El corresponsal en España de la revista Newsweek explica en radiocable.com que las revelaciones que se desprenden de los documentos secretos diplomáticos filtrados no van a perjudicar la relación bilateral entre EEUU y España «que seguirá igual». Aunque Mike Elkin sí cree que van a provocar más problemas internos para España, ya que considera «lógico» que su gobierno trate de presionar en favor de sus intereses, lo «llamativo es la reaccion de los oficiales españoles a estas presiones.»

Mike Elkin

Para Mike Elkin el contenido de la filtración hecha por Wikileaks es «embarazoso» para EEUU pero «no es la primera filtración, ni será la ultima» y cree que de momento lo revelado es «molesto» para su gobierno, pero no hay «secretos de alto nivel».

En cuanto a lo que afecta a España, considera «lógicas» las presiones de su gobierno que defendían sus intereses: «si están en contra de algunas investigaciones es lógico que a través de algunos encuentros con oficiales digan que están en contra y traten de presionar para llegar a sus fines… lo llamativo es ver la reacción de los oficiales españoles a estas presiones.»

El corresponsal contextualiza en cualquier caso que lo divulgado es «lo que han sacado los diplomáticos americanos de sus encuentros… también sería importante tener el otro punto de vista, que no lo vamos a tener». Pero considera que el escándalo no va a afectar a las relaciones bilaterales: «Para el gobierno americano toda va a seguir igual, no van a cambiar su postura por estas filtraciones». Y por el lado español. piensa que los cables van a tener «algun tipo de repercusión negativa para el gobierno de Zapatero», pero provocaran «más problemas con los españoles que con el gobierno americano.»

Las revelaciones de los documentos filtrados por Wikileaks que afectan a España están siendo recogidas por varios medios internacionales. En concreto diarios de Reino Unido, Francia, EEUU y Argentina se hacen eco de las «fuertes presiones» de diplomáticos estadounidenses a gobierno y jueces españoles para archivar causas judiciales que afectaban a EEUU y otros temas.

The Guardian
(Foto: Flickr/mac steve)

The Guardian explica que los telegramas filtrados muestran que «las autoridades norteamericanas trataron de influir sobre fiscales y funcionarios gubernamentales españoles para evitar las investigaciones judiciales» y que instituciones españolas compartieron información. El artículo de Giles Tremlett subraya que «las revelaciones serán embarazosas para los fiscales españoles que compartían información sobre casos en los que estaban involucrados y en los que los americanos querían que sus identidades fueran protegidas, entre ellos el Fiscal General, Candido Conde-Pumpido, el fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza y Vicente González Mota, responsable del asunto de los vuelos de la CIA.»

Le Point refleja que los cables secreto que Wikileaks ha desvelado muestran que «los servicios diplomaticos americanos han ejercido fuertes presiones sobre el gobierno españols y las autoridades judiciales de este país para lograr el archivo de tres investigaciones que ponían en cuestion a los Estados Unidos o a soldados americanos».

Monster & Critics destaca que el embajador «Eduardo Aguirre, supervisó personalmente muchos de los intentos de influir en el gobierno español y el poder judicial. Los casos fueron llevados ante la Corte Nacional de España, que es conocido por sus investigaciones sobre derechos humanos.»

Fox News recoge que los documentos filtrados hablaban de una posible oferta de dinero por parte de EEUU para acoger presos de Guatánamo, pero asegura que el Gobierno español niega ese extremo. También recogen las declaraciones del Minsitro de Justicia español que asegura que está «al tanto de ninguna presion de oficiales de EEUU sobre las dos investigaciones en cuestion, la de Guantanamo y la de Couso.»

Clarín recoge que «hubo inquietud de España por la corrupción en Argentina?. El artículo de Leonardo Mindez explica que el secretario de la Presidencia español Bernardino León se «la transmitió a al entonces subsecretario para América latina del Departamento de Estado, Thomas Shannon. En ese cable  se informa que León calificó la situación en Argentina como ??muy preocupante? ya que ??las empresas españolas están inquietas por el tono populista de su Gobierno y el nivel de corrupción?.»

El 11 de abril de 1954. Fue un día casi sin noticias -al menos ninguna de gran relevancia- y puede considerarse como el más «aburrido» del siglo  según un programa informático desarrollado en la Universidad de Cambridge.

Aburrido
(Foto: Flickr/Jope1978)

True Knowledge es un softawer desarrollado por William Tunstall-Pedoe en Cambridge que ha analizado 300 millones de datos y ha considerado que el domingo 11 de abril de 1954 no ninguna noticia realmente importante, ni tampoco un solo nacimiento o muerte destacado. Tan solo se mencionan una elecciones generales en Bélgica y el nacimiento de un academico turco,Abdullah Atalar y la muerte del futbolista Jack Shufflebotham. Temas menores que justifican elegirlo «objetivamente» como el más aburrido.

El Daily Mail ha rescatado su portada del día 12 para «comprobar» la afirmación en sus titulares. Lo irónico como como resalta el propio Tunstall-Pedoe es que «habiendo hecho el cálculo, el día es interesante por ser excepcionalmente aburrido».

Sin embargo, hay que resaltar que no todos están de acuerdo con esta elección. La BBC consideraba hasta ahora que el título de día más aburrido del siglo 20 corresponde al 18 de abril de 1930. Se basaba en los comentarios aparecidos en sus emisoras de radio, especialmente el de un locutor que en el boletín de las 06.30 horas aseguró: «No hay noticias».

Primera consideración. Desde luego Obama debe estar fuera de sí por las revelaciones de Wikileaks. El hombre que había prometido reconstituir las relaciones de EE.UU con el mundo y que creía que podría cambiar la percepción que el planeta tenía de su país ha recibido todo un gol en propia meta.

Segunda consideración. Reconozco que la filtración me tiene fascinado: tanto por su procedencia y sus consecuencias, como por su dimensión global. El propio personaje, de enigmático pasado, de Julián Assange es de lo más cinematográfico y podría desaparecer un día, tan rápido como apareció. Por eso yo de Wikileaks me lo creo todo, aunque trato de no creerme nada y lo que me preocupa de verdad es que toda la prensa mundial, salvo honrosas excepciones como Ana Pastor en su blog, acoja estas informaciones sin un mínimo de prudencia. Que luego nos extrañamos de que a una tele se le cuele un video de Wyoming maltratando a una becaria.

Me explico: el fenómeno Wikileaks ya es imparable y supone toda una innovación en materia de derechos civiles y transparencia para la sociedad, lleve ese nombre u otro. Pero los medios deberían andarse con pies de plomo ante las últimas informaciones y contextualizarlas bien porque hay un principio periodístico que nos dice que detrás de cualquier filtración, siempre hay un interés oculto y aquí nadie nos ha explicado cual es ni que prevenciones pone al mismo. Por eso sería ingenuo otorgarle por que sí, sin reparos, un carácter benéfico a esta…

Un ejemplo: El Pais dice en su titular que la embajada afirmó que «Zapatero usa la política exterior para ganar puntos en España» y señala que fue calificado como «izquierdista trasnochado». Lo que no dice, hasta bien entrado el texto, es que la afirmación procede del embajador en época de Bush. Lo cual es muy relevante habida cuenta de que hay dos tiempos en la relación España-EEUU. Uno pre-Bush y otro bien diferente en la era post-Bush.

Tercera consideración. Esta es la mayor filtración de material diplomático de la historia, sí. Pero si no fuera porque las consecuencias de algo así siempre son imprevisibles, sería como para pensar que las filtraciones proceden del sector más halcón de los EE.UU porque las revelaciones legitiman la visión más neocón y los asuntos realmente importantes que desvelan afectan al conocido como eje del mal. Unos pocos:

Pakistán presta apoyo encubierto a grupos terroristas

Irán cree sospechosa la filtración de Wikileaks y dice que beneficia a Israel

Servicios secretos cubanos están ampliamente desplegados en Venezuela

EE.UU. expresa su preocupación por la seguridad nuclear en Pakistán, según Wikileaks

WikiLeaks: Ataque a Google fue hecho por China

La mayor parte de los documentos restantes son asuntos conocidos o propios del papel couché. Aunque todas ellas dejan en pañales, especialmente, la estrategia diplomática emprendida por Obama, -considerada allí por los republicanos como simplemente naif-.

Así que me creeré todo el día que una de las revelaciones de Wikileaks termine con Bush o Rumsfeld en los tribunales o cuando, por ejemplo, conozcamos las conversaciones de la embajada el día en que mataron a Couso, unas que, casualmente, no han sido filtradas. No es por dudar de todo pero al fin y al cabo ya nos colaron otra con lo de la Gripe A y estoy tratando de vacunarme contra las intoxicaciones.

Sea como fuere, de las revelaciones sobre España hablaremos, claro que hablaremos.

De dónde y porqué se estarán haciendo las filtraciones de Wikileaks? He encontrado algunas pinceladas…Según el propio fundador de Wikileaks en una entrevista reciente en El País: lo hace porque los gobiernos no nos dicen la verdad.

Por el momento, a EEUU le ha beneficiado. Los titulares de la prensa lo venden como una diplomacia «acertadísimamente diestra» (el término exacto es «downright skillful»). Ha reforzado su identidad como gran influyente, en un momento, para ellos, débil.

China también se ha reforzado en este sentido, sin embargo los chinos están en un momento fuerte. A su opinión pública no le importará mucho.

A España no le ha beneficiado, ha quedado patente lo influenciables que somos. El poco proyecto que tenemos a nivel global. Los españoles creemos en la justicia y en la solidaridad, esto no vende a nivel global.

A Francia tampoco les ha ido bien, pero los franceses, según la diplomacia americana, son unos megalómanos absurdos que buscan los mismos idealismos que los españoles pero en plan gallito.

Podemos creer que esta va ser la historia de una tragedia griega: la truculenta y definitiva tragedia de Julian Assange, haber atacado al Imperio y haberle terminado beneficiado? Según el propio Assange, no debiéramos.

La divulgación de 250.000 documentos internos de la diplomacia estadounidense vía Wikileaks ha hecho subir la temperatura de la blogosfera. Las primeras revelaciones fueron calificadas de superficiales, pero las que desvelan las presiones a la Justicia para «tapar» el caso Couso en España han generado gran indignación y críticas muy duras a gobierno, jueces y fiscales. Emilio Silva habla en radiocable.com de «podredumbre judicial».

Emilio Silva

Para Emilio Silva, lo desvelado es de «extrema gravedad». Centra sus críticas en Conde Pumbido y Zaragoza «contratados por los ciudadanos para defender a las victimas de delitos que hacen precisamente lo extremadamente contrario» y en Fernandez de la Vega que «ha defendido intereses que son ajenos a los de los españoles y bloqueado un proceso judicial». Por ello habla de «traición» y de demostración de la «falta de independencia que hay en el poder judicial».

Ademas denuncia que el sistema judicial en España parece funcionar «al revés»: «quien ha tratado de defender a las víctimas, como en el caso de Garzón, ha sido perseguido por ello y quienes han intentado dañar y obstaculizar los derechos de una víctima están ocupando puestos de responsabilidad». Y pide que dos fiscales y la ex vicepresidenta abandonen su cargos  para acabar en España con la «cultura de la impunidad.»

En la red pueden leerse otras reflexiones y analisis sobre los documentos filtrados por Wikileaks.

Entrada de la Audiencia Nacional

Hugo Martínez Abarca denuncia en su blog que «toda esta basura muestra qué es verdaderamente la Audiencia Nacional. Lejos de ser un tribunal blindado al que van los casos de especial gravedad para evitar presiones (que es la justificación habitual para la existencia de este tribunal especial) es un centro judicial en el que los defensores de los criminales más poderosos departen y colaboran con los fiscales y jueces con máxima normalidad para defender los intereses de los investigados. Es, precisamente, un tribunal especialmente vulnerable a los intereses de Estado por encima de la Ley.»

Juanjo Ibañez considera en El jardín de Bomarzo «si yo fuese Conde-Pumpido hoy estaría pensando qué hacer con mi cargo después de que haya quedado en evidencia que la Justicia es ??influenciable?? en según qué casos.» Cree que esta información golpea al Gobierno español responsable de esa Administración de Justicia «en la línea de flotación» pero defiende que «sería deseable que a nadie se le ocurra hacer política con ésto, por respeto a Couso y a su familia.»

Rosa María Artal en Periscopio habla de bochorno: «Leer los cables, visitas y parabienes del fiscal general del Estado español Cándido Conde Pumpido o del fiscal Javier Zaragoza, y de varios otros,  tan colaboradores para tapar el caso, abochorna. Esas presiones  (y su exitoso resultado) son de muy dudosa legalidad y, desde luego, ponen en solfa la soberanía nacional.»

Javier Mesoneros del blog Moscas en la sopa ironiza «inexplicablemente, son las 10 de la mañana y el Fiscal General del Estado, el Sr. Conde Pumpido y el Fiscal más interesado en sucederle, Javier Zaragoza, no han pensado en la posibilidad de dimitir y dignificar la justicia o a ellos mismos, cuanto menos.»

Joseba Elola en Proyecto C explica que «después de ver los cables, se queda uno con la sensación de que los informes de las Embajadas son de una exhaustividad que a veces da miedo? la información, está claro, es poder, pero, ¿hasta qué punto es necesario que la Embajada de España reciba un cable dedicado a reflejar un informe médico de un alto mandatario del hemisferio oriental que viene de visita a España y del que se dice que es un ??fumador empedernido? y que ??usa Viagra en exceso??»

Ramon Lobo en su blog Aguas internacionales matiza que «para medir la transcendencia de los papeles hay que esperar a conocer más. De las anteriores filtraciones que denunciaban graves crímenes en las guerras de Afganistán e Irak, nada ha quedado. Ni titulares ni debate ni investigaciones. Entraron por una ventana y salieron por otra. Es el precio de una rueda que se mueve demasiado deprisa. El exceso de información no nos hace mejores ni más libres.»

Isaac Rosa en Trabajar cansa advierte: «Filtraciones así tienen un riesgo: que como pasó con las de Irak o Afganistán, pensemos que lo filtrado es todo lo que existe. Un equívoco que sólo serviría para tapar lo que nunca sabremos ??que es mucho más de lo filtrado-, y que además nos crea una ilusión de triunfo de la verdad, de que en la era Internet los ciudadanos acaban ganando al poder y dejándolo con el culo al aire, cosa que está todavía por ver.

Pelayo Barro en Un café en Beirut sostene que el contenido de la filtración muestra que España no es un país importante para Wikielaks: Pese a la foto de las Azores, pese a nuestra participación activa en Afganistán, o pese a que España es un punto estrategico en el mapa del Mediterraneo? nos quedamos con el ??socialismo trasnochado de Zapatero??. Nada más. Wikileaks ha puesto de manifiesto que España, en materia de peso geopolítico global, ??ni pincha ni corta?. Así de claro.»

Iñigo Saenz de Ugarte considera en Guerra eterna que «de todo lo conocido, al menos hasta ahora, lo más grave, en mi opinión, es la petición a los diplomáticos de que faciliten información que no suele estar dentro de sus responsabilidades para facilitársela a los servicios de inteligencia. La diplomacia y el espionaje son dos negociados tan viejos como los estados, con algunos puntos en común pero con diferencias muy importantes. Es algo que sólo en épocas de guerra se suele confundir.»

Argemino Barro en Cafe babel considera que «aparte de la falta de escrúpulos (el espionaje a altos miembros de Naciones Unidas, incluido el secretario general) y los asuntos más graves (las conversaciones con los países árabes sobre una posible invasión de Irán), los informes revelan la obsesiva precisión de la diplomacia estadounidense, una máquina sensible incluso a la mirada y la forma de hablar de quienes toman las decisiones».  Aunque cree que «en España los retratos son bastante anodinos»

ACTUALIZACION

Olga Rodriguez en su blog El minotauro anda suelto asegura que «de momento los papeles de Wikileaks sobre el caso Couso no destapan lo fundamental del mismo. Eso sí, desvelan el manejo de cinismos, hipocresías, dobles raseros y tratos de favor practicados en torno a él. Son la constatación de la pleitesía que se rinde al país más poderoso del mundo.»

El prestigioso diario estadounidense publica un analisis económico en su edición electrónica sobre los temores al contagio hacia los bonos españoles, italianos y belgas y por extensión al euro. Lo llamativo es que como elemento gráfico, el WSJ destaca el fotograma de un video en el que aparecen varias banderas con escudos preconstitucionales.

El articulo del WSJ

El texto está firmado por Mark Brown y Eva Szalay y ofrece una recapitulación de las últimas noticias de los mercados sobre la «salud» de los bonos europeos y las declaraciones de varios responsables economico comunitarios. Pero además incluyen un video en el que Paul Vigna, uno de sus expertos, analiza la situación y los temores sobre la solvencia de España y Portugal. Y para ilustrar sus palabras ha recurrido a imágenes de banderas de ambos países de Associated Press… aunque en el caso de la española no han reparado en que al menos dos de las que aparecen en la foto tienen el escudo franquista.

Hace apenas dos meses otro reportaje del Wall Stret Journal sobre España desató la polémica. Calificaba al país de «Lehman Brothers de Europa» con un tono despectivo y mezclando imágenes y referencia a los tópicos de fiesta, baile y siesta con analisis económicos.

La Fundación José Saramago ha recuperado la grabación de una intervención del escritor portugues en la que se pronunciaba rotundamente en contra «esta infamia» que es el maltrato contra la mujer. El Premio Nobel fallecido el pasado 18 de junio proponía en el 2005 que hubiera «manifestaciones de hombres» para protestar contra esta violencia.

Sus palabras sirven ahora a la Fundación para lanzar una campaña de concienciación que llama a los hombres a manifestarse públicamente en contra del terrorismo machista.

Imagen de previsualización de YouTube

Las palabras de Saramago fueron dichas en un acto institucional en Granada ante el Presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero y del entonces Presidente del Gobierno Andaluz y hoy Vicepresidente, Manuel Chavez.

El propio escritor explicaba que proponía ,

«algo que quizá pueda parecer un poquito raro: que en toda España, en toda la Península Ibérica, en toda Europa o en todo el mundo, se organicen manifestaciones de hombres, solo de hombres. Las mujeres se quedaran en las calles, en las aceras aplaudiendo el paso de los hombres. Manifestaciones protestando contra esa infamia que es el maltrato a la mujer.»

E. Robinson

Premio Pulitzer 2009, Catedrático Neiman de Periodismo en Harvard y Editor de la sección Exterior del Washington Post.

 

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Eugene Robinson – Washington. Los cables diplomáticos estadounidenses secretos dados a conocer por WikiLeaks dan sobre todo una impresión: es difícil ser una superpotencia.

A fecha del lunes, menos de 250 de los 251.287 despachos diplomáticos confidenciales del Departamento de Estado prometidos habían visto la luz. Tal vez en alguna parte de ese enorme tesoro haya pruebas de lo contrario, pero lo que hemos visto hasta el momento demuestra que los rumores post-Guerra Fría de hegemonía global americana son muy exagerados. Si alguna vez hubo un momento en que ser una superpotencia significó no pedir nunca disculpas, pasó hace mucho tiempo.

Las evaluaciones filomediáticas maliciosamente personales de los líderes mundiales dadas a conocer en las comunicaciones son jugosas, pero no sorprendentes realmente. Quiero decir, es muy entretenido leer acerca de las muchas y variadas excentricidades del dictador libio Moammar Gaddafi — su miedo a volar, su reticencia a hospedarse más allá de la primera planta de los hoteles, su dependencia de una enfermera ucraniana descrita como «una rubia voluptuosa» que es la única que «conoce la rutina de él». Pero lleva Gadafi lleva chiflado algún tiempo.

De igual manera, no nos sorprende saber que el Presidente francés Nicolás Sarkozy es despótico, puesto que decir «hipersensible y autoritario» — que es como le describe un diplomático en un cable — es simplemente otra forma de decir «presidente francés». La noticia de que el Primer Ministro italiano Silvio Berlusconi disfruta de «salidas nocturnas frecuentes» y sufre de «debilidad por las fiestas salvajes» no es precisamente material de última hora. Y describir al Presidente afgano Hamid Karzai como «un caballero extremadamente débil que no prestó atención a los hechos pero que era fácilmente influenciado por cualquiera que apareciera a contarle las más peregrinas historias o tramas en su contra» suena amable, igual que decir que el océano es muy grande.

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Más interesante es la forma en que los líderes árabes vienen alentando a Estados Unidos a lanzar un ataque militar contra el programa nuclear de Irán. De nuevo, sin embargo, es más cuestión de intensidad que de otra cosa. Sabíamos que los vecinos de Irán se mostraban cautos y desconfiados; no sabíamos — públicamente por lo menos — que eran tan abiertamente hostiles.

En mi caso, la revelación es lo difícil y absorbente que es ejercer lo que tendría que ser el derecho de una superpotencia: presionar a la gente.

Hasta los déspotas de remansos estratégicos que van dándose aires son lo bastante valientes para desafiarnos. Una repercusión positiva de la imagen de vaquero «de gatillo fácil» de George W. Bush, nos decían los partidarios, era que eso hacía que América fuera temida en el mundo. Ja. Un cable fechado en julio de 2007 procedente de la embajada estadounidense en Zimbabue describe, en humillante detalle, la forma en que el dictador Roberto Mugabe ignoró la presión estadounidense hacia la reforma democrática y siguió con su estilo criminal y represor.

Más trágicas son las comunicaciones de Afganistán que describen nuestra impotencia en un país que en tiempos se llamó «el cementerio de imperios» y que, teniendo en cuenta la experiencia de la Unión Soviética hace tres décadas, bien podría llamarse «el cementerio de superpotencias». Un mensaje procedente de Kabul, firmado por el embajador estadounidense Karl Eikenberry, describe un encuentro con el hermanastro de Karzai, Ahmed Walí Karzai, que «es considerado corrupto de forma generalizada y un traficante de estupefacientes». Con eufemismos, el cable describe «uno de nuestros principales retos en Afganistán: cómo combatir la corrupción y conectar a la población con su administración, cuando los funcionarios públicos clave son corruptos».

¿Se acuerda de los tiempos en los que los regímenes títere se comportaban, ya sabe, igual que títeres? Ya no, al parecer.

La ilustración más clara de lo duro que se ha puesto en estos tiempos aparece en los cables que describen la tentativa de Estados Unidos por encontrar naciones dispuestas a admitir reos de la prisión de Guantánamo. En palabras del New York Times, «Eslovenia fue informada de aceptar un preso si quería reunirse con el Presidente Obama, al tiempo que a la isla nación de Kiribati se le ofrecieron incentivos por valor de millones de dólares para aceptar reos musulmanes asiáticos». Ninguno de los países cumplió.

Esos musulmanes asiáticos, absueltos de cualquier implicación terrorista, siguen siendo un extremo delicado. Funcionarios estadounidenses temen que los caballeros puedan enfrentarse a procesos políticos si son devueltos a China. Nuestros diplomáticos venían inclinándose por Alemania — aliado leal, según recuerdo — para aceptar parte de ellos, pero los alemanes han dado rodeos y vacilado. ¿Por qué? A causa de las insistentes exigencias chinas de que los musulmanes no sean enviados a un tercero.

Ese es el otro tema que asoma entre los cables de Wikileaks: El ascenso de China como fuerza a tener presente en cuestiones globales. Los chinos distan de alcanzar la posición de superpotencia, pero parecen estar en ruta.

Que alguien les diga que tengan cuidado con lo que desean.

Eugene Robinson
Premio Pulitzer 2009 al comentario político.
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Richard Cohen

Columnista en la página editorial del Washington Post desde 1984.

 

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Richard Cohen- Washington: «Diga lo que quiera de WikiLeaks – y a mí no me gusta nada lo que ha hecho — que no obstante sería útil a su fundador, Julian Assange, seguir a George W. Bush mientras recorre el país a saltos promocionando su nuevo libro, «Decision Points». Cuando, por ejemplo, Bush intente justificar la Guerra de Irak diciendo que el mundo es un lugar mejor sin Saddam Hussein, Assange podría echar mano a su mochila de despachos gubernamentales estadounidenses filtrados y citar la observación del rey saudí Abdalá hecha en privado de que la guerra había entregado Irak a Irán como «regalo en bandeja de oro».

Irak tiene ahora una administración dominada por chiítas y muchos altos funcionarios que mantienen relaciones inquietantemente buenas con Irán. Siempre fue la política estadounidense utilizar el Irak de Sadam como contrapeso a Irán puesto que realmente era Irán el que planteaba un peligro para la región. Ese peligro queda ya ampliamente documentado en los nuevos despachos de WikiLeaks – incluyendo la revelación de que Corea del Norte ha vendido a Irán misiles capaces de alcanzar, digamos, Tel Aviv o, un minuto o dos después, El Cairo.

Hasta cierto punto, los documentos filtrados contienen la forma más cruda de cotilleo. Es divertido enterarse de que el líder libio Muammar Gaddafi está paralizado psicológicamente por todo tipo de tics neuróticos y no viaja sin su enfermera ucraniana, descrita como «una rubia voluptuosa». Está bien ver a esa parodia de fanfarrón, el italiano Silvio Berlusconi, caracterizado en el bolsillo del ruso Vladimir Putin y divertido preguntarse, en un momento propio del Tío Gilito, cómo haría el vicepresidente de Afganistán para sacar del país 52 millones de dólares en efectivo y atravesar la aduana de los Emiratos Árabes Unidos el año pasado mientras usted y yo éramos retenidos por llevar un pequeño envase de champú. Hay algo raro aquí, sospecho.

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La alarma del mundo árabe ante la inminencia de una bomba iraní salta a la vista en los despachos filtrados — como las tentativas metódicas y eficaces de la administración Obama por aislar a Teherán. El saudí Abdalá suplicaba a Washington que «corte la cabeza a la serpiente» mientras todavía haya tiempo, y los Emiratos Árabes Unidos «convinieron con (el General estadounidense John P.) Abizaid en que el nuevo Presidente de Irán (Mahmud) Ahmadineyad parece desequilibrado, hasta demente». Unos meses más tarde el jefe de la defensa de los Emiratos, el príncipe heredero Mohammed bin Zayed de Abú Dhabi, decía a Abizaid que Estados Unidos tiene que tomar medidas contra Irán «este año o el que viene». Si los cables enviados desde Jordania y Egipto pudieran leerse, no serían diferentes. El mundo árabe (sunita) aborrece y teme a Irán por motivos sectarios y también porque desposa una doctrina revolucionaria del tipo que reyes y dictadores encuentran inquietante.

?ste es el mundo de nos dejó George Bush. Existe por doquier menos en su libro, donde los hechos se omiten o se reorganizan de forma que la guerra en Irak parece el producto de la razón pura. Como ha apuntado mi colega, el infatigablemente infatigable Walter Pincus, Bush logra poner patas arriba tanto la cronología como la importancia de las diversas inspecciones de los sistemas de armamento de Irak a fin de insinuar que cualquier otro presidente al que le fuera entregado el mismo conjunto de datos habría ido a la guerra. «Traté de abordar la amenaza de Saddam Hussein sin guerra», escribe. En ese apartado, simplemente carece de credibilidad.

Las pruebas que se acumulaban por aquella época mostraban que Irak carecía de un programa de armamento nuclear y tampoco tenía armas biológicas. En cuanto a su programa de armas químicas, aunque más difícil de desentrañar, no sólo ya no existía, sino que de haber existido, era motivo insuficiente para ir a la guerra. El gas venenoso lleva presente desde la Segunda Batalla de Ypres. Eso fue en 1915. «La ausencia de arsenales de armas de destrucción masiva no alteraba el hecho de que Sadam fuera una amenaza», escribe Bush. Cara gana él, cruz pierde usted.

Leyendo el libro de Bush, viéndolo en sus diversas apariciones televisivas, sigo pensando en Menajem Begin, el difunto primer ministro israelí. En 1982, Begin llevó a Israel a la guerra en el Líbano. Ello costó a Israel hasta 675 vidas, 4.000 heridos graves y su imagen de invencible en el campo de batalla. Begin asumió la responsabilidad. Dimitió y se convirtió en un ermitaño, un caballero deprimido y castigado.

No sugiero ese rumbo a Bush – solamente que se lea los despachos de WikiLeaks y que, por el bien de la historia y las lecciones que ofrece, vuelva a evaluar sus tan cacareadas decisiones. Su insípido enfoque sobre la toma de decisiones — conócete a ti mismo, pero no necesariamente los hechos — es directamente repelente. En la cubierta del libro, Bush aparece vestido de vaquero. Un disfraz de Peter Pan sería más apropiado. Al igual que él, Bush nunca ha crecido.

Richard Cohen
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