tecnología no cambian con leyes punitivas» Y considera que «la persecución contra quienes se lucran con contenidos de otros sería más inteligible si Cultura luchara por extender el dominio público, por ganar acceso y uso para todos a las obras financiadas con dinero público…»

Cesar Jodra considera que más alla de descargar películas, de culpabilidad de webs que ofrecen enlaces o de presiones del gobierno estadounidense «lo que se cuestiona es que se quita a los jueces la autoridad y competencia sobre ello, y le les cede a un grupo de gente motivado fundamentalmente por presiones políticas y cuestiones económicas. Intolerable.»

Jose María Mateos en Las penas del Agente Smith critica que los diputados puedan aprobar la ley «a pesar de saber (antes se podía sospechar, ahora se sabe) que la conocida como Ley Sinde es, con una altísima probabilidad, legislación importada de Estados Unidos

Desde el blog La ramera escarlata explican que «la Ley Sinde es una grave vulneración de los derechos de los ciudadanos en Internet» pero no estan de acuerdo con algunas protestas: «Parece como si por lo que se lucha no sea por nuestros derechos civiles, como la libertad de expresión o de opinión, sino por un supuesto sagrado derecho a ver gratis series de televisión y películas.»

Peter Welfare president de The Printing Ink Company explica en este video todos los pasos que se siguen en el proceso de crear las distintas tintas de colores que se usan para imprimir. Y lo hace revelando hasta qué punto un proceso que parece industrial esconde en realidad un toque personalizado, casi artesanal y una gran plasticidad.

Imagen de previsualización de YouTube

El mini-documental muestra en 9 minutos y con música de Beethoven como se genera la tinta en una fábrica canadiense.Y Welfare explica que cada compañía tiene normalmente una única persona que se encarga de «definir» el toque personal de su tinta y existe una «filosofía sobre qué tipo de tinta se quiere hacer.»

En cuanto a la parte técnica se ve cómo todos los colores se hacen mezclando solo los 4 pigmentos básicos en polvo: cian, magenta, amarillo y negro. Estos se combinan con un fluido viscoso en una mezcladora que hace una especie de batido con ambos productos y genera un denso líquido de color.

Luego separan las partículas de pigmento pegadas con una especie de molino con un bolitas de acero que le dan una textura áspera, y luego con otro molino de 3 rodillos que ya genera un producto de mayor calidad y brillo. Una vez fabricada la tinta se se realizan varios tests para ver la calidad de la textura, la fuerza del color y si la tinta es «pegajosa». (Fuente: Huffington Post)

La apertura de la línea Madrid-Valencia del AVE ha sido recogida por numerosos medios de comunicación extranjeros. En Francia, se subraya que con este tramo, España les ha «destronado» como número 1 europeo en el sector de los trenes rápidos. Otras cabeceras de Reino Unido, EEUU o Alemania también destacan este logro tecnológico español.

Un AVE
(Foto: Flickr/The Reeler)

La Tribune desaca que España se convierte en el nº1 europeo de la alta velocidad ferroviaria: «Con la apertura al público de la linea Madrid-Valencia, la red ferroviaria de alta velocidad española supera los 2.000 kilómetros. A partir de este fin de semana, Francia ya no será el país rey de los trenes de alta velocidad. Es destronado por España, que en menos de 20 años ha construído la mayor red de alta velocidad del continente.» Señalan también que hay más proyectos ya que «pese a sus dificultades económicas, España no está cerca de perder su trono.»

Le Telegramme se hace eco de que España «destrona a Francia por el número de líneas de alta velocidad y se convierte asi en campeón europeo en este sector. El nuevo tramo une en 90 minutos (en vez de 4 horas) la capital con Valencia y aumenta la red española a un total de 2.056 kilometros en servicio frente a los 1.896 de Francia. Si se añaden las líneas en construcción o programadas, el país es ya virtualmente el número dos mundial con 5.525km.»

Le Point recoge que el programa español de trenes de alta velocidad es «objeto de críticas de algunos economistas que subrayan sus elevados costes para una población modesta (47 millones de habitantes) en comparación con China, Japón, Francia o Alemania, otros países que son líderes en la alta velocidad. Pero el gobierno destaca el impacto en términos de empleo (segun un estudio de Accenture, la línea Madrid-Valencia creará 136.000 empleos directos e indirectos) y la reducción de emisiones de CO2.»

El Handelsblatt habla de que «España ha ampliado su red de alta velocidad de forma espectacular. Su sistema de ferrocarril tiene desde el domingo una nueva ruta express entre Madrid y Valencia. Al mismo tiempo, está prevista una sección entre Barcelona y París, uniendo asi la red española y francesa. Con las nuevas rutas, España amplia su red de alta velocidad a un total de 2200 km y continua a la vanguardia en Europa»

The Independent explica que los trenes españoles han adelantado al resto de Europa. «La linea Madrid-Valencia empuja a la red de trenes de alta velocidad española hasta sobrepasar la de rivales como Francia o Japón en término de longitud de vías. La apertura de esta nueva línea le da a España una de las mayores redes del mundo, solo superada por China y su sistema CRH de Gargantuan. Con Madrid conectada con 23 ciudades españoles usando los 2.056 kilómetros de vías, adelanta los 1,896 km usados por el sistema TGV frances.»

Bloomberg comenta que «el secretario de Transporte de EEUU, Ray LaHood, visitó España en mayo de 2009 para evaluar su red ferroviaria rápida de cara a su posible uso en los Estados Unidos. El sistema español de alta velocidad del tren comenzó a funcionar en 1992 entre Madrid y Sevilla en el suroeste. Para el año 2015 España aspira a tener 5.500 kilometros (3.418 millas) de vías de alta velocidad que unirán el país desde el noroeste de La Coruña hasta el sureste de Murcia y desde Sevilla hasta el noreste de Bilbao y San Sebastián.»

[Más noticias sobre España en la prensa extranjera en la sección Nos Miran]

 

 

Srs. Pedro María Azpiazu Uriarte, María Nuria Buenaventura Puig, Mª Montserrat Colldeforns i Sol, Marta Gastón Menal, Cristóbal Montoro Romero, Ana María Oramas González-Moro, Josep Sánchez i Llibre, Baudilio Tomé Muguruza,

 

Estimados diputados.

Me dirijo a ustedes desde el máximo respeto que me produce el Parlamento y su actividad.

Me gustaría pedir con humildad que reconsideren su apoyo a la Disposición final de la Ley de Economía Sostenible conocida como Ley Sinde.

No dudo de que el objetivo inicial del Parlamento o incluso el del Ministerio de Cultura sea defender la propiedad intelectual  ante la enorme transformación que está sufriendo por la tecnología. Ni siquiera entraré a valorar si esto es posible o incluso deseable.

El problema es que están ustedes a punto de aprobar una Ley que, lejos de alcanzar ese objetivo, dejará una peligrosísima puerta abierta contra la libertad de expresión y a favor de la censura.

Tal y como está redactada, cualquier página web, o blog que contenga un vídeo de youtube, (o un fragmento de texto o la foto de un periódico) entraría dentro del supuesto de ilegalidad que persigue la ley -cuando tenga publicidad, por pequeña que sea-.  Imaginen lo que eso supondrá para la red Internet tal y como la conocemos y la sensación de inseguridad jurídica que creará a miles de webs y de blogs.

Imagino que probablemente a estas horas su decisión ya ha sido tomada y sin embargo, me gustaría pedirles encarecidamente que reconsideren su postura.

Sus nombres quedarán ligados en la red, para siempre, a esta votación. Pero no sólo Internet sigue el asunto con atención. Serán todos los usuarios, los ciudadanos, quienes algún día podrán beneficiarse o no de su decisión.

Internet es una revolución indiscutible; la mayor biblioteca de Alejandría de la historia.
Es la primera vez que un alto ejecutivo de Wall Street accede a la misma información, al mismo volumen y al mismo precio que un ciudadano de Bangladesh que se conecta desde un cibercafé. Protejan ese principio.

No permitan que España se convierta en una avanzadilla contra la justicia y la libertad. No permitan que la Disposición salga adelante.

Un saludo

Fernando Berlín

 

Azpiazu Uriarte, Pedro María (GV (EAJ-PNV)) ?? pedro.azpiazu@diputado.congreso.es
Buenaventura Puig, María Nuria (GER-IU-ICV) ?? prensa.icv@gpiv.congreso.es
Colldeforns i Sol, Mª Montserrat (GS) ?? mcolldeforns@diputada.congreso.es
Gastón Menal, Marta (GS) ?? marta.gaston@diputada.congreso.es
Montoro Romero, Cristóbal Ricardo (GP) ?? cristobal.montoro@diputado.congreso.es
Oramas González-Moro, Ana María (GMx) – ana.oramas@diputada.congreso.es
Sánchez i Llibre, Josep (GC-CiU) ?? jsanchez@unio.cat
Tomé Muguruza, Baudilio (GP) ?? baudilio.tome@diputado.congreso.es

En efecto, seamos justos:

«Mutilar el ingenio creativo del director es un error común en las producciones norteamericanas, y la Ley Sinde no fue una excepción. Su estreno fue desastroso, y a ello contribuyó la filtración en Internet de copias de mala calidad, lo que obligó en reiteradas ocasiones a reescribir el montaje. La impostada sobreactuación de sus protagonistas -muy especialmente los histriónicos Tourné, Farré y Guisasola- acabó convirtiendo el film en la peor coproducción legislativa de la historia.

La Ley Sinde fue una imposición extranjera, una obra de encargo, y como consecuencia de ello, una producción mediocre….» [Sigue leyendo a Carlos Sánchez Almeida] [visto en «No al cierre de webs»]

Richard Cohen

Columnista en la página editorial del Washington Post desde 1984.

 

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Richard Cohen -Washington. Uno de los aspectos más preocupantes del hostigamiento de China a Liu Xiaobo, el disidente encarcelado y premio Nobel de la Paz de este año, es que la administración ni siquiera se molestó en incriminarle. Es el método estándar utilizado por los regímenes totalitarios para justificar lo injustificable, pero China no siente ninguna necesidad de aplacar a Occidente ni de mofarse al menos de su sistema judicial, así que impuso rápidamente el arresto domiciliario a su esposa, denigró al Comité noruego del Nobel y censuró cualquier crítica a sus propias acciones – una muestra de petulancia feroz que recuerda a la Rusia estalinista y la Alemania Nazi o, en los cuentos de hadas, al frustrado Enano Saltarín dando pisotones.

El pataleo de China bastó para intimidar a los 16 países restantes que boicotearon la ceremonia de entrega del Nobel la pasada semana, algunos de ellos porque la persecución del disidente es artesanía nacional (Venezuela, Rusia, Cuba) y otros simplemente porque China es un valioso socio comercial (Sri Lanka). En cualquier caso, hasta países como Rusia habrían pasado por el engorro de procesar al disidente – como hizo con el notablemente valiente Mijail Jodorkovsky – ya que pretenden parecer una democracia. Esta patética tentativa de justicia fingida es la huella de un régimen inseguro y a menudo se salpica de confesiones obtenidas bajo coacción y denuncias de antiguos socios y, en los días de gloria de Stalin, cónyuges.

China no tiene tales remordimientos. Se está volviendo a asignar el papel de Zhongguó moderno, no tanto en cuanto a era como a mentalidad — la convicción etnocéntrica de que ocupa el centro del mundo y está rodeada de bárbaros. Los bárbaros incluyen en este caso a Estados Unidos, un país moroso con un sistema educativo decrépito, y también Japón y Corea del Sur. China ha dispensado a estas dos naciones un desprecio indisimulado. John Pomfret describía hace poco en el Washington Post cómo el encargado diplomático de China, el jefe del órgano ejecutivo del Partido Dai Bingguo, voló hasta Corea del Sur sin invitación ni aviso, exigió aterrizar en unas instalaciones reservadas normalmente a los jefes de estado e insistió en ver al presidente de inmediato. En su favor, el Presidente Lee Myung-bak hizo esperar a Dai un día.

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Los chinos, supongo, tienen derecho a cierto grado de arrogancia. Quién los ha visto y quién los ve. Durante muchos años, China fue obsequiosa con Occidente, saqueándola varios países por motivos comerciales o sus recursos y hasta alentando allí el consumo de opio. Ahora China es la segunda mayor economía del mundo y, con 1.300 millones de habitantes, va camino del primer puesto. Es un importante acreedor estadounidense, un apreciado socio comercial aunque no del todo justo y ahora una importante potencia militar. Su anterior actitud de modestia en cuestiones internacionales ha sido descartada. China se ha convertido en una especie de matón.

El nacionalismo pujante es inherentemente inestable, y Estados Unidos debe proceder tan cauta como firmemente al tratar con China. La beligerancia de Pekín ha dado lugar tanto a los albores de una coalición anti-China en el Lejano Oriente como a cierta dosis de diplomacia de represalia por parte de Estados Unidos. Con su sentido de superioridad, China ha ido demasiado lejos. En cuanto a Estados Unidos, no ha ido lo bastante lejos.

Por supuesto, China simplemente es demasiado grande y poderosa como para ser intimidada. Todo en ella es masivo. Alberga casi 3 billones de dólares en reservas de divisa extranjera y es el principal cliente petrolero de Arabia Saudí, no Estados Unidos. No obstante, Washington tiene que cuestionar la insistencia de China en que lo que hace en su propio país es únicamente asunto suyo. Su brutal trato a los disidentes es espantoso — no más autóctonamente chino que inherentemente ruso el brutal apaleamiento de periodistas. Estados Unidos no tiene que respetar a China. No necesita respetar sus represores métodos.

Por extraño que parezca, la tenaz Mía Farrow mostró el camino. Con vistas a las Olimpiadas de Pekín, hizo campaña contra la protectora relación de China con el brutal régimen de Sudán — las «Olimpiadas del Genocidio» las llamó. China presionó a Sudán para que al menos moderara su comportamiento, sugiriendo que aunque sea por un poco, tales tácticas pueden ser eficaces. La reprobación moral de hoy es la represalia de ayer.

El Congreso, que en tiempos seguía de cerca la trayectoria de China en derechos humanos, se ha obsesionado tanto últimamente con la importancia económica de China que ya no dice gran cosa de la forma en que Pekín trata tanto a los disidentes políticos como a los religiosos. Pero China no puede ser el imperio renaciente, imponiendo sus normas en todos los terrenos desde reclamar de forma unilateral un trozo de océano hasta encarcelar a los activistas políticos más asertivos. El dinero de China compra muchas cosas, pero — por el bien de sus propios disidentes y de nuestro orgullo nacional — no puede comprar el silencio de América.

Richard Cohen
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Resulta que en una maniobra de dudosa legitimidad democrática, Hugo Chávez consiguió ayer «plenos poderes para gobernar por decreto durante los próximos 18 meses». Y resulta que al Euronarcisista (*) -especialmente al español- le parece un escándalo.

No es un ejercicio, como digo, democráticamente muy defendible y sin embargo, llama poderosamente la atención el escándalo que ha provocado en la conservadora Europa. Sería aceptable si no fuera porque no hace ni una semana que Europa perdió legitimidad para dar lecciones. La perdió el día en que Berlusconi fue denunciado por comprar a tres diputados que fueron recibidos como héroes, con gran ovación, -las libertades siempre se recortan con un gran aplauso- para garantizarse la posibilidad de seguir gobernando. ¿Cuantas protestas desde instancias políticas hemos escuchado?

Así que, en mi opinión, se pueden aceptar las críticas, claro, pero a sabiendas, de que :

1) No es necesariamente más confiable la oposición venezolana

2) No somos nadie para andar lanzando juicios paternalistas sobre terceros

Hace unas semanas, Milagros Pérez de Oliva, la defensora del lector en EL PAIS, publicó uno de los artículos más interesantes, transparentes y críticos para con el diario. Y es digno de elogio. Destacaba, alertada por un lector, el doble rasero con el que a veces tratamos la información que llega desde Venezuela:

«Un lector de Granada, Federico M. Maldonado Bolívar, me escribe para quejarse por el muy diferente trato que reciben dos noticias […] La primera se titulaba Venezuela confiscará el 5% de los beneficios de la banca […] La segunda […] se titula Merkel eleva la carga fiscal para cubrir el déficit de la Sanidad […] El lector de Granada pregunta por qué en un caso se habla de «tasa» y en el otro de «confiscación»

El Pais daba la razón al lector. Pues eso.

(*)  El término Euronarcisista ha sido acertadamente acuñado por Carlos Carnicero.

E. Robinson

Premio Pulitzer 2009, Catedrático Neiman de Periodismo en Harvard y Editor de la sección Exterior del Washington Post.

 

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Eugene Robinson-Washington. Hay que aprobar el pésimo acuerdo.

Me duele escribir estas palabras, porque el acuerdo que alcanzó el Presidente Obama con los Republicanos en materia fiscal es verdaderamente horrible. Sé que hay progresistas que han terminado considerando el paquete «un segundo estímulo» inteligentemente disfrazado, pero simplemente están racionalizando. El hecho es que nadie partiría de cero y diseñaría un empujón económico que ofrezca tan poco empujón por tanta pasta.

A cambio de un coste a dos años de casi 1 billón de dólares, obtenemos poco más de 300.000 millones en nuevas medidas que son verdaderamente estimulantes: un recorte de las retenciones en la nómina, una disposición que permite a las empresas desgravar inversiones, y una ampliación de la prestación por desempleo. El resto lo gastaremos — yo diría que nos endeudaremos por el importe del resto, y luego lo gastaremos — en prolongar las medidas fiscales vigentes que obviamente no están pisando el acelerador de la creación de empleo.

El acuerdo básicamente no invierte nada en el futuro de la nación. Tenemos que canalizar dinero a la educación y las energías renovables, donde pueda ayudar a Estados Unidos a seguir siendo competitivo frente a China y el resto de rivales económicos — no en las rebosantes cuentas bancarias de los ricos.

Pero a los legisladores Demócratas no les queda otra elección que taparse la nariz, tramitar el asunto y luchar por su vida otra jornada más. La oportunidad de modelar un acuerdo mejor — sin esas deducciones innecesarias, injustas y supinamente irritantes a los hogares que ingresan más de 250.000 dólares al año — ha pasado.

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Como cuestión práctica, no veo que los Demócratas vayan a poder pensar de forma plausible que tienen la influencia para obtener concesiones antes del final del año. Los Republicanos pueden esperar simplemente a que se marchen, sabiendo que los Demócratas van a estar en una posición mucho más débil cuando el nuevo Congreso inicie el curso en enero.

Los Demócratas tienen a la opinión pública de su parte — o la tenían, por lo menos. Los sondeos muestran que la mayoría sustancial de estadounidenses contrarios a la ampliación de las deducciones fiscales Bush a los ricos era mucho más significativa antes de anunciarse el acuerdo. Ahora las tornas han cambiado, y no para bien.

Examinando el acuerdo, nunca se imaginará que la administración federal estaba en déficit. Antes de sellarse el acuerdo, los Demócratas decían que era inconsciente prolongar una enorme deducción fiscal a los ricos en un momento en que la nación está tan fuertemente endeudada. Los Republicanos argumentaban que era irresponsable seguir ampliando la prestación por desempleo sin pagar recortando de otra parte. ¿La solución? Hacer las dos cosas. Supongo que esto hace que el paquete inconcebible y desmesurado, pero no importa. Ah, y también vamos a ampliar las deducciones a la clase media.

Es como si bajo el árbol de Navidad hubieran dejado un regalo brillante, caro y bellamente envuelto. El interrogante político es si alguien se va a atrever a quitarlo.

Hace seis meses, los Demócratas podrían haberse negado al compromiso — y haber forzado al Partido Republicano a jugar la baza de los «recortes fiscales de los millonarios» antes de unas elecciones. Obama y los líderes legislativos podrían haber alcanzado un acuerdo mejor y tal vez – ¿quién sabe? – hasta haber salvado algunos escaños.

Pero tanto como simpatizo con los progresistas dispuestos a ir a las barricadas, seamos realistas. Tumbar el acuerdo a estas alturas significaría una subida tributaria a la clase media, ninguna ampliación de la prestación por desempleo y ninguna reducción en las retenciones de la nómina. Los votantes pensarían desde luego que les han robado — y los Demócratas, puede que injustamente, acarrearían la culpa.

Como ya he dicho, esto es doloroso. Los legisladores Demócratas están comprensiblemente furiosos al recibir lecciones de forma tan severa de un presidente para el que poner fin a las deducciones de los ricos era tan importante que no se negoció — hasta que no hubo más remedio.

Es una historia triste, para el país y especialmente para el Partido Demócrata. Estoy seguro de que la Casa Blanca sigue subestimando la indignación y el desencanto entre el electorado del partido — y la necesidad de alguna victoria, o por lo menos alguna batalla pírrica, que eleve la moral de los creyentes. Obama tiene que dominar su recién descubierta pasión e indignación orientándolas hacia sus rivales en el Partido Republicano, no contra sus amigos y partidarios a los que su portavoz bautizó con desprecio en una ocasión «la izquierda profesional».

Las victorias pírricas no van a mejorar las cosas, no obstante. Y eso es lo que sería claramente tumbar el acuerdo fiscal.

Eugene Robinson
Premio Pulitzer 2009 al comentario político.
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